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Luciana Peker: "Luchamos contra la violencia porque luchamos por el deseo"

Por Rafael DíazEstudiante – Universidad de la Costa Luciana Peker es una periodista argentina quien con su nueva obra titulada “Putita Golosa: por un feminismo del goce” nos habla sobre la liberación femenina desde el placer sexual, para convertirlo en un acto político y revolucionario. [video width="640" height="352" mp4="https://lachachara.org/wp-content/uploads/2019/02/Manifiesto-de-Luciana-Peker.mp4"][/video] Primero la vimos hablar sobre su obra en la Fundación La Cueva, donde se encontraba como invitada en el Carnaval Internacional de las Artes. En un momento grato de risas y opiniones pudimos conocer su postura frente a la dirección del movimiento feminista actual y la situación de igualdad en América Latina. Luego tuvimos la oportunidad de  encontrarnos con ella en el hotel El Prado, donde tuvo la amabilidad de concedernos una entrevista y respondernos las siguientes preguntas. ¿Qué le llevo a darle esta moderna mirada al feminismo desde el placer sexual con su libro “Putita Golosa”? Bueno, yo creo que después de muchos años de escribir,  y por supuesto, seguir escribiendo, nunca dejé y nunca voy a dejar de hacerlo, en contra de la violencia, del abuso sexual, de la discriminación laboral, de la clandestinidad del aborto, de los derechos sexuales y reproductivos; también era importante hablar del goce, ¿no?. Con una filósofa muy importante de la Argentina que se llama Diana Maffía empezamos a hacer unos talleres de cartas de amor, en donde por un lado hablábamos del amor y por otro lado escribíamos cartas porque para mí hay que escribir siempre. Lo que pensábamos es que el feminismo tiene más pensada la violencia que el amor. Por supuesto hay pensadoras, hay mujeres en Argentina que lo han hecho, Karina Felitti, por ejemplo, una investigadora; Coral Herrera Gómez, que es una pensadora española que vive en Costa Rica. No es que nadie lo ha pensado pero el feminismo pensó más sobre la violencia que sobre el amor, ahora hay una gran diosa nuestra que se llama Srta. Bimbo, que acaba de escribir un libro, que es, para mí, muy importante. Pero creo que sí, en ese sentido poder volver a pensar sobre el placer y sobre el derecho al placer; no solo sobre el placer como una píldora por la cual podemos tener sexo, sino poder indagar sobre ese derecho al placer. Eso era necesario decirlo, y es el lado A del feminismo. Luchamos contra la violencia porque luchamos por el deseo. Luchamos contra la discriminación porque luchamos por nuestra libertad sexual, de ser quienes queremos ser, con las identidades autopercibidas; como las queremos tener y de disfrutar con quién, cómo y cuándo queremos disfrutar. Y ahora que mencionas el tema del aborto en el principio, ¿cómo consideras que se relaciona el derecho al aborto con la liberación sexual femenina? Yo creo que están íntimamente relacionados. Que si todavía en toda América Latina no existe el derecho universal al aborto legal, seguro y gratuito -solamente el derecho al aborto es pleno en Cuba, en Uruguay y en la Ciudad de México- es porque todavía las mujeres no tenemos el derecho ciudadano al goce sexual. La restricción sobre el aborto, por un lado, es un problema de salud pública, genera muertes; en Argentina 46 muertes al año, un dato que es muy importante, no solo la cantidad porque los sectores antiderecho dicen que es poco con relación a otras patologías. La diferencia es que los abortos no tienen por qué tener muertes. En Uruguay la muerte es 0, en México DF, la ciudad autónoma de México, también; los abortos no tienen por qué generar muertes, por lo tanto son muertes evitables. Pero, además, el derecho al aborto seguro, legal y gratuito, es el derecho ciudadano al goce sexual sin la sombra de la muerte, así como justamente en los años ochenta se luchó para que el VIH no fuera la sombra de la peste rosa contra la homosexualidad como se quiso vender, sino que el cuidado y la prevención, los análisis, y el uso de preservativos, dan un sexo que es seguro, es libre, gozoso, no hablamos de