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Ser líder en Colombia es un acto de valentía

En Colombia no se necesitan muchos motivos para estar en la mira de un asesino. Un acto de intolerancia, resistirse a un atraco, hacer acciones de desarrollo por la comunidad o interesarse por la defensa del medioambiente, cualquier razón se convierte en una justificación para decirle adiós a una vida.

Ilustración @naniopina

 

 

 

Por María Angélica Borja Pérez 

Esta semana, la noticia más lamentable fue la relacionada con el hecho de que Colombia ocupa en el mundo el vergonzoso primer lugar por asesinatos de líderes ambientales, según la ONG británica Global Witnees. En su más reciente informe, Defendiendo el mañana, reveló que por primera vez el país encabeza la lista con 64 muertes en el 2019.

Según El Tiempo, en 2019, esta organización documentó 212 homicidios en todo el mundo, concentrándose la mitad de ellos en Colombia y Filipinas. Global Witness afirmó que la cifra convierte el año anterior como el más mortal que se haya registrado para los activistas que defienden los recursos de tierra y agua de los intereses de minería, agronegocios y combustibles fósiles.

La Global Witness destacó que la gran mayoría de estos homicidios fueron ocasionados por paramilitares, guerrilla, organizaciones criminales, e incluso, por integrantes de las fuerzas militares.

La Opinión afirma que las Naciones Unidas determinaron que estas cifras elevadas se deben a la implementación del acuerdo de paz, ya que estas conllevan iniciativas, como la reforma agraria y los programas destinados a motivar a los agricultores a intercambiar cultivos ilegales por cosechas legales.

Para quienes no lo sepan, la organización internacional existe desde hace veinticinco años, y lleva a cabo campañas pioneras contra los conflictos y la corrupción relacionada con los recursos naturales, así como contra las violaciones de los derechos ambientales y los derechos humanos asociados a estos; además, cada año investiga, registra e informa al mundo sobre cada una de la acciones que se adelantan, pero también la muerte de personas que quieren mejorar la calidad de vida en sus poblaciones y la conservación del medioambiente.

Qué triste es saber que para tener una bala en el cuerpo solo se necesita motivación y voluntad por llevar a cabo acciones que ayuden a la sociedad, a la humanidad o a la naturaleza.

Definitivamente, ser líder en Colombia es un acto de valentía.

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