OpiniónReflexión

El Tiempo sigue corriendo.

Por: Jose «Pepe» Barriga. M – El Cuaderno del Profe    El tiempo sigue su marcha y nuestra historia se está perdiendo, acomulada en los cerebros de quienes guardan la tradición oral de nuestro territorio. Es un gran número de nuestros malamberos que no pueden llevar estos conocimientos, ni siquiera a sus nietos por la falta de costumbre de reunirse en las noches, como lo hicieron nuestros abuelos con nosotros bajo la luz de una linterna o de un mechón, sentados en el piso con una totuma de guandú entre las piernas para desgranarlos en el mes de diciembre. Estas reuniones fueron tan fructíferas que lo que aprendimos allí aún se lleva en la memoria. Los cuentos de las ánimas, del diablo, de las brujas, de las leyendas y de los mitos y de las cosas de la familia, cuando nos decían por ejemplo, mana Juanita es tia de nosotros, poque mano Miguel era hermano de ella que era nuestra abuela, etc, etc… Todas esas recomendaciones se quedaban en nuestra memoria y de allí nacía el respeto por los demás y de los familiares lejanos, a quienes llamamos parientes y que hoy la juventud no tiene en cuenta. De aquí la forma despectiva como los jóvenes tratan a sus allegados mayores de edad. Hoy ésta juventud no siente nada por sus abuelos, los miran como una cosa vieja que ya no sirve. Pero si el abuelo es pensionado, el dia de cobrar la mesa todos quieren acompañarlo al banco, para robar algo de lo que el viejo recibe, por su comportamiento en una empresa tantos años. Las jovencitas solo estudian hasta el segundo año de bachillerato, luego paren y le dejan el pelao a la abuela para continuar sus estudios por la noche, pero ese es un parapeto, porque la puerca pollera no pierde el vicio. El que no se prepara cuando tiene la oportunidad no va a ninguna parte, eso es perder el tiempo. La juventud no quiere a los viejos para nada, dejémonos de nada, si los jóvenes se acercarán a los abuelos, nuestra historia caminaría sobre rieles y estaría en manos de todos. Nos hace falta la comunicación familiar para que conozcamos nuestro árbol genealógico y así hacer que nazca el respeto entre nosotros y podamos empaparnos de nuestras tradiciones y costumbres que son tan sanas, bonitas y dignas de conservar. ¿Cual sera la pedagogía que nos inventaremos para hacer revivir ese pasado y nuestras tradiciones en vía de extincion total? Una de ellas son las tertulias organizadas con personas mayores, que tengan la voluntad y la intención de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones. Esta se pueden hacer en recintos cerrados con personal escogido y capacitado para ello. Otro evento para esta clase de enseñanza pueden ser los conversatorios en distintos lugares, en donde pueden asistir alumnos de los distintos colegios o padres de familia que tomen parte en esto con sus preguntas para finalizar el evento. Las charlas en las escuelas  a falta de una cartilla seria y bien completo para los grados educativos. Conservar nuestras tradiciones es una obligación ciudadana. Tengamos en cuenta el ambiente que nos rodea, que cada vez nos aprieta más en un círculo que se va cerrando, trayendonos costumbres foráneas, comenzando por el modo de vestir, el de actuar, el de alimentarse y hasta en lo espiritual. Miren que en el año se realizan diecisiete (17) procesiones con distintos santos que no conocíamos ni en donde los veneraban. Miremos cómo llega la gente a las oficinas públicas, a los colegio, a los consultorios: sin camisas, en pantaloneta, en chancletas, las mujeres con los senos al aire libre, despeinadas, en pantalones, no sé si seran mochos, cortos, calientes, fríos, pero en todo caso mostrando las varices. Esas no son costumbres malamberas, quien sabe de donde las traerían. Ya les he dicho en varias oportunidades como vestían los malamberos, como vamos, vamos muy mal. Desayunando gaseosa con pan, sopas de chito, comidas chatarras, detrás de todo eso viene la gastritis. Todas éstas costumbres las acogen con el fin de que se quede dinero para llevárselo a los dueños de la cantina el fin de semana, con las mujeres y los hijos menores. No nos cansamos de decir que colombia es un país borracho, el gobierno autorizó a las licoreras para que fabriquen licores baratos, para mantener licores baratos para mantener el pueblo borracho.  ]]>

About author

Colectivo de comunicaciones con catorce (14) años de experiencia y 1730 jóvenes impactados. Somos un puente para la participación juvenil y funcionamos como una incubadora de talentos que promueve la colaboración, creatividad, co-creación, inclusión y compromiso social. Usamos la comunicación como una herramienta transversal para conectar a los jóvenes con oportunidades de educación y empleo y empoderarlos como agentes de cambio en sus comunidades. Nuestra misión es transformar ideas en acciones que generen impacto social, construyendo una red de jóvenes líderes comprometidos con un futuro más inclusivo y sostenible.
Related posts
Arte y CulturaLocalesOpiniónReflexión

Don Alfredo, perdone usted a los muérganos

AnálisisNacionalesReflexión

Rosa Montero: Animales difíciles

AnálisisArte y CulturaCiencia y TecnologíaMundoOpiniónReflexión

Nuevas elucubraciones

Arte y CulturaLocalesOpiniónReflexión

Medio siglo sin 'El Nene' Álvaro Cepeda Samudio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *