
El 2021 cierra con la despedida de una de las mujeres más influyentes de la política internacional, Angela Merkel deja una fuerte y contundente huella en la antología de la historia política alemana.
Por: @gersonbrugestv
La figura femenina en los últimos veinte años dentro del ámbito político internacional ha suscitado un importante referente de autoridad y audacia en las riendas de los asuntos gubernamentales de muchos países alrededor del mundo. Atrás ha quedado aquella silueta femenina de regentes mujeres que gobernaban Europa en el siglo XVI tales como; Ana de Francia, María de Hungría y Catalina de Médici como lo relata la autora Sarah Gristwood en su libro Juego de Reinas.
En la actualidad aquel poder de gobernanza rezagado y oculto de la mujer, ya no existe dentro de los países y potencias mundiales del siglo 21. En el caso de Alemania, la canciller Angela Merkel ha transformado para la historia el poder y gobernanza de una mujer que ha llevado las riendas de una nación por 16 años con dos grandes características; fuerza y determinación. Grande ha sido su influencia en el panorama político mundial y pocos han sido sus desaciertos, así culmina un periodo de conciliación y paz en las relaciones del país alemán con el mundo entero.
Angela Dorothea Merkel, hija del pastor luterano Horst Kasner y de Herlind Kasner, estudió física quántica en la Universidad de Leipzig e ingresó al Instituto Central de Química Física de la Academia de Ciencias en Berlín, donde concluyó su doctorado. Los inicios de Merkel en la política fueron abonados a los hechos ocurridos en el año 1989 con la caída del muro de Berlín. Ingresó al partido “Despertar Democrático”, donde la inspiraron a escalar peldaños hasta convertirse en la primera mujer canciller alemana, después de haber sido ministra de Medio Ambiente, ministra para la Mujer y Juventud y presidenta del partido CDU.
Crisis del euro
Una nueva era inició para Alemania con Merkel en el poder. Para el año 2008 se enfrentaba a su primera tormenta junto a líderes de la Unión Europea. La estabilidad del euro temblada en las arcas de los bancos europeos, los cuales se encontraban reportando una devaluación continua, a esto se le sumaba la situación financiera de Grecia con una profunda insolvencia económica donde la canciller alemana no intervino al respecto y guardo silencio durante algunos años.
A mediados del año 2011 tomó el liderazgo y ejecutó un proyecto de direccionamiento de impuestos y contribuciones en gran porcentaje los cuales fortalecieron y solventaron a los bancos alemanes, de igual forma destinó recursos de apoyo económico para Grecia, estas acciones tardías le costaron muchas criticas por parte del ministerio Financiero y partidos en el gobierno central del país.
Catástrofe nuclear
Siendo Merkel una mujer con profundos conocimientos sobre física y ciencias aplicadas, no subestimó por un instante aquella moción de mayor control sobre la postura de Alemania frente a la energía nuclear, debido al grave accidente que había ocurrido en la central nuclear Fukushima al noreste de Japón en 2011. Este era el inicio de una nueva política de cambio sobre la renovación de energías para el país que más adelante traería los frutos y que hoy al finalizar el año 2021 nos trae a colación la importancia del cuidado tanto de la salubridad como del medio ambiente y del entorno de la sociedad que poco a poco se reactiva tras dos años de pandemia del COVID 19.
Revoluciones, guerras y democracias en Europa
Dentro del contexto de la “Primavera Arabe” (series de manifestaciones por parte de la población árabe para la reivindicación de sus derechos) Alemania analizaba con mucha cautela cualquier movimiento, Merkel había dejado en claro que no convenia influir directamente debido a los graves antecedentes del país alemán después de la primera y segunda guerra mundial. Aun así, no se esperaba el estallido del conflicto en Siria donde muchos de sus aliados como Rusia con Vladímir Putin, quien apoyaba al régimen de Bashar al-Assad estaría en oposición a otro grupo de países aliados como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Turquía quienes unían esfuerzos para acabar con Bashar al-Assad.
“Yo no hago guerras para buscar la paz y brindar soluciones”: Angela Merkel

