Hay políticos que callan 36 meses y en vísperas de las elecciones hablan de temas que ya están refritos y manidos. ¿Será que se la pasan metidos en el Cesar Palace y salen solo por los votos?
Por: Rafael Sarmiento Coley – Director
Un Congresista que estuvo mudo y paralizado durante los 36 meses de pleno goce de su curul, pero que hablaba y se movía en yates y francachelas – lo que le permiten las enflaquecidas dietas parlamentarias de $20 millones mensuales-, ha revivido por estos días la polémica por la reglamentación de las operaciones de cargue y descargue en fondeo.
Durante ya casi 4 años, el parlamentario, tal vez ocupado en otros líos de mayor calado, no había dicho ni mú. Es posible que durante el tiempo que le negó al cargue y descargue en fondeo se lo haya dedicado a proponer y realizar los debates de fondo sobre el descarado robo en la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE). Y en ese caso habría que estar gestando desde ya una campaña para que le erijan una estatua, o por lo menos un busto, con una sonrisa pepsodent que tanto le elogiaba el difunto Senador José Name Terán.
Si el cura Hoyos en medio de sus amarguras seniles no lo quiere en Rebolo, que se le lleven para alguna plaza de pueblo, puede ser para Puerto Giraldo, que no tiene nadita que adorne su desmirriada placita.
El mencionado congresista, según uno de sus colegas, “como que estaba de vacaciones en la Luna, o quizá se fue para Las Vegas, en donde hay rutilantes casinos, como el famoso ‘Cesar Palace’, que no cierran de noche ni de día, porque de este proyecto se viene hablando desde hace casi dos años y ya se le adjudicó con todas las de la ley a la firma Impala, que a su vez es una subsidiaria de la multinacional belga Transfigura, que en materia de estos servicios son todos unos belgas. Con decir que se han ganado los multimillonarios contratos de los jeques árabes en el medio y lejano oriente, y en Dubai son los reyes del desafío al indomable mar”.
Aquel viejo proyecto hundido
Sorprende tanto la salida del parlamentario despistado, que ni siquiera se ha dado cuenta que, en parte, por culpa de la fuerza con que salió lo del descargue en fondeo, se le dio entierro de pobre al proyecto del superpuerto. Los gestores de ese iniciativa, ya casi treinteañera, rogaban a Dios y a todos los santos que surgiera de la nada una razón poderosa para salir de ese cadáver insepulto, en donde Manolo del Dago, con la terquedad que viene con los años cuando ya se acerca a la centuria, se oponía a todo y no le daba paso a nada. Rosita, su hija, pobrecita, no podía hacer nada. Emilio Lébolo, como buen político y diplomático, prestaba sus oficinas de arquitecto para discutir el proyecto, pero cuando las cosas se acaloraban, pedía permiso para ir al baño de Poncio Pilatos.
Pastorcito mentiroso
Como era obvio, la ministra de Transporte, la barranquillera-cienaguera Cecilia Álvarez-Correa y Glen, sintiéndose aludida, sin pelos en la lengua salió al paso, para precisar, de manera contundente, y con mucha machera, “es falso lo de este decreto, no sé de dónde saca eso”.
Si le hacemos un recuento al citado senador, ya que por lo visto no tiene unidad de apoyo, y si la tiene no hacen un carajo, el debate empezó cuando hace casi ya dos años se lanzó la idea de un posible concesionario para el cargue y descargue en fondeo, con el doble compromiso de incluir otros modelos de transportes, en una verdadera convergencia. Las sociedades portuarias fueron las primeras que pusieron el grito en el cielo. En la medida en que se realizaban debates tras debates, fueron entendiendo que, ciertamente, a ellos no los afecta esa actividad de Impala-Transfigura.
Con un Río Magdalena recuperado, con un buen calado hasta Honda, “todos ganamos y el país crece, pero lo más importante, es que el 70 por ciento de la población que vive en la confluencia del río más caudaloso y largo de Colombia recobra su dignidad, eleva su nivel de vida. Y eso es lo que importa”.
Un veterano congresista atlanticense le aseguró a Lachachara.co que “ya ese era arroz trillado, pilado, puesto al sol y comido”. ¿Sería por eso que se habló con tanto entusiasmo de la reelección de cierto tiempo para acá? Y el congresista quejoso no pertenece a la mesa de la Unidad Nacional. Está fuera del queso. En cambio el crítico tardío o fuera del tiesto es liberal y presuntamente está con la reelección.
En todo caso es bueno recordarles a ciertos congresistas que se autoengañan pensando que el pueblo es bobo, que llega el momento en que, por arte de birlibirloque, sale de su embobamiento y castigan a esos avivatos. Aquí más de uno ha quedado con el champán en el nevecón para celebrar el triunfo en las elecciones. Por eso. Porque creen que el pueblo es bobo siempre, por siempre y para siempre. ¡Mamola!, como dice Serpa que dijo Gaitán.