CrónicasLocales

Lipaya, el 'Caguán' barranquillero

Este escrito refleja la conciencia de una sociedad sorprendida y perpleja por su situación, pero también refleja una sociedad con temor a decir la verdad de un barrio.

Escrito por: Cristián Ibáñez – Crónica de concurso «Premiando tu Talento», de Lachachara.co  y Metrotel SA.

Un barrio en la que la ausencia de toda clase de autoridad no ha permitido el surgimiento del mismo y, además, ha provocado el deterioro general de una comunidad ignorante de los verdaderos problemas, e impotente para resolverlos, si los visualizara a fondo.

slideAl suroccidente de Barranquilla existe un barrio casi que anónimo, con políticas sociales deplorables. Lleva por nombre ‘Lipaya’. Tiene una grave situación social y ambiental en uno de sus sectores, la carrera 9J, sector más conocido como ‘El Caguán’.

El recuerdo de un proceso fracasado

 Este sector se denomina así desde el proceso de paz entre los años 1998 y 2002, recordemos que San Vicente del Caguán (Caquetá- Florencia), fue el centro de la zona de distensión. Dos días después de finalizado el  tiempo concedido a las Farc por parte del entonces presidente de Colombia, Andrés Pastrana Arango. Además en dicha zona de distensión fue secuestrada la candidata presidencial, Ingrid Betancourt Pulecio.

Tal vez muchos recordamos esta situación de “conflicto” entre las Farc y el Gobierno de nuestro país, pues es necesario informar que aquí en la alegre y próspera Barranquilla, en el barrio Lipaya, hay una maqueta semejante y es allí en medio de conflictos sociales, calles llenas de barro y  maleza que surge por la desidia de sus habitantes, está la fiel copia del Caguán de mi barrio.

Andrés*, una persona que vive cerca de este sector, narra la desgarradora realidad: “si tu sacas un celular por allá… no lo vuelves a sacar más nunca”.

Y Cheito*, un muchacho sano, que quiere estudiar y salir de este infierno, asegura: “aquí se forman riñas muy fuertes, entre los ‘coletos’ y los policías, además entre los mismos ‘coletos’. Algunos de los policías salían sin chaleco, ya que entre el gentío que se encontraba en las riñas, se los quitaban y muchas veces los quemaban». A Cheito* todo esto le repugna, porque piensa que son vivencias de una sociedad primitiva y enferma.

Muchos jóvenes se pierden en la droga y, cuando no tienen plata para el bazuco, no les queda más que atracar al pobre e indefenso caminante de estas calles llenas de gentes enfermas del alma y del cuerpo.

Las familias de este sector del barrio son muy pobres. Tanto, que en el menú de su cena (se dice cena porque muchas veces esta es la única que hay al día), se destacan: la carne de cachete -el famoso gordito que es la grasa acumulada-, la menudencia que muchos la utilizan en otros sectores para alimentar a sus mascotas. Son las carnes mas predilectas del sector. Son las que están a su alcance. ¡Ah! Con un guineo atravesado en el plato de peltre.

En el undergroud la niñez está perdida

Cuentan que aquí en el Caguán barranquillero las personas se hacen los favores y, después, en las peleas callejeras, de pretil a pretil, toda esa ropa sucia se la restriegan en la cara ‘por ser un faltón’, como dicen muchos de este sector. Además, a la hora de pelear, debes estar preparado con lo primero que encuentres, con cuchillo, con trancas o, como en la mayoría de las veces, con piedras, porque al que no está pilas, lo joden.MVC-1F

El progreso de este sector barranquillero, y el del barrio en general, está en veremos, ya que problemas como la inseguridad y la drogadicción han generado la perdición desde la niñez hasta la juventud de los chicos y chicas que aquí viven, chicos que piensan que la droga es “una opción de vida”, pues aunque no es el camino correcto es el único que sus padres les mostraron.

¿Qué es lo que ocurre con estas personas?, ¿Será que el entorno los cautivó a ser parte de el mundo de drogas?, ¿Y qué pasa con la seguridad del barrio en general? Preguntas como estas son las que rondan en la mente de  muchas otras personas, pero cabe agregar que no todos los que aquí viven son drogadictos o maleantes. Otras son personas que no tienen a dónde ir y  que además han alcanzado a reflexionar  sobre la situación que vive este sector del barrio. Una persona de que vive cerca de este sector a quien llamaremos Marisela* (por su seguridad) dice:

Los juegos que hacen divertir a los niños del Caguán son: el pistolero, el cual juegan en el monte que hay a sus alrededores, el dominó y el billarcito. Son niños que optan por pasar jugando cosas destructivas que por estudiar, y no te metas por allá si no quieres salir en cuero y con tres puñaladas de ñapa”.

Los jóvenes de este sector eligen tener una familia a una edad en la que ignoran lo que esto implica, las muchachas que venden su cuerpo solo por un poco de dinero o por una dosis de droga y que como resultado obtienen un embarazo, son las escenas más comunes en el sector.

A través de la investigación realizada también se estableció que las famosas ‘pepas’ ya vienen en gotas y que el  ‘bareto’ o cigarrillo de marihuana más caro cuesta $2.500, además que obtenerlo es muy fácil, solo hay que ir a la parte de atrás de un antiguo comedor y allí encontraremos a  algunas de las personas que consumen droga. Es el underground (subterráneo, escondido, vergonzante) de Barranquilla.

¡Ah!, también nos dijeron que tuviéramos cuidado con las ‘minas quiebra patas’, grandes plastas de mierda humana dejadas allí por personas que no tienen todavía el servicio de alcantarillado. Sí, así como lo cuentan las personas que realizan sus necesidades al aire libre y sin ninguna clase de incomodidad. Sin pudor, con el fundillo para afuera y la cara entre las manos.

El grupo de sociólogos y el periodista que realizó este trabajo coincidió en formularnos esta pregunta: ¿Qué será de los niños de este sector, sin una educación segura, con mega colegio invisible pues aun no lo han construido, y pensar que si ya este existiera el ingreso de estos niños fuera imposible por sus escasos recursos? ¿Qué vamos a hacer con tanto problema? La verdad es que la respuesta a esa pregunta no surge espontánea, pero sí hay la certeza de que si muchas de las autoridades de la comunidad asumieran la responsabilidad del barrio y sintieran al barrio Lipaya como suyo, otro gallo cantaría, como dicen por ahí.

*Nombres cambiados por la seguridad de los entrevistados.]]>

Related posts
Arte y CulturaCrónicas

Adriano Salas, un compositor que le cantó a la naturaleza 

Locales

Alcaldía de Barranquilla lamenta fallecimiento de una persona en colapso de edificio en Privilegios 

DeportesLocales

Medallista del Team Barranquilla otorga oro a playas de Puerto Mocho para práctica de deportes náuticos 

Feria de ArtesLocales

El Festival Diverso `Se Tú’ se toma el parque 11 de Noviembre

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *