Así respondió al expresidente Andrés Pastrana, quien lo señaló a él y al Senador Roberto Gerlein en su visita a Barranquilla. “Mis memorias sí las tengo intactas. No he olvidado nada”, dijo Gerlein.
Por Chachareros
El rancho de los Conservadores sigue ardiendo. Ahora es a Barranquilla adonde se ha trasladado el epicentro del debate nacional en torno a la decisión de los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe de limar sus asperezas del pasado y aliarse en contra del actual presidente de la República, Juan Manuel Santos, para que el camino de este último a la reelección no sea una «mermelada de fresas».
La primera en arribar a la Arenosa había sido Martha Lucía Ramírez, con señalamientos directos a los senadores Efraín Cepeda Sarabia y Roberto Gerlein Echeverría, por su decisión de impugnar la Convención ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), en donde ella fue elegida candidata presidencial del Partido Conservador, para en vez de apoyarla a ella, mantenerse en el redil del presidente Santos.
«Si Efraín Cepeda y Roberto Gerlein no obedecen las decisiones del Directorio Nacional Conservador, deben ser expulsados del Partido», declaró la candidata Conservadora.
La decisión de los senadores costeños de apoyar a Santos tampoco gustó al antiguo jefe político de Cepeda Sarabia, el expresidente Andrés Pastrana, quien aprovechó su visita a Barranquilla para la presentación de sus ‘Memorias olvidadas’ y se fue en lanza en ristre contra Cepeda y Gerlein con el argumento de que ellos son «los dueños de la mermelada de Santos en la región Caribe».
A primera hora de este viernes, el senador Gerlein Echeverría destapó su botafuegos. Sarcásticamente aseguró que ya ni se acordaba de “ese señor que fue Presidente, porque el Partido todo, y yo fui su bombero mayor, de lo cual hoy me arrepiento, lo respaldó sin fisuras ni división alguna. Yo sí que no tengo mala memoria, ni me olvido de lo importante que ha ocurrido en mi vida política”.
“No sé de qué mermelada habla el señor expresidente (Andrés) Pastrana. No soy un barón electoral de esos que están siempre alrededor del presupuesto. Eso no pasa de ser, en el peor de los casos, una equivocación total del expresidente Pastrana”, opinó.
Roberto Gerlein aseguró que no tiene la menor idea del motivo de las declaraciones virulentas de Pastrana contra él y el también senador Cepeda Sarabia. “Tengo varios años que no hablo con el expresidente Pastrana. Desconozco las razones por las cuales se solace procurando hacerme daño político. Pero de todas maneras con él, sin él o contra él, el Partido Conservador hará un formidable acto de presencia electoral”.
Y la llama azul se prendió
Por su parte el Senador Efraín Cepeda Sarabia convocó de inmediato una rueda de prensa para confrontar al expresidente Pastrana, respondiéndole que hoy no lo acompaña en su posición porque él prefiere «apoyar el proceso de paz que lidera Juan Manuel Santos y no irse con los que siguen eligiendo el camino de la guerra. Si luego de la decisión del Consejo Nacional Electoral se determina que la candidata oficial del partido Conservador es Martha Lucía Ramírez, yo no tengo ningún problema en acatar la decisión colectiva. Mientras tanto, sigo con mi decisión de escuchar la voz del expresidente Belisario Betancur quien nos invitó a los conservadores a apoyar la paz y no la guerra».
Sobre la «mermelada» a la que se refirió Pastrana, el senador atlanticense respondió: «Soy miembro y ponente de la comisión de presupuesto del Senado de la República. Si no estoy pendiente de los recursos que deben venir de la mermelada nacional hacia la región Caribe, donde están mis principales electores, entonces… ¿qué hago en el Congreso? Ni Pastrana ni nadie me puede quitar el derecho y el deber de defender los intereses de mi región».
Lo que sorprende a los periodistas convocados a la rueda de prensa de Cepeda, que también asistieron al conversatorio de Pastrana en la universidad Autónoma del Caribe el día anterior, es que estos dos dirigentes estaban hasta hace nada, desde 1991, en la misma cama política como un matrimonio indisoluble.
Pero basta con ver cómo se reconcilian los divorciados Uribe y Pastrana, siendo que el primer acusó al segundo de haberle entregado el país a la guerrilla en la época del Caguán y el otro le respondió señalándolo de paramilitar y mafioso, para saber que detrás de este jabón azul hay mucha agua y mucha espuma que no deja develar a la opinión pública la verdad verdadera. Es la real politik en Macondo.