Siendo un derecho fundamental, no se le atiende como es debido. Por lo general es un caos.
Por Rafael Sarmiento Coley
«La movilidad es además, un derecho y un instrumento de igualdad de oportunidades», dice Maravillas Rojo, delegada del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (Cideu).

Panelistas de la jornada final el viernes del Congreso de Ciudades Iberoamericanas. Aparecen, entre otros, Alberto Martínez, Álvaro Berdugo, Ricardo Restrepo Ayda Ospino y Guillermo Polo.
Y así es. Cuánta injusticia la que sufre una empleada de un periódico barranquillero que nació, se casó y tiene su familia en Santo Tomás, aparentemente “allí mismo, a la vuelva de la esquina”, pero para ella esos 30 kilómetros que separan el lugar de su trabajo con su casa son un tormento.

A pesar de lo extenuante de la jornada de clausura, el público asistente se mantuvo muy disciplinado en sus sillas y con activa participació.
En la mañana tiene que procurar pescar el segundo bus que despacha la línea de transporte a las siete de la mañana, para llegar a la plaza del tomate luego de superar los insufribles atascos con motos, tricimotos, cuatrimotos, carros de mula, carros de burros, camiones, tractomulas, buses de todas las líneas y de todos los colores.
Después de tantas peripecias su bus la deja tirada en una plaza atiborrada de vendedores, algunos de ellos atrevidos y abusivos que no se conforman con mirar sino que llegan al extremo de pellizcarle la nalga, aunque en realidad no les tenga tan agraciadas.
De ahí “vuela” a abordar otro destartalado bus en donde dejará media nalga de su jean en uno de los resortes de la banca, y al fin llega a la oficina a las 8 y 20. Por supuesto, con 20 minutos de atraso, más 20 cociendo la raja del jean, y el regaño que no se deja esperar de un jefe que no llama la atención, sino que grita, insulta, humilla y hasta le falta el respeto a la joven tomasina porque llega tarde y, para colmo de males, con la nalga rota.
Las soluciones
Ese es el talón de Aquiles de las ciudades intermedias, y aún de algunas capitales como Barranquilla, Cartagena, Montería, Sincelejo, en donde no existe todavía una política clara y cohesionada que brinde distintas alternativas y modalidades de transporte digno, confiable y con precios al alcance de las clases populares.
Soledad, que es una de las ciudades intermedias con mayor población (se acerca a los 700 mil habitantes), carece de una política pública de transporte.
El tema en Soledad ya tocó fondo, bajo el desorden más asfixiante que alguien se pueda imaginar con todo tipo de transporte informal y sin control alguno, a lo cual se suma una brutal corrupción de las autoridades encargadas de regular el tráfico en las vías.
Con la mayor certeza la representante del Ministerio del Transporte, Ayda Ospina opinó en la clausura del X Encuentro Presencial Subregional Andino del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (Cideu), que «es necesario generar alternativas laborales para prevenir y evitar la informalidad en el transporte». Agregó que «La integración del transporte, en el recaudo y en la operación marca el futuro del transporte público».
«En el Ministerio de Transporte estamos pensando en soluciones de movilidad regionales integrales».
Es lo obvio. Lo que indica el sentido común. Soluciones de movilidad regionales integrales. Pero ahora le sale la quinta pata al gato. Los celos de los alcaldes y concejales por la adjudicación de rutas y de modalidades de transportes, en donde históricamente ellos se han lucrado año tras año con lo que ahora denominan ‘la mermelada’.
Guillermo Polo Carbonell, dinámico y eficiente director del Área Metropolitana de Barranquilla (AMB), asegura que su entidad “puede y debe asumir las competencias de autoridad ambiental para integrar las soluciones de esa índole».
Por supuesto que tiene sentido común que haya una entidad con músculo e infraestructura que articule planes, proyectos, alternativas, rutas, modelos de transporte pronto, con amplia cobertura y barato, o por lo menos al alcance de las clases más pobres.
Guillermo Polo sostiene que «con el proyecto de parques lineales, tendremos un eje articulador que permita nuevos espacios de convivencia». Y eso está bien. Porque era lo que decía el vice alcalde de Medellín el primer día de jornada de este evento, “necesitamos ciudades con equidad, con inclusión, con valores, con sentido de pertenencia y con alma”.
