La representante a la Cámara electa María Fernanda Cabal deberá responder la querella ante la Corte Suprema.
Por Chacharos, con apoyo de Terra
María Fernanda Cabal, congresista electa, esposa del presidente de Fedegán José Félix Lafaurie, no tenía ni la menor idea de lo que se le venía para encima con su Twitter contra Gabriel García Márquez cuando aún su cadáver estaba fresco. Primero tuvo que soportar un aguacero interminable de trinos en su contra. Y este martes, como si fuera poco, ante la sala penal de la Corte Suprema de Justicia fue presentada una demanda en su contra.
Según el abogado José Sierra, quien interpuso la demanda, la representante a la Cámara del movimiento uribista Centro Democrático habría incurrido en el delito de discriminación y su conducta contiene causales de agravación, porque los mensajes fueron publicados en un medio de comunicación masivo, como Twitter. “Las conductas que desarrolló Cabal representan una grave violación de las normas penales aspecto que la denunciada violó al haber ejercido actos de hostigamientos en la figura del maestro Gabriel García Márquez y lo que él representa para la literatura universal en especial para la comunidad del pueblo colombiano, cuando afirmó que pronto estaría en el infierno”, sostuvo el jurista. En días pasados, la representante electa se pronunció por sus declaraciones, aseverando que no desconocía la importancia de García Márquez en el panorama nacional, así como tampoco el olvido de su “responsabilidad social con el país”. Habría que preguntarle a la Congresista si a Gabo le asistía la obligación de solucionar los problemas de Colombia, cuando tuvo que asilarse en la Embajada de México en Bogotá porque había pruebas concretas de que había un plan de organismos de seguridad del Estado para asesinarlo.
«La verdad, por más incómoda o dolorosa que sea, siempre tiene lugar en mis pronunciamientos. Sin embargo, compruebo una vez más que la libertad de expresión en el medio colombiano resulta una actividad de alto riesgo, cuando es ejercida por quienes rechazamos la promoción de regímenes que atentan contra la dignidad humana, como lo ha sido el castrismo desde hace 50 años», sostuvo la parlamentaria. A lo cual hay que agregarle que la crítica contra regímenes moribundos y ya pasados de moda como la economía centralizada es respetable. Lo que no es respetable ni justo es que la ultraderecha siga respondiendo con mandar al infierno a quienes comulgan con otras ideas y lleguen al extremo de acudir a la violencia. O por lo menos promoverla.