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¡Así se canta el Añonuevo!

Todos los estratos sociales del mundo se unen en una noche especial: 31 diciembre para amanecer 1 de enero dedicando plegarias al dios de cada quién y a la espera que la dicha y prosperidad llegue por dentro. Bailando, cantando.

Por Rafael Sarmiento Coley

Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, la época de oro de la Opera ern un siglo golpeado por crisis políticas, económicas y pandémicas.

Las tres privilegiadas voces llevaron un mensaje de aliento a millones de seres humanos desesperanzados por diversas causas. Hoy su voz sigue viva y el mensaje ha permitido mantener viva la esperanza de que un mejor mañana está por llegar.

Este tema, grabado por varias agrupaciones entre ellas el grupo de Tony Zúñiga,, fue uno de los que más polémica causó durante más de medio siglo.

En los años treinta del siglo anterior se hizo muy popular el tema »El Año viejo’ o ‘Yo no olvido el año viejo’, gravado por numerosos artísticas muy reconocidos, entre ellos Tony Camargo, nacido en Puerto Colombia.

Lo grabó y registró a nombre del juglar popular Crescencio Salcedo. Un providencial compositor, trashumante, que no pisó jamás una escuelita pública. Como tampoco nunca sus píes fueron protegidos por un parte de abarcas trespuntá ni mucho menos un par de zapatos de corralero. Crecencio Salcedo, nacido en Villanueva, Bolívar, el 19 de diciembre de 1918 y murió el 13 de diciembre de 1896.

Desde muy joven empezó a recorrer los pueblos del Caribe colombiano recogiendo melodías y cantos del populacho que luego él les daba forma, principio y cabeza.

Su más célebre obra es ‘Yo no olvido el año viejo’, que la grabaron, entre otros, Tony Zúñiga (nacido en Puerto Colombia) y las orquestas mexicanas Rafael D. Paz y Los Panchos.

Además, dejó otras piezas muy famosas, y que nunc a pasan de moda como ‘La Múcura’, ‘Mi cafetal’, ‘Mi Mochilón’, y hasta se asegura que la estructura del ‘Hombre caimán’ es de este talento caribeño a quien todos llamaban con el respeto y el cariño que se le tiene a estos personajes típicos, ‘Compae Mochila’, y de quien se asegura contribuyó en forma inocente y generosa a incrementar la inmensa fortuna del empresario discográfico Antonio Fuentes, dueño de discos Fuentes, quien sin mover una pestaña ni dejar correr por su rostro una arruga de vergüenza, se apropió de todo el repertorio musical del ‘Compae Mochila’, que todavía en cada diciembre es uno de los temas que mas les produce plata a los herederos de Toño Fuentes. Así son las vainas en este maíz en materia de derechos de autor.

De todos los géneros

Lo hermoso de la temporada decembrina es que saca del archivo del alma de las comunidades esos recuerdos viejos que ‘zapatean’ como ‘Rosita’ (la de Anibal Velásquez), en las arenas movedizas del cerebro humano que trata. Notas fugaces que vienen y se van en voces nuevas y del ayer que no distorsionan, para nada, el valor del momento que se vive por esa época.

Es el caso de Ana Torrajo, quien nos recuerda que es un «Un año más». No un año cualquiera. Si se le mira con las angustias de la pandemias, las crisis económicas en el mundo. Y tantas cosas más. Sin embargo, ahi está la música como un bálsamo para el alma-

El ‘Viejo ‘ Toba

Este valduparense de origin español que ancló raíces en las llamadas ‘Sabanas del Diluvio– que según agrónomos y geólogos son las más ubérrimas de América Latina, mejores que las del Ubérrimo uribistas, es el autor de una de las más humorísticas, narrativas y poéticas canciones del del de año. «La víspera de Año Nuevo estando la noche serena», mientras el gentío gozaba desquiciado por la proximidad de un año más «yo gozaba a mi morena», escondido entre los matorrales expuestos -el par de amantes nocturnos– a una picadura de culebra.

