Crónicas

Un lugar del alma para la amistad

La fuerza de una amistad que la muerte separa, queda viva en el pecho del que se queda. Por eso cuando Rodolfo Núñez Cera se fue, sentí que el pecho se me hinchaba, como dándole un ladito en mi corazón a un amigo del alma.

Escrito por: Jorge Mario Sarmiento Figueroa
Editor general

Hace una semana soñé que me había muerto. En ese sueño deambulaba por la presencia de amigos que tuve en vida, conversaban entre ellos sobre mi muerte, en una esquina difusa, pero muy clara y luminosa; no podía saber dónde era ni quiénes hablaban. Nada más los oía.

Mello RodolfoPero a una persona, a Rodolfo, sí pude ver con nitidez, sus gestos y expresión refiriéndose a mí. El ‘mello’, como sus amigos solíamos llamarle, decía que lamentaba mucho mi muerte. «El chiqui era talentoso. Y muy buena gente. Lástima que le gustaba mucho el trago, sino hubiera llegado lejos».

No lo vi más, ni en el sueño ni en la vida. Me contaron que desde hacía un mes andaba en una moto que se compró para poder moverse más rápido a su trabajo y para recoger a su esposa. En una esquina una camioneta lo atropelló. El ‘mello’ luchó por su vida. Llegó consciente a la clínica, pero los golpes fueron muy duros. Alcanzó a despedirse de sus más queridos seres, su familia.

Ni un instante dudamos, quienes lo conocimos, que su sepelio sería doloroso y al mismo tiempo fraterno. No había cosa más bonita que saber que las personas que asistieron al cementerio sentían como propia la vida de Rodolfo. Porque no usaba corbata, ni lisonjeras, cantaba con el pecho sentido y con los ojos cerrados los vallenatos de Zuleta, su sonrisa era una floresta de alegría. Caminaba como igual entre hombres, niños y ancianos.

Ante su muerte, volví a aquel sueño de hace una semana y me encontré a mí mismo vivo, quise hacer lo que Escalona hizo con su amigo Jaime Molina: echar el tiempo para atrás para que fuera él quien me soñara y no ser yo el que me quedo recordándolo.

Pero me puse a reflexionar en el sentido del sueño y comprendí que un amigo me estaba dejando su mensaje. Para la vida.

Así, la fuerza de una amistad que la muerte separa queda viva en el pecho del que se queda. Cuando Rodolfo Núñez Cera se fue, este sábado 5 de octubre, sentí que el pecho se me hinchaba, como dándole un ladito en mi corazón a un amigo en el alma.

Video realizado  por Celso Jiménez, periodista colombiano radicado en los Estados Unidos. Amigo de Rodolfo.

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Practicante del periodismo desde niño, comunicador de profesión, artista por vocación. Email: jorgemariosarfi@gmail.com Móvil: 3185062634
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