Mientras el Gobierno insiste en su tesis de la “guerra económica”, analistas económicos coinciden que el país sudamericano se dirige invariablemente a una hiperinflación sin precedentes.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
La jornada cambiaria de este lunes 28 de noviembre fue la peor que haya tenido el bolívar, el signo monetario de Venezuela, frente al dólar paralelo en toda su historia. En pocas horas, la divisa norteamericana ganó en el mercado informal, más de 700 bolívares para cerrar en 3.687, 51 por cada ‘billete verde’.
Lo ocurrido este día, aunque fue histórico, no es un hecho aislado. De hecho la moneda venezolana ha perdido el 100% del valor que tenía hace un mes en una crisis que comenzó a agudizarse a finales de octubre y que ha tenido su peor desempeño durante noviembre. El país está en hiperinflación.
En poco más de un mes, el precio del dólar negro en Venezuela se ha duplicado.
El sitio dolartoday.com, referente del llamado “dólar negro”, fijó el nuevo pico histórico de la divisa, que a principios de mes estaba en 1.567,35 bolívares por unidad.
La aceleración en la variación de este tipo de cambio superó las barreras de los 2.000 y 3.000 bolívares por dólar en menos de una semana.
La negativa del Gobierno a entregar dólares al tipo de cambio oficial de 10 bolívares y las restricciones al tipo regulado, a 662 bolívares, ha llevado a numerosas empresas a recurrir al mercado paralelo para conseguir divisas, lo que ha desatado una espiral de demanda de dólares, crecimiento del tipo de cambio y subidas de precios.
El economista Alberto Martínez, catedrático de la prestigiosa Universidad Simón Bolívar, señaló que la acelerada devaluación también se debe a la emisión de dinero sin respaldo para financiar el déficit fiscal, así como a la incertidumbre política generada por una mesa de diálogo, que para la mayoría de la gente no resuelve los problemas neurálgicos de la realidad venezolana.
En la frontera con Colombia la relación peso-bolívar varía a diario, impidiendo el comercio.
La emisión del llamado dinero inorgánico en el que ha incurrido el Gobierno, se ha hecho para financiar un creciente gasto público en bolívares, empujado por sucesivos aumentos salariales que aunque Maduro dice que “son para defender el salario de los trabajadores”, han hecho diametralmente lo opuesto, haciendo que el poder adquisitivo de los venezolanos caiga vertiginosamente.
Azotado por una carencia casi total de reservas operativas en dólares, Nicolás Maduro está impedido para maniobrar y estabilizar el bolívar en su caída. Los ingresos petroleros no se recuperan, y los empréstitos de sus socios comerciales como China, se han congelado.
Tampoco hay producción nacional que genere divisas. Después de tres lustros de expropiaciones y catalogando al sector privado como su enemigo en la llamada “guerra económica” que tanto Maduro como su antecesor, Hugo Chávez, han utilizado para endosarle los números negativos de la economía; la inversión privada prácticamente ha desaparecido del país caribeño.
A pesar de que según las estadísticas más del 78% de la población no cree en esa teoría, Nicolás Maduro insistió en un acto televisado en que su gobierno está recibiendo “ataques descomunales” desde el exterior «como parte de una estrategia que mantienen sectores de derecha estadounidense desde donde se lidera esta campaña que afecta al pueblo venezolano».
Desesperado por dólares, el mandatario venezolano firmó el nuevo convenio cambiario 36 que permitirá a los turistas el pago de servicios en la moneda norteamericana. Según el Ejecutivo, esta medida impulsará la generación de divisas internacionales en el país.
El gobierno se vio en la obligación de contratar la impresión de billetes de mayor denominación.
Economistas como Jesús Casique, prevén que al ritmo actual, el dólar paralelo llegará con facilidad a la barrera de los 5.000 bolívares por unidad en el cercano mes de diciembre. Ante esto, el presidente de la encuestadora Datanálisis, Luís Vicente León, ha vaticinado que lo peor de la inflación, que en 2016 ya ha sobrepasado el 500%, vendrá en el 2017.
“La gente cree que la inflación que vivimos hoy es inaguantable. No sabe lo que viene ahora producto de la explosión en el mercado negro”, expresó León este lunes a través de Twitter.
También utilizó la red social para criticar el hecho de que el Gobierno de Maduro vea la situación y no rectifique, recomendando “apertura cambiaria, renegociación de precios, reforzamiento de la actividad privada y financiamiento internacional”.