El Viejo Toba es también autor de un tema mitológico de la musicología vallenata: ‘Mírame fijamente’, que aun cuando algunos detractores suyos alegan que es un tema español, nadie se lo ha podido demostrar.

La interpretación del cienaguero Guillermo Buitrago, con la primera guitarra de Julio Bovea y la guitarra y coros de Ángel Montanilla fue el tema bailable en la Costa Caribe y el interior durante casi medio siglo.

La parábola es que mientras la familia gozaba con la buena música, comida, ¡oh!, hasta para llevar para el ‘desenjguallabe’ y licor del bueno, don Toba y su Morena a él (´buenas de cadera, senos como para alimentar a media docena de críos y ‘paticas pa’ que te tengo por si habíia que escapar. A Don Don Toba y su Morenaza les importaban un pepino la ‘otra fiesta’, ellos estaba en la suya.

Otro de los temas famosos y polémicos de don Tobías Enrique Pumarejo es ´Mírame fijamente´, aun historiadores y musicólogos de reconocida trayectoria que ese disco vino de Curazao en una galeota en los tiempos en que no existían las redes sociales y había un ejército de ‘caza fantasmas’, entre otros Héctor ´El Brujo’ Escorcia; Alberto ‘Torta’ (ese ma que se inventaban un bail cada semana), ‘Torta’, fue su primer exitazo en la Costa, como es en africano, no se le entiende un carajo, y como es gruengo, rústicico y pesado, le pusieron ‘La Torta’, y desde entonces en Juan de Acosta, hasta Barquisimrto donde vive Alberto le pusieron ‘La Torta’?Arteta, y otros tantos que compraban ´las novedades ´’que traían los ‘vaporinos luego de largos viajes como cocineros de los buques de carga.

Dice Lucho Arias y Libreros que en esa época casi toda la materia prima básica de las emisoras venía de contrabando: la música, los tornamesas, las cintas magnetofónicas y hasta los más finos y modernos micrófonos. Tanto Así que jóvenes emprendedores vivían de surtir al a cadena radial Olimpica de todo ese ese material venía camuflado en el menaje de los barcos o buques d cabotaje. Uno de otros que se más se movía en ese campo fue Guillermo Bifarnecio, que se hizo rico con el negocio.

De ese negocio algo ‘pirata’, no duró mucho tiempo en nacer la detestable ‘payola’. El grupo musical le paga una fuerte suma de dinero a los locutores y animadores y de cabina, hasta cuando el asunto se salió de madre y hubo locutores que, luego de andar en bicicleta, pasaron a rodar por el norte de la ciudad e n modernas Ranger.

Mike Char Badalona -el entonces joven gerente de la cadena radial Olímpica (ORO)–, descubrió la jugada y, de inmediato cambió las regla de juego. Los guapos musicales tenían que negociar con la cadena. No con los locutores. Lo mismo ocurre ahora que los grandes proveedores de las Supeetiendas y cadenas Olímpicas, cuando se descubrió que una prestigiosa empresa de varios productos empacados comestibles les pagaba una suma abismal a los jefes de compra para mantener siempre hasta el doble del stop en los depósito., La orden de la familia Char fue no comprar una bolsa más de esas productora, entonces la compañía proveedora tuvo que pedir cacao y pagar la ‘coicama’ ‘a los dueños del balón y no a los recogebolas’.

Lo peor es el caso de Lucho Arias, un locutor versátil, animador de cabina, el hombre que animaba las parrandas ultrasecretas de Mike Char en los tiempos en que andaba ‘loco de contento’ por la difunta Gloria Hoy, lo tienen como un desecho a quien dejan caer migajas de la mesa, hoy es historia del psado.

La Billo no pasa de moda

Una de las orquestas que nunca olvidan los rumberos por estas épocas de fin de año es la venezolana Billos Caracas Boys fundada y dirigida por el dominicano José María Billos Frómeta, no de los artistas que más admiró la música colombiana, en especial, la del maestro Francisco Pacho Galán, El Rey del Merecumbé.

