En el Inkarnaval Fest 2013 se dieron cita 25 de los mejores tatuadores de ambos países para mostrar su arte y técnica, compitiendo por el que mejor se desempeñara en una jornada barranquillera.
Escrito por: Jorge Sarmiento Figueroa – Editor
Al final no importaba quién era el ganador. Ellos vinieron a reencontrarse, son una cofradía que desde la distancia comparten el arte y oficio del tatuaje, con sus técnicas y avances en la materia.
«Cada uno de nosotros tiene un estilo, no es fácil medirnos en competición. Algunos preferimos determinadas formas, técnicas y color que otros no usan. Con el tiempo se van formando escuelas», es el análisis de Alexis Epalza (Alexis_Epalza en facebook), tatuador venezolano que a sus 25 años se ha granjeado experiencia internacional, aplicando su arte a estrellas del fútbol y el espectáculo en Europa y Latinoamérica. Claro, está dedicado al dibujo y el tatuaje desde los 14 años.
Carlos Mario Díaz se tatuó a sí mismo a su hijo Nickson.
Como él, pero en Soledad, Atlántico, Carlos Mario Díaz abre su camino en el tatuaje desde temprana edad. Para él, el mercado local «ha roto el tabú y cada vez son más la variedad de clientes». Carlos Mario cobra sus tatuajes por el tiempo que invierte en crearlo. «Entre más detalle, diseño y tamaño lleva una obra, mayor es el tiempo. Por lo general el que va a mi tienda lo hace por referencias de personas que llevan mi arte en su cuerpo».
Esta es la segunda versión Inkarnaval Fest en Barranquilla, que se desarrolló en la galería de arte Bohemia. Tuvo una muy buena acogida, con aficionados y curiosos que pagaron su entrada para admirar la realización de tatuajes de todos los estilos.
Aunque es seguro que ni el obispo ni el procurador Ordóñez aprueben este tipo de eventos, y por supuesto no asistieron, la realidad es que chicos y grandes disfrutaron del festival, por el dedicado profesionalismo con que los tatuadores hacen su oficio.
Karen Ballesteros, Directora de InKarnaval Fest, destacó que «la gente viene porque aquí se hacen tatuajes de diseños únicos, por jóvenes creadores que ya pasaron el nivel de hacer las simples letras o dibujos básicos».
Entre los tatuajes del InKarnaval Fest, no hizo falta el lorito de Lachachara.co
Dos de los principales tabúes del tatuaje que ahuyenta a los más conservadores son las creencias religiosas, que convierten a los tatuados y tatuadores en «parias» de la juventud; y la higiene, que de nuevo crea el estigma de que las personas de esta subcultura tienden a ser propagadores de enfermedades infecciosas, por el uso de inyecciones y tintas en el cuerpo.
Sobre lo primero, ellos no opinan. «A cada loco con su tema, incluso para los feligreses», afirman simplemente. Y es que la gente se tatúa por muchas razones: moda, recuerdo, cultura, arte, ideología y hasta por la misma religión Católica que los señala.
Sobre lo segundo, los tatuadores que participaron en el InKarnaval Fest son considerados profesionales que guardan con celo el cuidado de sus utensilios. Por ejemplo, nunca tatúan dos veces con la misma aguja y siempre se mantienen actualizados en novedades de técnicas y normas en bioseguridad.
De hecho, la director del festival, Karen Ballestero, es microbióloga que ha abierto su propia tienda de tintas y utensilios de tatuajes y se dedica también a dar capacitaciones con especialistas para formar a los tatuadores de Barranquilla. «Si te quieres hacer un tatuaje, recuerda que debe ser con bioseguridad y asistir a los mejores, que sean formados y tengan experiencia. Porque un tatuaje es para toda la vida».
