Con orgullo la Arquidiócesis de Barranquilla celebra el primer centenario de su Cementerio Calancala, reconocido a nivel nacional por su impecable administración.
Por Chachareros
La conmemoración se realizará con una Eucaristía presidida por el Arzobispo de Barranquilla, monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, el lunes 2 de noviembre, a las 10 a.m. en la capilla Cristo Redentor del campo santo. Hace un centenar de años en Barranquilla un grupo de hombres llevados por el deseo de que los católicos tuvieran un lugar propio donde enterrar a sus muertos, como sí podían hacerlo otras denominaciones religiosas en la ciudad, conformaron una junta autorizada por el Arzobispo de Cartagena, monseñor Pedro Adán Brioschi y el padre Valiente para construir en un terreno donado por los herederos de Manuel María Bula en el camino viejo a Juan Mina lo que hoy es el Cementerio Católico Calancala. La obra fue inaugurada el 24 de octubre de 1915 con el primer entierro, el de la señora Sabina Atilano, natural de Baranoa, tumba a la que hoy muchos se acercan en una religiosidad popular a pedir intercesión milagrosa.
