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Sin independencia y sin Autonomía: Cataluña

Un joven productor barranquillero formado por TV3, de Cataluña, analiza para LaChachara.co el estado de la política en España.

Por: Ariel E Arteta F

Mientras recibía capacitación de parte de la TV3 (de Cataluña) sobre Televisión digital, veía como España empezaba a ser centro de los feeds de mis noticias, ahí en el taller, con los punzantes separatistas y en las redes sociales y medios digitales.

Si bien es cierto que los pueblos deben gozar de libre determinación, como el independizarse, y que este espíritu del pueblo catalán ha sido mal conducido por el hoy presidente de España, Mariano Rajoy quien no presenta espacios de diálogo, la situación en Cataluña tiene varios componentes que dificultan su determinación como país independiente de España.

En la Constitución de España existen artículos como el art. 2, que proclama “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”, es de entender entonces las dificultades de quienes dentro de ella quieran empezar una justa libertadora o independentista. Como descendiente de conquistadores vascos, y alguna vez motivado por la causa de independencia de ese territorio, puedo comprenderlo.

A pesar de ello, en la misma Constitución está el artículo 92, “Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”, en él queda claro que el pueblo puede elaborar nuevas leyes, que incluyen la independencia de un territorio, pero también queda claro que esta consulta debe hacerse a todo el pueblo y no a una porción del territorio.

Sin embargo, el presidente de la Generalit (Gobierno autónomo de Catalunia), Carles Puigdemont, omite esto y convoca referendo en el territorio y no a nivel nacional (es que no puede hacerlo y sobrepasar al reino o al presidente de España: “El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.”), llevando a una situación de caos constitucional en el gobierno autónomo catalán con el de España; y también internamente, pues no todos, ni en el Parlamat (parlamento catalán), ni en las calles, son independentistas.

Multitud de españoles catalanes rechazaron la imposición del referendo y la justa independentista, se denominaron la ‘minoría silenciosa’.

Cataluña y España sentados en la misma mesa. Foto de Diario La Nación

Cataluña y España sentados en la misma mesa. Foto de Diario La Nación

Es de saber, que Puigdemont es un político acusado por corrupción desde su anterior partido Convergencia. Hoy desde PedeCat, Partido Demócrata Europeo Catalán, junto con Oriol Junqueras y políticos familiares de Piqué, controlan Cataluña desde la ultraderecha más intransigente equiparable con los que estimularon el Brexit. Han insistido en el sentimiento independentista por encima de la unión, y también han tomado ligeras decisiones como cortinas de humo a sus pretensiones.

Esas últimas se pueden ver en los videos del referendo, donde la gente podía votar varias veces, no era necesario utilizar la cédula o la identificación. O como en estos días, donde declaró que no habría elecciones en Cataluña en diciembre y que mantendrían la carrera de independencia luego de ganar el referendo con sólo la participación de Cataluña, y con más del 55% de abstención.

Y quizás peor en la justa maquiavélica (lo digo por conseguir rayar en la historia una independencia ilegal en las leyes de España a como diera lugar), ha sido quedarse tranquilo viendo al Parlamat declarar la Independencia mientras Rajoy conseguía la aprobación del 155, artículo por el cual España puede hacer uso militar para recuperar el control de un territorio.

La declaración de ayer, en aspectos económicos, está contribuyendo al desastre económico de España, cuyo déficit ahora es el más alto de la Unión Europea, seguido de Grecia. El Ibex 35, la bolsa de valores, va en picada y, si nos centramos en Cataluña, las desinversiones y cambios de sede de Barcelona a Madrid ya se han hecho notar.

Los medios de izquierda, como RT, que han hecho hincapié en las voces de independencia, abren sus noticias con titulares amarillistas y guerreristas como: “Tanques en las calles de Barcelona”, “Capacidad militar para intervenir en Cataluña”, “La declaración de independencia de Cataluña desata una guerra en Wikipedia”. Incluso en Colombia, políticos como Gustavo Petro hacen partícipe sus ideas de la división de España por el mal gobierno de Rajoy, a sabiendas de la corrupción de quienes lideran la independencia.

El desafío independentista catalán queda así malogrado, además de por la triste fractura social en el territorio, por la desaprobación internacional y la suspensión del Gobierno autónomo desde Madrid. “Sin reconocimiento internacional no existe nada que se llame independencia”, dice mi maestro Gabriel Gómez, aunque existen países reconocidos internacionalmente puestos en territorios anexados ilegalmente en donde hay Apartheid.

¿Tiene un pueblo que dividirse para lograr su determinación? ¿Es la creación de un nuevo país la salida para los conflictos de fondo como especie humana, incluyendo el de la economía y convivencia social?

Como reflexión de todo me queda una frase sencilla de @brardanelf en Tw: “Es como si Cambio Radical intentara independizar La Guajira”. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a ceder en nuestra ética por las justas independentistas de quienes nos lideran?, y esta imagen compartida por el exgobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín:

Cataluña - Juan Carlos Gossaín

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