El Ministerio de Educación debe ser más severos para saber en manos de quiénes está la capacitación de los jóvenes colombianos.
Por Rafael Sarmiento Coley – Director
La Asociación de Educadores del Atlántico (Adea) y los gremios de padres de familia coincidieron en que “los vergonzosos resultados de Colombia en el marco de las pruebas del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (Pisa), pone el dedo en la llaga para que el ministerio de Educación Nacional (MEN) se pellizque y sea más riguroso para saber en manos de quiénes está la capacitación de los jóvenes colombianos”.
Recordaron que en casi todas las pruebas el estudiantado colombiano sale de último. En este reciente estudio divulgado sobre la solución de situaciones cotidianas deja de último a los colombianos, entre 44 país. La medición se hizo entre 85 mil estudiantes. A quienes se les preguntó cómo resolver asuntos tan sencillos como manejar un equipo para escuchar música en un MP3.
Las agremiaciones de educadores se defienden, con el argumento de que el Gobierno Nacional ha dejado prácticamente en manos de particulares la educación secundaria y universitaria. A través de fundaciones “sin ánimo de lucro”, verdaderos estafadores y avivatos montan colegios e institutos preuniversitarios de garaje. Los convierten en un jugoso negocio, a pesar de que son entidades “sin ánimo de lucro”.
Uno de los educadores consultados sostiene que “para la muestra un botón. Yo trabajé un par de años en uno de estos institutos que comenzó en un garaje y hoy tiene dos moles que ocupan casi dos manzanas. Edificios de cinco y seis pisos, con vidrios termoacústicos, pisos en mármol. Todo lujo. Pura fachada. Al profesor le pagan la hora a quince mil pesos. Al estudiante de bachillerato le cobran matricula como si fueran a estudiar una carrera y a los pobres e incautos estudiantes que escogen programas de administración de empresas, comunicación social, producción de radio y televisión, les cobran uno y dos millones de pesos en matrícula. En verdad esos muchachos salen con una baja preparación. Mejor dicho, salen no sabiendo nada de nada. Es una estafa. Porque no hay calidad educativa. No les pagan bien a buenos profesores. Son institutos inmorales que pagan soborno para que funcionarios de mandos medios del MEN les otorguen reconocimiento y aval para un centenar de programas educativos chimbos”.
Los gremios de los educadores aseguran que esa parte no la ha analizado a fondo el país. Hay situaciones que saltan a la vista, como el caso de Silvia Gette y la Uniautónoma. Según la Justicia ha demostrado, la ex rectora compró casas, edificios, apartamentos en Barranquilla, Cartagena, Bogotá, Buenos Aires y Miami con dineros de la universidad, que debieron ser destinados a mejorar la calidad educativa.
Insisten en que el MEN tiene que meter manos en todos esos institutos ostentosos que estafan a miles de estudiantes incautos, mientras que unos cuatro o cinco tipos se llenan de plata. Hay un matrimonio que funge como “propietarios” de uno de esos institutos fantasmas. Tienen tanta plata, que viven en una mansión como la de Julio Mario Santo Domingo, con piscina para niños y para adultos, habitaciones para invitados especiales, sala de cine interna y un par de calanchines que le manejan la publicidad. Proyectan el instituto como si fuera el mismísimo Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) de Boston. Son unas verdaderas águilas que arrastran en sus garras a los pobres estudiantes. ¿Qué se puede esperar de una educación privada que está en manos de mercaderes, de estafadores, de bandidos que lo que menos le interesa es formar la juventud del futuro? A ellos les interesa es llenarse de plata y vivir como nuevos ricos, como verdaderos mafiosos.
Y eso es lo que el MEN tiene que entrar a poner en orden con mano firme, con decisión política, con valentía para enfrentarse a una verdadera mafia dueña de esos institutos y universidades que no son más que fachada que les produce mucha plata a los dueños, y saca a la calle a miles de malos bachilleres, pésimos profesionales de distintos oficios y disciplinas.