Vientos de cambios parecen llegar al concejo de Malambo; tal parece que ya no estarán los mismos dinosaurios que estuvieron o que aún están regalando el municipio a ciertas familias “privilegiadas” y convirtiéndolo en el patio trasero del distrito.
Al parecer ya no estarán ellos, llegará la sangre nueva, con mejores ideas y con un sentido de pertenencia muy elevado, quiero creer que es así, pero observando el dinamismo político de aquellos que se hacen llamar líderes con banderas de renovación me doy cuenta que esto solo termina siendo demasiado utópico, de sangre nueva sólo tienen el eslogan de campaña y la cara bonita; ellos, sólo son fichas de aquellas familias donde cuyo apellido se ve nombrar a lo largo del tiempo por sus “grandes acciones políticas”; pero, qué curioso que sólo visitan estas tierras cuando están en campañas, (técnicas de felino volador) le llama la gente que conoce sobre estos temas políticos.
Muchos de ellos vendrán con órdenes de sus jefes, su deber será darle vía libre a las políticas distritales de reubicación de los sectores vulnerables de Barranquilla, pero no quiero darle vuelta a las órdenes que ellos vendrán a cumplir, quiero enfatizar en como jóvenes que tienen su criterio propio y una visión muy buena sobre el municipio terminan captados por el tradicional clientelismo de aquellos líderes municipales y departamentales que cuando estuvieron ejerciendo su cargo lo único que hicieron fue darle la espalda a la comunidad.
Lamentablemente si alguno de aquellos jóvenes representantes traen en su mente la voluntad de ayudar al pueblo y velar por sus intereses me atrevo a decir que todas aquellas buenas intenciones terminarán chupadas por sus jefes; los vampiros.
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