Los dueños de los buses
Guillermo Polo asegura que «hoy los municipios asociados al Área Metropolitana de Barranquilla (Puerto Colombia, Galapa, Malambo, Soledad y Barranquilla), tienen capacidad de endeudamiento para apostarle a proyectos de impacto».
Eso está muy bien. Pero el muro contra el cual se estrellan esas buenas intenciones son los dueños de los buses. Un parque automotor que en un 90 por ciento ha debido salir de circulación hace 20 años. Y todavía ruedan como alma en pena, arrastrándose de mala muerte y quedando varados en cada esquina.
Es por lo cual se requieren nuevos empresarios del transporte. Gente joven con una visión de futuro, a quienes Guillermo Polo tiene que convencer de que el transporte público urbano e intermunicipal de pasajeros es un negocio rentable, sin dejar de cumplir su cuota social.
Lo que ocurre es que los transportistas remolones siempre se han quejado de que ese negocio es malo. Que pierden plata. Y si es tan malo el negocio, ¿por qué nunca lo abandonan?
En estas ciudades, grandes y pequeñas, en conexión directa con Barranquilla, Cartagena y Santa Marta deberá existir pronto el tren de cercanías.
En la ciudad de Barranquilla Transmetro debe salir de las limitaciones que le impuso la banca multilateral, y hacer líneas que beneficien a más comunidades. Falta la ruta de la calle 30, que llegue hasta el aeropuerto Ernesto Cortissoz e incluso llegue a Malambo, Sabanagrande, y Santo Tomas.
Un ciudadano de clase media que viva en el barrio Paraíso de Barranquilla y tenga que viajar a Bogotá por una oportunidad de estudios tiene que pagar en taxi al aeropuerto la friolera de ¡Treinta Mil Pesos!
En cambio un viajero avispado que va para Montería se va a la terminal pirata debajo del puente de la Circunvalar con Murillo, y paga Veinticinco mil pesos. ¿Eso tiene sentido?
El tema ambiental
Fue uno de los asuntos de mayor preocupación de los muy estudiosos asistentes al X Encuentros de la Subregión Andina del Cideu: el tema del medio ambiente, y el enorme peligro de la lluvia ácida por la altísima circulación vehicular por las calles de las ciudades grandes e intermedias.
Guillermo Polo dice que el AMB tiene un proyecto de “corredor ambiental. Que en realidad es el proyecto más transformador del territorio metropolitano”.
Por su parte Ricardo Restrepo, gerente del Transmetro, asegura que «la ciudad necesita empezar a ser incluyente en todos los ámbitos y eso, es responsabilidad de todos».
Hay que reconocer que Restrepo encontró un Transmetro manga por hombro. Con altos niveles de inseguridad a toda hora y todas las estaciones y sus tramos. La crisis ya había tocado fondo.
Ante lo cual Restrepo responde que “tendremos la primera Policía dedicada a Transmetro para evitar las dificultades en seguridad de otros sistemas”.
En síntesis, el décimo encuentro del Cideu sirvió para abrir los ojos sobre temas neurálgicos, que están en la piel de las ciudades grandes, medianas e intermedias. Y todas entre sí, dependen unas de otras. Y todas entre sí, deben aplicar soluciones múltiples y prácticas para prestar un servicio de movilidad que sea incluyente, de calidad y multimodal, que incluya, por qué no, un transporte acuático por el Río Magdalena desde Suán hasta el muelle del malecón turístico con lo cual Barranquilla ha recuperado su primigenia condición de ciudad ligada a su Río. Ahora ha dejado de darle la espalda y ha vuelto a mirarlo de frente. Nada mejor que sellar esa etapa con un transporte fluvial que recorra el malecón en Barranquilla, pase por debajo del nuevo puente Pumarejo, Parque Industrial de Malambo (Pimsa), Sabanagrande, Santo Tomás, Palmar, Ponedera, Campo de la Cruz, Suan, Puerto Giraldo. Soñar no cuesta nada, Guillo Polo, y Ricardo Restrepo, que tendría en ese proyecto la posibilidad de prestar servicio de Transmetro por calles y río.