En Barranquilla hay modelos de candidatas al Congreso que ni saben cómo se escribe «curul»; en Sucre hay congresistas que reparten el voto como si fueran travesti; y Argos, en concreto, sigue siendo una empresa de pegar babas.
Congresistas mudas
José Manuel Dáes Daccarett, más conocido como el ‘Yuyo’ Dáez, debe desbaratarse de la risa (más de lo que está), cuando le informan allá en sus oficinas confortables en Estados Unidos, que hay dos candidatas que quieren que les regale o preste ocho paraderos de buses a cada una. Alarmado, le preguntó a su hermano Cristian acá en Barranquilla: “Bueno, ¿y cuáles son las propuestas, las ideas, los proyectos, de esas muchachas?”. En vista de que su hermano Cristian, a quien él conoce como si lo hubiera parido, daba vueltas y vueltas para responder, consultó a otros familiares, empleados y amigos, como Jorge Cura. Cada quien le contó su pedacito.
Y el Yuyo, que tiene un vuelo alto, se la pilló. Las dos niñas son mudas. No tienen nada en la cabeza. Pero una de ellas tiene cara bonita y buen cuerpo. Eso quiere vender. La otra quiere apelar al voto de género: ‘!Voten por mi porque soy mujer, y punto!’
Además, según le informaron a El Búho, las dos damas llegan por primera vez al Congreso. Tienen poca experiencia legislativa. No tienen tradición política. Carecen de discurso, de proyectos y de ideas. Ni si quiera saben, con exactitud, a qué Partido pertenecen, ni qué es eso del umbral, de la cifra repartidora, de la lista abierta, de la lista cerrada. Mejor dicho, las llevan de candidata. Son un adorno. Eso sí, contrario a las mudas, hay unos candidatos que desde cuando amanece el día están hablando por cuanta emisora existe. Hablan hasta por la voz de la conciencia.
Congresista travesti
El colmo de los colmos del travestismo político se vive en las corralejas de Sucre. El representante a la Cámara Yair Acuña, candidato a repetir curul, compró por $ 1.800 millones los derechos exclusivos para explotar publicitaria, comercial y artísticamente las tres principales tardes de toro en Buenavista, Sampués, y se le escapó Sincelejo de vainas, por una pelea de pretil a pretil con el Alcalde, pero se fue a otro pueblo cercano y compró su circo. El hombrecito es teso. Asegura que pone 40 mil votos y respalda a cuatro candidatos al Senado de fuera de Sucre: A los barranquilleros José David Name (La U), Efraín Cepeda (Conservador), Eduardo Pulgar Daza (La U), y a Pedro Muvdi (Liberal). Todo un tutifruti político. El verdadero travestismo que tanto daño le hace a la política. Porque no hay compromiso. Ni unidad ni disciplina de partido.
¡Mucha desfachatez!
Por estos días una multinacional cementera, dueña de las mejores canteras que tuvo la Costa Caribe en toda su historia, y propietaria de las tierras más caras que fueron quedando tras rellenar los huecos de donde extraían la principal material prima ahí a pocos metros de los hornos y del puerto para exportar, repite la miserable acción de planificar la venta de sus millonarias hectáreas trazando unas callecitas como para coches de bebés.
Además, hasta le niegan el cemento a la estructura de la vía, lo que significará que en poco tiempo no hay calle.
En esa zona, la citada empresa, de propiedad de inversionistas paisas, ha vendido miles de hectáreas para un desarrollo urbano que, no se puede negar, le ha dado impulso a la ciudad. Pero ¿a qué costo social y de confort vial? Además, cómo no iban sus ingenieros a calcular que si, en un área de 40 hectáreas, construían apartamentos y casas para unas 40 mil familias, eran 4 mil nuevos carros –mínimo, sino eran el triple- que iban a circular por esas callecitas de la nueva Barranquilla. Además de los dos enormes centros comerciales Buenavista, el Home Center, el PriceSmart.
Hace años, en un arranque de altruismo, fueron al despacho del Gobernador de turno, bohemio y alegrón, y le prometieron que le harían dos nuevas vías hacía el corredor universitario y urbanístico, y además, le regalarían un puente. El Gobernador esa noche los invitó a La Cueva de Fiori y toda la plana mayor de la cementera, incluido el macobobo del subgerente local Arnold Gómez, se pegó una pea de los mil demonios que hasta el otro ojo del cuadro en el cual Obregón aparece con un ojo roto, lo quemaron con una colilla no se sabe de qué, porque el olor era fuerte.
¿No habrá forma de que Argos se reivindique con Barranquilla?
Hombre, por Dios, Barranquilla que ha sido tan generosa con los paisas de todos los pelambres, y más con ustedes los cementeros, no merece ese trato mezquino e infame. Y lo peor es que el puente que se construyó en tiempos del Gober alegrón es tan estrecho, que no pueden circular dos buses al mismo tiempo, por lo que se han registrado varios accidentes con muchos muertos. Ahora la Administración de la alcaldesa Elsa Noguera está tratando de arreglar ese entuerto, ampliando el llamado corredor universitario, pero se estrellará con el cuello de botella del puentecito de juguete, casi parecido al histórico Puente de Boyacá.