Con el maletín lleno de ilusiones, Mario Miranda busca un mentor para enseñar boxeo a los jóvenes de barrios marginales de Barranquilla.
Por Francisco Figueroa
Hizo el lanzamiento de la Fundación «Boxeando con Mario Miranda» y no estaba equivocado. Porque la convocatoria fue todo un éxito. Pero cuando vio todo ese puñado de muchachos de los barrios La Chinita y La Luz, se dio cuenta de un detalle: carecía de todos los implementos para entrenar. Y no le quedó más opción que salir a socializar el proyecto para buscar patrocinador.
Mario tiene el sinsabor de no haber podido darle a Barranquilla un título mundial de Boxeo. Quiere compartir con los jóvenes que sueñan con ser boxeador una experiencia de vida. «El alcohol y la droga no compaginan con el deporte», resalta.
Marío Miranda fue un gran ídolo y el último boxeador que logro llenar las graderias del Coliseo Cubierto Humberto Perea, desde su debut el 8 de junio de 1979. Ante Delimiro Cassiani mostró sus condiciones boxísticas. Combate tras combate, este pugilista barranquillero comenzó no solo a brillar con luz propia en el campo nacional sino internacional y su fama comenzó a rodearlo de personas que llegaron con la intención de introducirlo en el mundo de la droga. Y lo lograron.
Primer round con las drogas
En el año 1981, entre rumba y rumba, comenzó a consumir cocaina. Con sus excelentes condiciones boxísticas los amantes de este deporte de fistiana se preguntaban porqué Mario no fue campeón mundial. La respuesta va de la mano de su actual sueño de su fundación.
A sus 51 años, Mario Miranda creó ‘Boxeando con Mario Miranda’ para que los jovenes no sean presa fácil del licor y de la droga. «Yo sólo consumia droga cuando estaba en las rumbas, me tomaba un trago de licor y me entraba una ansiedad por la cocaina. A medida que mi fama aumentaba, así crecía mi afán por tragarme el mundo».
Recuerda que el 19 de junio de 1982, en la pelea ante el mexicano Marcos Villasana en Cartagena, los propios y extraños veían a un Mario Miranda desconocido. «No tenía los mismos reflejos y mis características natas no salían a flote; pero yo en mi mundo pensaba diferente, me creía insuperable bajo los efectos de la droga».
Llegó la prueba de fuego: la pelea por el título mundial ‘pluma’, el 15 de septiembre de 1982, ante el puertorriqueño Juan Laporte, en New York.
«Pensaba que ya era campeón, sin haber peleado, y cometí un grave error: consumí cocaína el día antes del combate y el resultado fue fatal, perdí por la vía de nocaut en el 10 asalto». Agacha la mirada y vuelve a levantarla, esta vez no quiere esquivar los golpes del recuerdo. Prosigue: «había desfraudado a mi gente en Barranquilla, que confiaba en que ganaría el título mundial ‘pluma’, porque ellos no conocían mi mundo interno, el de las drogas. Cuando regresé a Barranquilla nadie me fue a recibir».
El round decisivo lo ganó por nocaut
El impacto de ver que se había convertido en alguien sin la dignidad de un deportista, que la gente en las calles no lo determinaba, lo llevó a tomar la decisión de partir de Barranquilla.
«Me fui a radicar a Panamá. Allí hice dos combates y los gané. Luego me fui para Estados Unidos y continué combatiendo durante un tiempo, pero ya no era el mismo joven con futuro».
Luego que abandonó el boxeo vino otra prueba de fuego en el mundo de la droga. Un amigo le propuso comprar un apartamento en Miami, pero la condición era que sería una bodega para guardar cocaína. «Yo ganaría mil dólares por cada kilo de coca que saliera de allí, yo sería el administrador del negocio. Pero gracias a Dios no me dejé tentar del diablo y tuve la voluntadad de decir un no rotundo, así como había decidido dejar de consumir cocaína».
Una nueva ilusión con el boxeo
Está decidido empezar un plan piloto para poner en funcionamiento la fundación ‘Peleando con Mario Miranda’. En la agenda tiene visitar al secretario de Deportes distrital, Joao Herrera; y al gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre, para buscar un patrocinador.
«Tengo Fe, que es lo importante para superarlo todo. Soy un ejemplo de superación, paso a paso sé que podré cumplir esa ilusión de compartir mi experiencia con los jóvenes que sueñan. Como dicen los que saben ganar: ‘se pierden batallas, pero jamás la lucha'».
Crónicas relacionadas
Recuerdo que de Miranda esperabamos mucho en el boxeo, ahora, por esta interesante crónica, sabemos de la causa por la que no fuera campeón mundial.
A través de la crónica pude conocer los verderos motivos el porque Mario Miranda no fué campeón mundial.-
Lo he visto hacer lobby en el concejo, pero ahí no hay vida. Muy buena la crónica.
Excelentes crónicas mi querido Punde!. Toque humano y de vida. Abrazote!