
Oswaldo Cisneros, multimillonario venezolano y amigo íntimo de Nicolás Maduro y sus aportes a la campaña de Iván Duque. Fernando Londoño sigue atacando a diestra y siniestra a todo personaje, así sea un alta jerarca de la iglesia católica, que tenga olor a izquierdista. Más no toca para nada a los corruptos.Como él.
Por Chachareros/Somoscolombia/horaverdad
Tremendo enredo del Centro Democrático
No hay ningún partido en el mundo que, para mantenerse en el poder, rechace una oferta tentadora hasta del propio satanás, con tal de asegurar el triunfo. Y no es un invento de Álvaro Uribe Vélez. El precursos de todas esas maniobradas con olor a estiércol humano fue nadie menos que Julio César Emperator (no el director del Invima, médico sahagunense). Uno de los más recordados, severos y caprichosos hombres fuertes del imperio romano. Tan poderoso, que modificó el calendario para que un mes del año postergara su nombre por siempre. Estamos en su mes. Para conquistar el poder y atornillarse en él, si era necesario acostarse con un príncipe o jeque de quien necesitara su apoyo en plata o votos, le indaga sus gustos sexuales, si era un buen amante masculino, Julio Cesar no tenía inconveniente en ser su más seductora meretriz. Lo mismo si era la contrario. Y lo mismo si era mujer como Cleopatra.
Ahora ocurre que Julito Sánchez Cristo ha descubierto que el agua moja, y ha sacado a flote que el Centro Democrático, para garantizar el trunfo de Iván Duque, aceptó apoyo en dólares de Oswaldo Cisneros, uno de los cuatro hombres más rico de Suramérica, tan sagaz, que Hugo Chávez trató de aplastarlo y arruinarlo. Terminó siendo manejado por Cisneros.
En este feo rifi-rafi la que salió muy mal parada fue la barranquillera Nubia Estela Martínez, quien se pegó unas enredadas, que terminó aceptando todo lo que Sánchez Cristo le preguntaba y contrapreguntaba. La acorraló de tal manera, que llegó un momento en que la pobre Nubia Estela estuvo a punto dde gritar «¡Ya no más, Julio, por amor a Dios!»
El hombre del cuero duro y el palito chiquito
Resulta que Fernando Londoño Hoyos, poderosísimo ministro del Interior durante los 8 años de gobierno de su jefe Álvaro Uribe Vélez, heredó en inmediaciones de Manizales una hacienda que era de su padre, el connotado jefe conservador caldense Fernando Londoño y Londoño. Propiedad denominada ‘Palogrande’. De la cual Londoño y Londoño donó una parte para construir el nuevo estadio para el Once Caldas. Y los manizaleños, en honor al benemérito patriarca, por su cuenta y riesgo bautizó el estadio ‘Palogrande’. Eso no les gustó a los sobrevivientes jefes conservadores, quienes aprobaron en el Congreso dde la República una leye que el estadio se llamaría ‘Fernando Londoño y Londoño’. Y así quedó. Los liberales caldense, para desquitarse, apodaron al resto de la tierra en heredad, ‘Palo Chiquito’, que es propiedad de Fernando Londoño Hoyos.
En los años 90, siendo un abogado asesor externo de la empresa Inversiones Gases de Colombia (Invercolsa), de la empresa Ecopetrol, convenció a la junta de la petrolera que vendieran esa vaina para que el país tuviera un mayor flujo de caja. Y, como él siempre ha ostentado la falsa condición de hombre solidario, humanitario y mecenas, siendo un godo sangre azul y ahora un uribista pura sangre, recomendó que la primera opción de compra del paquete total de acciones de 145 mil millones fuera para los empleados y trabajadores de Invercolsa.
¿Qué ocurrió? que el falso magnánimo defensor de las causas populares, de trabajadores y obreros, no siendo de la nómina de la empresa, se embolsilló todas las acciones que hoy tienen un valor superior a los diez mil millones de pesos,, siendo que cuando él las adquirió en condición de falso ‘asalariado’ de la compañía, le costaron menos de doscientos millones. La Corte Suprema de Justicia falló en su contra y en favor de los trabajadores.Pero el fallo de ahí no ha pasado. Porque,, como dicen en Bogotá, «es que los uribistas pura sangre tienen el cuero duro y elcerebro blandito para olvidarse de todas esas pequeñas maldades que hacen». Y en Manizales los malquerientes de Londoños Hoyos repiten un estribillo de Bobby Cruz, refiriéndose a un famoso tiumbalero de la orquesta de Richie Ray y Bobby Cruz: «Mike Collazos, el hombre del cuero duro y el palito chiquito».
Ahora el mismo Fernando Londoño Hoyos que se embolsilló los diez mil millones de pesos de las acciones de Invercolsa, resultó más papista que el papa, criticando a un sacerdote que defiende la posibilidad de los diálogos con el ELN, alegando que los elenos han hecho muchas fechorías. Mas o menos parecidas a las que hizo él mismo con las acciones de Invercolsa.