Merkel pudo inaugurar una mesa de negociaciones para calmar el conflicto e iniciar acuerdos que no perjudicaran los ideales de los países incursos en el conflicto. Al cabo de un corto periodo Rusia invadió a Crimea y apoyó la guerra civil en Ucrania, tras este episodio la canciller alemana levantó con diplomacia su carácter aguerrido y audaz y lideró desde la Unión Europea unas series de sanciones y restricciones a Rusia por las últimas acciones cometidas.
“Merkel es una mujer negociadora, sabe escuchar y contenerse”: François Hollande, afirmaba el expresidente francés aquel 12 de febrero del 2015 en las mesas de negociaciones de alto al fuego, a partir de ese año la estrategia y relación entre Alemania y Rusia mostraron sus primeros frutos con la realización del convenio de comercialización del gasoducto Nord Stream, debido a que el país requería con urgencia tal servicio de forma vitalicia. A ello le llovieron críticas por parte del presidente estadounidense George Bush, quien afirmaba que no se podía realizar acuerdos con naciones antidemocráticas.
En una de sus ultimas atenciones a los medios de comunicación el 22 de julio del 2021 en el inicio del periodo de entrega de la cancillería, Angela afirmó: “Creo que debemos tener siempre una relación abierta con Rusia, aunque nuestros valores que determinan nuestras decisiones políticas sean en parte muy diferentes”. A eso el presidente ruso agregó: “Merkel es una persona experimentada, franca y confiable, es una persona consecuente que sabe defender su punto de vista”.

China también fue uno de sus mejores aliados, visitó más de 12 ocasiones al continente asiático como ningún otro canciller lo había hecho, convirtió a Alemania en el segundo país europeo con mejores relaciones comerciales con China especialmente en el tema del fortalecimiento automovilístico. De igual forma influyó mucho en los compromisos de los países miembros del G8 para la reducción de los gases invernaderos, de los cuales Alemania lideró con una reducción hasta el año 2020 del 40%.
La madre de inmigrantes
Con la gran avalancha de flujo de inmigrantes sirios en el año 2015, tras los conflictos en Europa se había convertido en un salvamento de vida para millones de refugiados, aún así el costo era muy alto para los países de la Unión Europea y los riesgos para sus economías estaban sobre la mesa. Los medios de comunicación solo reportaban el cierre de fronteras y la construcción de muros frente a la compleja situación de inmigración.
“Los refugiados están en un callejón sin salida, se le expulsa a la fuerza o se les intimida para que abandone su país natal. Pero se le niega la entrada a cualquier otro. No cambian de lugar; pierden su lugar en el mundo, se le catapulta a ninguna parte, al “No Lugar”, a un lugar sin lugar, a la deriva, que existe por si mismo, que está encerrado en sí mismo y al mismo tiempo está a merced de la infinitud del mar”. Así lo define Zygmund Bauman en su libro Tiempos líquidos.

Abrir la puerta de la nación alemana fue la decisión más difícil y crucial que Angela Merkel había tomado en su vida y que le cambiaría en cierto grado la percepción de gobernanza alemana sobre las demás naciones del continente europeo, subsanando superficialmente algo del pasado racial y triste episodio del holocausto que dejó huella en el mundo.
Angela Merkel le abrió la puerta de su país a más de 24 mil inmigrantes provenientes de Siria, a pesar que la Unión Europea no avaló ni apoyo su accionar, en la mente y corazón de Merkel sólo se repetía una frase, “Lo vamos a lograr”. Y así lo efectuó, lideró la política de refugiados europea logrando una gran alianza con Turquía, Jordania y el Líbano, quienes instauraron y proporcionaron ayudas financieras y visados a la población inmigrante para su ingreso y circulación en Alemania y los países anteriormente mencionados.
Sin duda alguna Angela Merkel deja un gran legado de poder femenino en Alemania, un cambio significativo de fortalecimiento económico, una perspectiva de gobierno abierta llena de dialogo y compresión que vislumbra el camino a seguir de las nuevas mujeres lideresas dentro del ámbito político europeo.