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Cantos de sirenas

EL COMENTARIO DE ELIAS por Jorge Guebely

Estás en peligro cuando escuchas descriteriadamente cantos de sirenas. Lo entendió Odiseo en su regreso a Ítaca y, comprendiendo la amenaza, ordenó tapar con será los oídos de sus marineros para salvarlos de la esclavitud melódica. Él mismo, para protegerse, se hizo amarrar al mástil de la embarcación, quería oír los cantos y no sucumbir en la tentación. Al final salió ileso, pudo volver a su hogar original.      

Diferente la suerte de Dorian Gray, sucumbió ante los cantos de sirenas en la novela de Óscar Wilde entonados por Lord Henry Wotton; aristócrata inglés, culto, ingenioso, hedonista y cínico. Lo embaucó con el canto de la eterna juventud y terminó en horrorosa monstruosidad humana. Diferente también la suerte de un miserable villorrio húngaro en la novela “Tango Satánico” de Lázló Krasznahorkai; consumido con los cantos del comunismo, sucumbió de nuevo con los del capitalismo

Cuídate de eso cantos en épocas electorales, solo anhelan tu voto. Llegarán con brillantes promesas para perpetuar tu caída en la pobreza material y en la humana también. Te cantarán las melodías que más te seducen, las que más anhelas oír, tu talón de Aquiles, tu pasaporte a la ilusión y a la frustración. Bellos mundos surgirán de sus lógicas promesas para conservarte en el sueño, en tu caída.

Diferentes cantos en sus colores, formatos, sabores, pero con el mismo veneno. Narco-canciones, te drogarán con la ilusión de la libertad para perpetuar tu esclavitud, serás libre eligiendo y esclavo una vez elegido.

Para no sucumbir ante los encantos de las mefíticas melodías corresponde imitar a Ulises amarrándote al mástil de tu consciencia. Si estás condenado democráticamente a oír cantos de sirena durante las elecciones, te corresponde creer menos en las palabras del discurso verbal y más en las de los hechos.

Un encantador de serpiente o político se lo conoce más por su pasado y menos por su discurso presente. “Dime con quién andas y te diré quién eres” decían nuestros mayores; dime la calaña del jefe político de tu político para conocer la suya. Sus escándalos en el pasado son más veraces que sus promesas en el presente.

La sensatez te liberará de la clasificación, nunca te harás mayor con banderas ajenas: de derecha, izquierda o centro. Solo crecerás con la dignidad de tu propia bandera. Recuerda las palabras de Eduardo Galeano cuando dijo: “Los políticos dicen lo que la gente quiere oír y hacen lo que el poder quiere que hagan.” Si enarbolas tu propia bandera, te habrás evitado caer en el rebaño, diría yo.

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