seguridad sino de goce. El aborto es la consagración ciudadana y normativa del derecho al goce. Cuando me mencionas estos datos alarmantes, porque en realidad son justamente eso: datos alarmantes, ¿qué le dirías a todas esas personas que dicen que en pleno siglo XXI el feminismo ya no es necesario? ¡Que me vengan a buscar! (risas) Que vengan cinco minutos a este cuerpito. No, el feminismo es más necesario que nunca, en principio porque hay una reacción machista, en segundo lugar porque la igualdad no está conseguida. Lo que te dicen es “¡Ay, ya tuvieron una presidenta! (en el caso de Argentina), ¿qué más quieren? Ya pueden estudiar, ¿qué más quieren?” ¡Queremos mucho más! Por supuesto, somos ambiciosas, vamos por todo. Eso es la potencia del feminismo. Que no es manso, que no es conservador, que no quiere poco, es ambicioso. Por supuesto, después te puedo decir unas cifras muy claras, en Argentina muere una mujer cada treinta y seis horas por ser mujer; hay travesticidios también, específicamente de la muerte de travestis y trans, que siempre sufren más por su condición de travestis y trans. Sufren incluso más que las mujeres, por supuesto más las lesbianas, más las afro; hay un aumento de la homofobia claramente. Las mujeres ganamos 26% menos que los varones, te estoy dando cifras de la Argentina, las mujeres jóvenes menores de 29 años tienen una desocupación de 25%. O sea, a una joven en la Argentina le cuesta cuatro veces más conseguir trabajo que un hombre de 40 años en la ciudad de Buenos Aires, entonces que nos vengan a hablar de que no es necesario el feminismo. Justo cuando me mencionas a la comunidad LGBT+, me surge una duda: ¿Consideras importante la unión entre la comunidad sexo diversa y el colectivo feminista para luchar contra el machismo? Por supuesto, para mí la comunidad LGTB y el feminismo somos una unidad, como decimos en Argentina, no hay feminismo sin trabas, en el sentido sin travestis, sin trans, sin identidad sexual, no hay una lucha por los derechos de las mujeres sin una lucha por lo lésbico. Sostengo que la Argentina fue un país más misógino que homofóbico, porque fue más fácil aprobar la ley de matrimonio igualitario que la del aborto legal, seguro y gratuito. Eso no quiere decir que haya una homofobia creciente sino que por otro lado hubo sectores complacientes, especialmente de los gays de clase alta o de lo que se conoce como el pink washing. Ciertos sectores gays de alto poder adquisitivo, por no tener hijos o por tener mucho consumo hedonista, más acomodaticios, ese es un fenómeno real, y hay mucho gay que sin embargo es misógino. Eso es una realidad, pero como movimientos de activismo son movimientos absolutamente unidos. Y además tenemos que estarlo más que nunca, porque cuando vuelven los sectores conservadores, vuelven contra todos. Y eso es lo que está pasando con Jair Bolsonaro en Brasil. [caption id="attachment_100391" align="aligncenter" width="702"] Luciana Peker en entrevista con Rafael Díaz.[/caption] Ahora que hablamos del personaje Jair Bolsonaro, o sobre todo estos personajes en la política latinoamericana, ¿qué consideras como elementos claves para avanzar en materia de igualdad en una región conservadora como América Latina? Yo creo que hay que entender que tanto Donald Trump como Jair Bolsonaro no ganan a pesar de su misoginia y a pesar de su homofobia. La homofobia en Bolsonaro es mucho más fuerte que la de Trump. Eso es interesante incluso para los sectores gays que creían que ya tenían todo ganado y entonces el activismo no era necesario. Porque cuando vuelve el conservadurismo, vuelve contra todos. Incluso los derechos que ya parecían adquiridos vuelven a retroceder. El fenómeno de Bolsonaro es un fenómeno muy peligroso, en términos de políticas reales es todavía más peligroso que el de Trump. Yo comentaba hoy, Trump ha tenido por supuesto medidas, ha restringido las políticas de salud sexual y de aborto para los países extranjeros, ha restringido la posibilidad de que la comunidad trans entre al ejército; pero no ha tenido fuertes medidas, o sea, boqueó más de lo que hizo en políticas. Jair Bolsonaro asume y saca a