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Barranquilla, una ciudad que necesita respirar

Faltan indicadores de medio ambiente. El crecimiento descontrolado de industria, infraestructura e inmuebles, principal causa de contaminación.

Por Jorge Sarmiento Figueroa

ConstrucciónEn buen momento llega  la promesa del alcalde electo Alejandro Char de sembrar miles de árboles en Barranquilla durante su próximo gobierno. Pero una sola persona, así sea el alcalde, no puede solucionar el problema que tenemos que resolver todos los que habitamos la ciudad.

Barranquilla presenta orgullosa uno de los crecimientos económicos y una de las estabilidades financieras más altas del país en los últimos cinco años. Por eso muchos inversionistas y empresarios están haciendo su agosto ejecutando proyectos privados y contratando con el Distrito, sin que este último se haya detenido a reflexionar sobre el impacto que ese crecimiento está teniendo en la calidad de vida de la ciudad en términos ambientales.

Esa aseveración la demostró esta semana el ministerio de Medio Ambiente, que presentó los resultados de una investigación nacional en la que apenas Medellín, Bogotá e Ibagué alcanzaron el nivel medio de calidad ambiental con puntajes superiores a 40, en una escala que va del 0 a mayor de 80. No sobra generar la alarma de que ninguna ciudad colombiana cumple con los estándares de alta calidad.

La razón por la que Barranquilla, al igual que Soledad, Bucaramanga y Cali, tiene bajo nivel del medio ambiente, según el estudio obedece al mal criterio de espacio público, desaprovechamiento de residuos sólidos y a la falta de reporte de calidad del aire.

La foto de la siembra de árboles el día mundial del medio ambiente parece un chiste de postal. Cortesía: regioncaribe.org

La foto de la siembra de árboles, el día mundial del medio ambiente, parece un chiste de postal. Cortesía: regioncaribe.org

Sobre estos puntos hay que mencionar que en Barranquilla el cambio del POT por parte del Distrito y el Concejo ha ocasionado que zonas de humedales que son necesarias para los ecosistemas urbanos terminen siendo desecadas para generar proyectos urbanísticos y de infraestructura, causando daños irreparables al futuro de la ciudad. Y que en un bloque de escasos metros cuadrados se apiñen colosales edificios sin que se respete un mínimo de arborización y zonas de esparcimiento. En el caso del reporte de calidad del aire basta con hacer la pregunta: ¿Qué entidad cumple en Barranquilla un adecuado control del medio ambiente? el Damab terminó convertido en un fortín político que cumple intereses electorales e incumple sus funciones primarias.

«Medellín es la única ciudad del estudio que tiene medida su calidad del aire para el material particulado 2,5, el que más afecta la salud y del que no se tiene información en urbes como Soledad y Barranquilla, donde se ubican grandes parques industriales», según reporte presentado en el diario El Tiempo.

La suciedad de calles y arroyos no es responsabilidad del gobierno distrital. Es de todos.

La suciedad de calles y arroyos no es responsabilidad del gobierno distrital. Es de todos. Cortesía: emisoratlantico.com.co

Durante un debate electoral, el próximo alcalde Alejandro Char afirmaba que a Gustavo Petro le impactó tanto el buen manejo de la salud en Barranquilla que vino a la ciudad expresamente a conocer el modelo. Sería bueno que ahora sea Char quien viaje a Medellín, o que envíe a alguien que sepa de medio ambiente, a conocer cómo es la medición de la calidad del aire y cómo es el funcionamiento del sistema de transporte alternativo, porque su promesa de la siembra de árboles es buena, falta ver que se cumpla, no obstante que se queda corta si no hay una política sólida y un sistema fuerte de monitoreo y control del medio ambiente. Además de que urge un transporte serio e integrado que evite la circulación de tóxicas chatarras ambulantes.

Hasta ahora la mirada de los dos gobiernos sucesivos de la casa Char (Alejandro, Elsa) han enfocado sus esfuerzos en devolver la cara de Barranquilla hacia el río, buscando darle oxígeno a la ciudad, lo cual ha sido un esfuerzo plausible. Sin embargo hay una Barranquilla que todavía ni conoce el río y se ahoga entre moles de cemento, basuras, congestión y aire contaminado. Hace falta visión integral de gobierno, participación ciudadana y mucha naturaleza en una ciudad que nació rodeada de ella.

Sobre el autor

Practicante del periodismo desde niño, comunicador de profesión, artista por vocación. Email: jorgemariosarfi@gmail.com Móvil: 3185062634
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