Entrevistas

No participaré en el Carnaval por amor a Dios: Moisés Imitola

El humorista Moisés Imitola Silva hizo dos pactos con Dios: Si lo sacaba del infierno de la droga y el alcohol y le daba un hogar en armonía, dejaba las fiestas carnestoléndicas. Primera entrega de la serie ‘Historias secretas del Carnaval’.

Por Francisco Figueroa Turcios

Imitola4A los 18 años de edad llegó a Barranquilla, procedente de Santa Marta, radicándose con su familia  en el barrio San Felipe. Buscaban mejores vientos.

San Felipe es un barrio donde predominaba la bola e’ trapo y es carnavalero por tradición. Moisés Imitola provenía del barrio Bastidas, donde nacieron grandes futbolistas samarios como Alberto Gamero (hoy DT del Itaguí), Alfredo «Chino» Scott, Carlos «Motorcito» Hernández y Alfredo González. Pero de la practica del balompié muy poco de Moisés Imitola. Era «maleta», desde  joven descubrió que su fuerte era el carnaval y llegó al sitio indicado.

«Desde cuando estudiaba bachillerato en Santa Marta me llamó la atención el Carnaval de Barranquilla, de allí que mis padres -Miguel Ángel Imitola y Nely Silva- negociaban que si me iba bien en los estudios el premio era traerme a los carnavales. Era malo en matemáticas, física y química, así que recurría a mis amigos para ganarme el año y cumplir», señala Moisés Imitola.

Siempre analizó la dinámica del Carnaval, especialmente los disfraces, carrozas, letanías para descubrir el mundo mágico que gira alrededor de las fiestas del dios Momo. Puso a prueba su talento e incursionó en el humor, con el show de las «Imitoladas», donde sus personajes favoritos  para imitar eran Joe Arroyo y  Diomedes Díaz.

Más tarde descubrió su talento para hacer parodias, que divulgó con éxito en las carrozas especiales para la Batalla de Flores. Comenzó con una, más tarde pasó a ocho y terminó haciendo diez.

Cocaína corrida…

Imitola2La fama lo fue acariciando desde bien temprano. Moisés Imitola decide revelar a Lachachara.co por primera vez su verdad sobre el paso por el mundo de la droga y el alcohol, para que sirva de reflexión a la juventud y no sea presa fácil de este flagelo.

«Yo tenía 22 años cuando asistí a un evento en el parqueadero de almacenes El Vivero de la calle 77, donde actuaron Diomedes Díaz y Pedro Ramayá Beltrán. Uno de los músicos de las agrupaciones me ofreció cocaína y no dudé en aceptarla. Sentí una sensación especial, fue la primera vez que consumí. Poco a poco me fui metiendo en el mundo de la droga y lo combinaba con el licor, dos aliados excelentes para la perdición. Aclaro: solo consumí cocaína; nunca le ‘jalé’ al bazuco, ni mucho menos a la marihuana”, confiesa Imitola.

Imitola3Narra sin pausa. Hasta cuando llega a un punto de sus memorias y frena en seco. Es entonces que aflora la tristeza profunda a su rostro: “Cuando murió mi mamá le prometí delante de su cadáver que jamás volvería a consumir droga, pero ¡qué va! el vicio pudo más que mi fuerza de voluntad, solo duré diez días sin consumir cocaína. Ese hecho me impactó. Luego que se pasó el efecto de la cocaína me vino una depresión y un guayabo moral, porque yo que quise tanto a mi mamá y no le pude cumplir la promesa. Ese fue unos de los argumentos que tuve para sacar fuerza de voluntad y abandonar el vicio.

“Duré cuatro años y medio metido en el infierno de la droga y, gracias a la infinita misericordia de Dios, pude salir».

Hogar Victoria

«Me rehabilité en el Hogar Victoria. Llegué allí por voluntad propia y con el apoyo del amigo Edison Rosado. Me puse la meta de recuperarme en el menor tiempo posible, en una cartelera está el ranking de los drogadictos que han logrado recuperarse en tiempo récord. El que ocupa el primer puesto demoró seis meses, el segundo puesto estuvo un año y yo impuse un récord de dos meses”.

