Por Chachareros/Todomail
https://youtu.be/sBV08qHJjAA?t=13
Los especialistas lo consideran el mal del nuevo milenio porque, es obvio, la vida de hoy es mucho más agitada, compleja e inestable. Basta con mirar lo que sucede en el mapa universal. Guerras. Conflictos. Carrera armamentista desbocada. La incontrolable ambición de acumular la mayor cantidad de armamento nuclear con la expectativa de que el mundo en que vivimos desaparecería si los países mejor equipados sueltan sus diabólicas ojivas atómicas.
En apariencia, para la mayoría de los seres humanos esos son sucesos lejanos, que no afectan a la comunidad más cercana. No es así. Todas las naciones del universo tienen un vecino belicoso armado hasta los dientes.
Por ello es importante analizar el mundo que nos rodea, y de qué manera lo que sufre el vecino, nos afecta a todos. Para la muestra un botón. El hermano país de Venezuela, por la insensatez de una clase dirigente tozuda, demencial y corrupta, ha causado el mayor desplazamiento forzado de los últimos tiempos. Es una dolorosa diáspora que deambula por el mundo en busca de un lugar por lo menos estable en donde pasar el mal rato.
La avalancha de información sobre lo que ocurre en Caracas es una inevitable causa de depresión para millones de venezolanos, que, al trasladarse a otros países, llevan con ellos en sus maletas el más explosivo coctel de trastornos psicológicos, económicos y la perdida total o parcial de la estabilidad emocional que requiere el ser humano para enfrentar la vida.
De ahí que consideremos necesario analizar con mayor cuidado el escenario que nos rodea y las propuestas políticas de los dirigentes ambiciosos por llegar al poder con intenciones honorables, o, todo lo contrario, con el inocultable propósito de convertirse en sempiternos dictadores crueles, sanguinarios y dementes, en una época en que la población está más y mejor informada, como para dejarse embaucar de los politiqueros orates y corruptos. Lo que es, en sí, un pleonasmo,
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