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Historias cantadas, una novedosa propuesta finalista en los Grammy 2020

Andrés Salcedo fue invitado a leer una serie de textos ‘juglarescos’ que fueron base del álbum Gaiteros de Pueblo Santo, nominados al codiciado máximo galardón de la música Latina 2020.

Por Andrés Salcedo González/tomado de eltiempo.com

 

Andrés Salcedo González, escritor, periodista y narrador de radio y televisión, autor de esta nota y quien le puso la voz a ‘Historias cantadas’.

Una mañana, hará cosa de un año, me llamó Julián Sarmiento para que fuera a su estudio a grabar un texto para un cliente que, como me dijo, era amigo suyo. “Trátalo bien, cóbrale lo menos que puedas, el man es estudiante”. Cuando llegué al estudio encontré a Julián editando unas pistas con otro muchacho. Me lo presentó, me entregaron un libreto y enseguida nos pusimos a trabajar. El “cliente” era Marlon Peroza, un joven músico de Montelíbano, Córdoba.

Me llamó la atención que, por indicaciones de Peroza, yo debía leer cada párrafo dentro de un límite de tiempo que él o Julián medían rigurosamente, cronómetro en mano. Los textos tenían cierto toque de cantar juglaresco, describían aventuras, hablaban de personajes que recorrían caminos que iban o venían del mar y contaban historias de amor que tenían lugar en los escenarios que acogían a los aventureros y que eran poéticos hasta en sus nombres: Ayapel, Magangué, Muchalajagua.

Me encantaron esos textos y así se lo dije a Marlon Peroza, que los había escrito. Me divertí leyéndolos y ya con eso me siento más que pago, le dije. Y me despedí de él convencido de que había grabado un texto para un nuevo proyecto literario o, tal vez, para una tesis de grado. Y, sinceramente, al paso del tiempo, me olvidé del asunto.

Pero hace un par de días me llamó Peroza para contarme que a partir de los textos que yo había leído, él había compuesto y grabado con su conjunto, Gaiteros de Pueblo Santo, unos sones de gaita para acompañar las narraciones orales.

Los integrantes del grupo de música de gaita Gaiteros de Pueblo Santo, que dirige el compositor, cantante, arreglista y gaitero Marlon Peroza.

A mi voz le añadió percusión: tres tambores, dos gaitas, maracas y un coro, y así nació el más original álbum de historias costumbristas del Caribe colombiano. El álbum Marlon lo bautizó Historias cantadas y, como me lo anunció, gritando de emoción en el teléfono: “Huevón, estamos nominados al Grammy Latino, categoría mejor álbum folclórico, ¿cómo te quedó el ojo?”

Oyendo el disco, que Marlon me acaba de enviar, descubro su atrevida incursión en el terreno de la épica musical. Hasta donde sé, es el primer intento de recoger la enorme tradición musical y narrativa del Caribe colombiano y darle un sonido que suene ancestral y moderno al mismo tiempo: doce historias sacadas de lo más auténtico del costumbrismo caribe.

El estudio de grabación y producción The Chanclets, que dirige el guitarrista, compositor, productor y editor musical Julián Andrés Sarmiento Figueroa.

En esta aventura, que es musical, literaria e histórica y en la que me he visto envuelto sin haberlo buscado y sin tener la menor idea de lo que estos muchachos tenían en mente cuando me llamaron, debo resaltar el trabajo de Julián Sarmiento, uno de los músicos colombianos más imaginativos de la nueva generación, hijo de dos amigazos que los años y el oficio me han regalado: Rafa Sarmiento, el Búho, y su polifacética mujer, Nira Figueroa, dos pesos pesados del periodismo caribe y de la amistad.

Cuando terminé de hablar con Marlon llamé al filósofo Numas Armando Gil, nativo de San Jacinto, en los Montes de María, donde se rinde un culto histórico a la gaita y autor de varios libros sobre la rica cultura musical sabanera, y le pregunté por los orígenes de la gaita, y él me contó que fue creada por los indios zenufanás, que poblaron la actual Córdoba.

La shuana, que es su nombre indígena, también fue instrumento de koguis, kankuamos y zenúes. Para mi asombro, Numas me contó que la gaita es más antigua que la mayoría de los instrumentos creados por griegos y romanos. Es anterior a la era cristiana, y sus creadores produjeron también la cerámica más antigua del Nuevo Mundo. Dos hechos que deberían llenarnos de orgullo. Pero aquí somos más dados a festejar culturas ajenas, me dijo Numas antes de despedirse y desearnos suerte con el Grammy. Ojalá.

Duelo de Gaiteros vs. Gaiteros

Para destacar también la nota de Liliana Martínez Polo, también en la misma edición de eltiempo.com de este jueves, en la cual resalta la fuerza de las raíces tradicionales colombianas ha hecho que, históricamente, la categoría de mejor álbum de folclor del Grammy Latino sea una de las que frecuentemente albergan talentos nuestros.

En este 2020 hay una interesante competencia de gaiteros vs. gaiteros. Por un lado están los legendarios Gaiteros de San Jacinto, que ya ganaron una vez, con Un fuego de sangre pura, en el 2007. Es inolvidable la ceremonia de ese año, en la que, en medio de tanto famoso, los tres gaiteros mayores de esa agrupación, con sus trajes blancos y pañuelos rojos al cuello, alternaron en escena con los puertorriqueños de Calle 13.

Aún ahora dan ganas de agradecerles de nuevo a Residente y Visitante por esa invitación que nos permitió ver a estas leyendas de nuestra música en ese colorido escenario de la vitrina más grande de la música latina. Fue todo un orgullo.

Ahora, los Gaiteros de San Jacinto vuelven a estar nominados. Esta vez, con el trabajo titulado Toño García: El último Cacique.

Pero ahora, en la misma categoría, compiten con los Gaiteros de Pueblo Santo, otra propuesta basada en su formato musical que es el de los pueblos de la Costa, pero más joven y experimental, ya que la historia de los de San Jacinto se remonta a generaciones.No son los únicos colombianos presentes entre los cinco del folclor.

Cabe mencionar al Quinteto Leopoldo Federico, agrupación que tiene como instrumento principal el bandoneón y, gracias a sus interpretaciones en el pasado, ya fue nominado antes a mejor álbum de tango. Este año, el grupo, en principio instrumental, llegó a la nominación con sus exploraciones de ritmos colombianos con voces invitadas, entre ellas Victoria Sur, Laura Mayolo, el Dueto Primavera, César López, Marta Gómez y Natalia Bedoya.

La contienda nunca es fácil, si se tiene en cuenta que los otros dos aspirantes a este trofeo que en años anteriores también se han llevado los colombianos El Cholo Valderrama (2008) y Palo Cruza’o (2016), son grandes de la música folclórica como Susana Bacca y el grupo paraguayo Tierradentro.

Sin embargo, cabe destacar que tres de cinco puede ser para artistas locales y audiencia como un mensaje: el de valorar cada vez más nuestras raíces porque en ellas está nuestra identidad y nuestra fuerza.

 

 

 

Pros

Cons

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