¿Cuál fue  el secreto? “Investigué qué hicieron ellos para lograr en tan corto tiempo la recuperación, el secreto es la fuerza de voluntad y ponerse en manos de Dios.

“Allí aprendí que Jesús le dijo a sus discípulos: ‘ustedes están en el mundo, pero no son del mundo’. Quiere decir que si recibes a Dios y lo sigues, aunque vivas en este mundo no le perteneces al mundo. Es decir, le perteneces al Señor «, afirma Moisés para señalar que estaba en el mundo equivocado de las drogas.

Imitola1Y prosigue su historia: «El Carnaval fue el instrumento que Dios me dio para vivir, pero ya se cumplió ese propósito. La decisión está tomada de no volver a participar, no hay marcha atrás. Tomé la decisión de no volver a participar en el Carnaval, pese a que este año he recibido buenas ofertas económicas para hacer carrozas de las parodias sobre el grupo político Mira y de los Piraquive.

“Pero Mateo 6:24 nos dice: ‘Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero’. Me mantengo firme en esa decisión. No le puedo fallar a Dios. Ningún ser humano influyó sobre mi para tomar esa decisión. Este año en la temporada de Carnaval me voy con mi familia a un retiro espiritual. Poco a poco me voy depurando: ya no soy infiel, no consumo droga, ni tomo licor», añade.

30 años en el Carnaval

Moisés Imitola cumplió en el 2013 treinta años como hacedor del Carnaval de Barranquilla, hizo 500 parodias y ganó muchos premios. La que más recuerda porque le trajo muchos sinsabores fue la titulada ‘Villa comparendo’.

«En esa parodia fue una critica burlesca al escándalo que protagonizó Carlos Altamar. Al día siguiente recibí una llamada donde me amenazaban de muerte por lo que no me quedó sino irme de la ciudad. Pero gracias a Dios y a los buenos oficios de ‘Mama’ Nancy, que era amiga de mi familia y de la de Altamar, logró conciliar y clarificar el tema, que era simplemente producto del ingenio del Carnaval», advierte Moisés Imitola.

El Diario el Tiempo destacó la parodia de Moises Imitola sobre ‘Villa comparendo’ y resalta:

«La sensación fue un joven que se disfrazó con el nombre de “Carlos Bajamar”, en alusión a un ex gerente del Tránsito local que está prófugo de la justicia, procesado por un multimillonario desfalco. En la ciudad es vox populi que Carlos Altamar estaba construyendo, con su sueldo burocrático, un edificio al que la picardía popular terminó denominando Villa Comparendo. “Carlos Bajamar” llevaba un uniforme original del Tránsito y portaba un inmenso cheque por 28 mil millones de pesos, endosable a la ya famosa construcción».

El presente de Moisés

Este año los amantes al Carnaval y a las parodias que desfilaban año tras año en la Batalla de Flores no disfrutarán del talento de Moisés Imitola porque hoy toda su energía se las dedica a Dios.

En su facebook Moisés ha puesto un aviso que advierte que no acepta avisos del Carnaval: «Con todo el respeto y la calma del caso les pido a mis amigos, contactos y seguidores abstenerse de colocarme avisos, mensajes o publicidad de Carnaval, para lo gloria y la honra de Dios yo no estoy en las tinieblas. No dejaré de orar para que Dios les revele lo que se esconde detrás del placer de la carne, espero me comprendan y respeten mi decisión».

Sobre el autor

Comunicador y Periodista. Editor deportivo de Lachachara.co, tiene experiencia en radio, prensa y televisión. Se ha desempeñado en medios como Diario del Caribe, Satel TV (Telecaribe), RCN, Caracol radio, Emisora Atlántico, Revista Junior. Fue Director deportivo de la Escuela de fútbol Pibe Valderrama y dirigió la estrategia de mercadeo y deportes de Coolechera. Para contactarlo: Email: figueroaturcios@yahoo.es
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