la comunidad LGTTB del ámbito de protección del Ministerio de Derechos Humanos. O sea, ni bien asume y ejerce políticas públicas contrarias a la comunidad LGTTB. Además de la protección a quienes se supone son los asesinos de Marielle Franco, la concejala, un femicidio emblemático, político, lesbofóbico, en Río de Janeiro, que es central. Entonces sí, lo que creo en principio es entender que estamos en un momento de retroceso y que el gran enemigo del fascismo somos las mujeres, los gays, lesbianas, los trans, no binarios, y todas las disidencias sexuales. Y que frente a eso hay que estar unidos. Y hay que pelear por más, pero por sobre todo hay que encontrar mejores formas de resistencia y unidad. Muchas veces tanto dentro del feminismo como dentro de la diversidad sexual, nuestro gran problema es el fuego amigo o el fuego interno. Tenemos que tener diferencia porque las diferencias son plurales y legítimas. Pero me parece que sí, lo que hay que entender es que estamos frente un momento de retroceso y que frente a ese momento de retroceso, las diferencias tienen que existir, pero hay que tener unidad en la acción y en la defensa de nuestros derechos. ¿Un consejo que le quieras dar a todas esas mujeres que se sienten reprimidas sexualmente o que tienen miedo de asumir su libertad sexual? Bueno, yo siempre he sido clara que no hablo desde el éxito, yo hablo desde el fracaso, yo hablo desde el dolor. No hablo de tenerlas claras, no hablo de que yo tengo recetas para pasarla bien; sino hablo del deseo y de lo que le deseo a las mujeres. Yo creo que tenemos que ser deseadas, que tenemos que pelear por el deseo, y que tenemos que pelear por imponer un deseo en donde ese deseo de las mujeres sea colectivo. Es cierto que a veces me escribe una mujer y me dice: “La paso muy mal con mi marido, y estoy casada, y no tengo un orgasmo porque él me echa la culpa”, y yo digo: “¿Y ahora qué carajo hago?” (risas) porque yo le puedo decir que se divorcie y que luche por su deseo. Bueno, y se va a encontrar con un tipo de mierda y le van a cortar el rostro y va a ser difícil. No quiero arengar hacia un camino fácil o libertario, que sea mentiroso, no me gusta hablar demasiado. El camino hacia la libertad y el goce es un camino lleno de obstáculos, lleno de dificultades, lleno de experimentación, lleno de dolor también porque hoy a las mujeres nos cobran, nos cobran mucho nuestro deseo. Yo creo indudablemente, porque en esto no nos queda otra, que no hay posibilidad de vivir sin deseo y entonces no le deseo a nadie una vida sin deseo, y lo que deseo es que cada vez tengamos más posibilidades de desear y ser deseadas. Por último, ¿un consejo que le quieras dar a las futuras generaciones de niñas que podrían crecer en un entorno de desigualdad? Yo creo mucho, muy potentemente, en que la gran matriz de las feministas es que cuando escuchas a una mujer que denuncia un abuso sexual, siempre te va a decir que lo hace por las otras. Yo estoy escribiendo un libro, es mi próximo libro que va a salir este año, se llama “La revolución de las hijas”. Creo en la potencia de las hijas, y creo que, aunque digamos que no hay que idealizar la maternidad, el feminismo tiene una enorme potencia en su deseo de que las futuras generaciones sean mejores y más felices, en ese deseo intergeneracional. Entonces creo que hay que desearle a las niñas promover la inteligencia, promover la superación personal, sacarlas de los estereotipo, pero hacerlas felices, y por supuesto también a los niños. Que definan lo qué quieren hacer, cómo lo quieren hacer, con quién quieren gozar. Creo también en la libertad de los varones en todos los sentidos, desde que no respondan al estereotipo de macho heterosexual hasta que puedan disfrutar ser gays, ser trans, de ser heterosexuales y de ser lo que quieran. Creo que el feminismo viene a traer más libertad, no sin complejidad, no sin caos, no sin fricciones, no sin conflictos. Muchísimas gracias por tu tiempo, Luciana. Ha sido un honor para mí compartir este momento contigo. Un honor para mí, un honor para mí, realmente.]]>

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