Además de la cúpula militar y un cuestionado Poder Judicial, el Presidente venezolano se apoya en el Poder Electoral para mantenerse en el Gobierno más allá de este año.
Por Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Aunque la convocatoria que hicieron los opositores la última semana de abril era para recolectar 195 mil firmas que representan el 1% del padrón electoral venezolano, lo cierto es que según sus cuentas, lograron captar más de 2,3 millones de rúbricas en menos de tres días.
Las firmas son el primer paso de un largo proceso que buscará, por la vía del referéndum revocatorio, sacar a Nicolás Maduro del poder a finales de este año.
Pero al aparente entusiasmo del electorado por la idea de desalojar a Maduro de Miraflores –casa de Gobierno- se opone un Consejo Nacional Electoral (CNE), que según la oposición venezolana, está abiertamente parcializado con el Psuv. Las miradas acusadoras se posaron esta semana en la rectora Tania D`Amelio, quien dijo que el órgano electoral no revisará ni validará las firmas antes de 30 días, plazo máximo que tenían los proponentes del referéndum para recoger las rúbricas.
La declaración crispó los ánimos en momentos cuando el tiempo es vital para lograr el objetivo de sacar al oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), del Gobierno. Si la consulta no se logra este año, aunque Maduro sea revocado, su vicepresidente seguiría en el poder hasta 2019.
En ese contexto y aunque la oposición había informado que la entrega de las firmas se realizaría el martes 3 de mayo, el dirigente y ex candidato presidencial Henrique Capriles, anunció sorpresivamente un día antes que ya las habían entregado al órgano electoral; que dispondrá a partir de entonces y según la normativa, de cinco días hábiles para revisarlas y validarlas.
Los temores por la actuación del CNE se basan en la negativa inicial del ente en entregar el formulario para la recolección de firmas y activar así el largo proceso. Tibisay Lucena, la cuestionada presidenta del organismo electoral, dijo que hubo problemas de forma en la solicitud de la planilla y que la oposición no había cumplido.
Luego de protestas públicas de diputados opositores y un creciente malestar social aderezado además por la severa crisis económica y energética que atraviesa el país, el martes 26 de mayo el CNE decidió entregar el formato de planilla, con la cual se recogieron las rúbricas necesarias en menos de cuatro horas.
¿Nerviosismo en el Gobierno?
El éxito de las firmas ha descolocado al Gobierno de Maduro, según dijo el presidente de la opositora Asamblea Nacional –parlamento-, Henry Ramos Allup. La noche del primer día de recolección se realizó una “encerrona” entre Maduro, la cúpula del Psuv y el Alto Mando Militar.
Éste último le habría advertido al asediado Presidente que no reprimiría manifestaciones populares ni políticas en su contra con armas, y que para eso tendría (Maduro), que activar los escuadrones armados que habían sido entrenados por los cubanos para defenderlo. Estos grupos, conocidos en Venezuela como “colectivos”, son los responsables de la mayoría de las 43 muertes ocurridas durante las manifestaciones opositoras del año 2014.
El propio Maduro lanzó el Día de los Trabajadores sus propias amenazas. Pidió a sus seguidores durante un discurso difundido en transmisión obligatoria de radio y televisión, una huelga general indefinida y rebelión, si “por cualquier vía”, la oposición lo saca del poder. Irónicamente, fueron estas mismas acciones de presión, utilizadas entonces por los opositores, las que desalojaron momentáneamente de la presidencia a Hugo Chávez en el 2002.