Venía con mucha frecuencia a Barranquilla y, en especial, a Soledad, a saborear las butifarras de Pacho y a nutrirse de los arreglos del genial musical del genial música soledeño, De esa amistad surgieron temas como, ‘Playa, Brisa y Mar’, ‘El Brazalete, ´3 Perlas´´ ,

Además de ese formidable repertorio con sabor a Caribe auténtico, el viejo Billo y su formidable orquesta – según Andrés Salcedo González, periodista, lotor ,musicólogo hoy autor del libro que uno no puede dejar de leer «El Día que el Fútbol Murió» dedicadlo a la estrella brasilera Heleno De Freitas.

chiripazo’ de Anibal

Medio 50 sin descanso lleva el barranquillero Aníbal ‘Sensación’ Velásquez tocando en cada 31 de diciembre el tema que grabó e n 1963 ( de las autoría del consagrado compositor venezolano Oswaldo Oropeza). Como siempre, en contra de la voluntad de quienes manejan las disqueras que, por lo general en el cerero en vez de neuronas, tuvieran arena reseca que nada. produce. Porque hay cerebros que son como un nidos de palomas :paja y casa. Por lo menos sirven para divertirse con sus estupideces.

Aníbal se fue para Venezuela huyendo -sin motivo ni ranzón–, del rotundo éxito que había pegado en la Costa y todo el Caribe el canto religioso dedicado a Dominique. Como todo creativo arbitrario, Velásquez grababa todo lo que l caía en su acordeón jacarandosa El ejecutivo y dueño de la emisora, don Emilio Fortou. Don Emilio decía que todo o que tocaba Anibal era ‘oro en polvo’. Por eso le dio rienda suelda» Y en menos de lo qiu don Emilio y el loco del acordéon creían, »Faltan5 pa’las 12′ sonaba por todos los rincones Caribe’.

Una de las mejores interpretaciones de ‘Yo no olvido el año viejo’ porque me ha dejado coas bonitas», es la de Alejandro Durán Díaz, primer Rey Festival Vallenato en 1969.
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Desde luego, no podía faltar la respuesta a los pesimistas que lloran a moco tendito porque se fue el año viejo no les dejó nada. A cambio de es, el juglar más sencillo y humilde.

Un juglar a quien le robaron sus canciones. Iván Villazón y Saull Lallemand: felicitaciónes por rescatar estos valores de nuestro folklore.

Crescencio y su año viejo

El autor de uno de los más antiquísimos temas de esta época es un costeño que jamás se puso ni siquiera una abarca tres puntá’, mucho menos zapatos. Su nombre: Crecencio Salcedo Monroy. Nacido el 27 de agosto de 1913 en Palomino, Bolívar, y fallecido en 1976.

Con este compositor se cumple el más miserable hurto al talento colombiano: además de ser autor del célebre «Yo no olvido el año viejo», a Crecencio Salcedo le correspondió la época en la que las disqueras se robaban sin ninguna vergüenza los temas de los compositores. Por ejemplo, a Crecencio, el dueño de la casa disquera más rica de Colombia en esos momentos, Discos Fuentes, equivalente hoy a Sony Music, le robó temas como El Caimán, El año viejo, El mochilón, El cafetal, La múcura, Los zapatos no me hacen falta.

Nació en un hogar dedicado a la agricultura y a la ganadería. De manera autodidacta, El compae Mochila, como se le conocía, dedicó su vida a la música popular y a la fabricación de gaitas y flautas, las cuales interpretó con destreza en las fiestas del pueblo.

«Nunca me gusta hacerme pasar como compositor de ninguna obra. No he creído que uno compone nada, sino que lo único que hace es recoger motivos de lo que está con perfección hecho. De acuerdo con la cultura, con ese pulimento que uno tiene, puede recoger la obra. Nadie compone nada. Todo está compuesto con perfección. Uno lo que hace es descomponer», expresó el maestro Salcedo en entrevista con Jorge Villegas y Hernando Grisales, de lo cual salió la publicación Crescencio Salcedo: mi vida. Ediciones Hombre Nuevo, Medellín, 1976.

¡¡¡Y Que siga la fiesta!!

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Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
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