En dos oportunidades ha estado al borde de la muerte, porque fue sometido a intervenciones quirúrgicas de alto riesgo.
Por Francisco Figueroa Turcios
Este año, en diciembre, Adolfo «Fito» Herazo cumplirá dos décadas de estar trabajando como radio-operador de la emisora Uniatónoma 94.1 FM Stereo. Es comunicador social de la misma Universidad y actualmente dirige el programa romántico «Directo al corazón», que se transmite en el horario de 10 a 12 del medio día, de lunes a viernes. Es un tipo jovial, de una calma lúcida que complementa muy bien con su alegría y espíritu colaborador. Pero hay que mirar directo al corazón para saber que «Fito» no es solo la sonrisa que recibe a los periodistas y locutores en la cabina de sonido y que deleita con su voz cordial a los oyentes de la Uniautónoma. Hace dos años y medio «Fito» se enfrenta como un león al cáncer.
El 8 de agosto de 2012 la vida de Adolfo «Fito» Herazo cambió. En la noche de aquel día, su esposa Aura Jiménez Paba le golpeó en juego el estómago cuando observaban una película americana de acción. En una de las escenas más movidas le dio con el codo imitando a uno de los personajes, y Fito gritó de dolor como si el golpe se lo hubiera dado en verdad un karateka. A raíz de ese hecho ella lo convenció de que debía ir al médico, porque no era normal.
El doctor Eduardo Navarro le encontró una distensión abdominal, por lo que lo remitió al oncólogo Ricardo Romero quien procedió a ordenar los exámenes pertinentes para determinar la enfermedad.
«Los resultados de los exámenes fueron contundentes: cáncer. Había hecho metástasis en el intestino. La decisión del médico fue operar urgentemente. Pero surgió un contratiempo. Como era una operación de alto riesgo, en ninguna de las clínicas había los equipos para efectuarla, por lo que hubo que recurrir a Bogotá como alternativa y en la clínica Santa Fe se logró el cupo», relata Herazo.
El 11 de noviembre de 2012 fue sometido a intervención quirúrgica, la cual duró ocho horas. Fue de alto riesgo. Lograron extraerle tres masas: una pesó 18 kilos. Duró ocho días en cuidados intensivos, de los cuales tres fueron en coma inducido. Los días pos-operatorios fueron difíciles. Los médicos lograron eliminar totalmente el tumor, porque estaba impregnado en el intestino.
Dos años después de la primera operación, fue sometido nuevamente a la segunda intervención quirúrgica, en Bogotá, porque los exámenes determinaban que las masas volvieron a reproducirse.
«Para la segunda operación tenía mucho miedo, debido a los antecedentes de la primera. Moví cielo y tierra para que mis dos hijos (Carolina, de 14 años; y Miguel Angel, de 8 años) me acompañaran, porque temía no volverlos a ver más. En la primera operación fuimos mi esposa y yo, los colegios como estaban en clase no le dieron permiso a mis hijos. Fue duro separarnos dos meses de ellos», cuenta.
Hoy está cumpliendo sesiones de quimioterapias. Lleva 20 sesiones. Mensualmente debe hacerse una. «En las primeras se me cayó el cabello, pero ya me salió y gracias a Dios no he tenido ni vomito ni diarrea, pero los tres días después de la sesión son traumáticos, por lo que permanezco descansando en mi casa», reseña.
«No me quiero morir para ver crecer a mis dos hijos. Las dos operaciones fueron muy complejas, de ocho horas en el quirófano. La lucha continúa porque no se pudieron extraer los tumores, porque están muy adheridos a los intestinos. De dos años y medio para acá la vida ha sido muy difícil, pero tengo muchas gana de vivir. El motor para continuar en la lucha para vencer el cáncer son mis dos hijos y mi esposa. A los 43 años de edad estoy en las manos de Dios. Debo resaltar el apoyo incondicional de Víctor Gonzalez Solano, director de la emisora, para salir de este duro trance de mi vida».
El fútbol, su pasión
Desde los 10 años Adolfo «Fito» Herazo acompaña al Junior, y quien influyó en él esa pasión fue Bernando Benítez, quien trabajaba con su mamá, Doña Gladis Elías, en la Pastelería y pasabocas Los Andes, y se lo llevaba al estadio Romelio Martínez.
«Mi primer equipo fue el Junior, pero cuando apareció el futbolista francés Zinedine Zidane fui hincha primero de Juventus, y luego que fue contratado por el Real Madrid le tomé cariño al onceno español hasta el día de hoy, y más que actúa James Rodríguez.
Reconoce que tenía cuatro años de no ir al estadio Metropolitano Roberto Meléndez, «por la inseguridad, pero la razón más fuerte era el anti fútbol que practicaban los últimos técnicos del Junior. Con la llegada de Alexis Mendoza y del jugador Macnelly Torres volvió a renacer el buen fútbol y por eso he retornado a apoyar al cuadro ‘Tiburón’. También apoyo al club Uniatónoma, por el sentido de pertenencia y por ser un equipo de aquí de Barranquilla, la ciudad donde nací», señala «Fito» Herazo.
Melómano
Si bien es cierto que «Fito» Herazo dirige el programa de baladas «Directo al corazón», él se considera un melómano de amplio repertorio. Le gusta la buena música, que tenga buena letra. Le jala al vallenato y su ídolo es Diomedes Díaz.
«Fito» Herazo tiene un sueño y espera que Dios le de licencia para cumplirlo: «Mi sueño es tener un bar exclusivo con la música de Diomedes Díaz. El bar se llamaría ‘El Cacique’. Y la decoración obviamente girará alrededor de Diomedes.