
¿Por qué se subestima la pereza, la procrastinación, la adicción a las redes sociales, la avaricia, entre otras?
Por: Jairo Alonso Castañeda
Instagram: @loquellevas
Así como existen centros para rehabilitar a un alcohólico o drogadicto, nuestra sociedad debería estrenar el primer centro que rehabilite otros hábitos.
Hay otros hábitos que no son socialmente condenados, atacan silenciosamente y producen daños tan graves como los estupefacientes o el licor.
Imagina algo así como: <Perezosos anónimos> – <El Renacimiento del procastinador> – <El cyberadicto y la naturaleza> <Distraídos recuperan la Concentración>
Una persona a la que no le gusta levantarse de la cama, corre el riesgo de morirse de hambre y hacer que sus beneficiarios también sufran el mismo destino. Por su vena nunca ha corrido una gota de narcótico o por su laringe no transitan ríos de licor, pero la pereza lo está llevando a la debacle.
Hace años en Corea una pareja dejó morir a su bebé (real, de carne y huesos) por cuidar a una niña virtual (digital, hecha de algoritmos) llamada Anima. Y, de igual forma, muchos sueños pueden diluirse cuando tus prioridades se descarrilan ¡Alerta a esos hábitos que se salen de control!
Los 12 pasos
Melisa, una amiga psicóloga que trata adicciones diversas, me reveló hace un par de semanas la importancia de los 12 pasos para rehabilitar, una técnica dada a conocer por AA (Alcohólicos Anónimos). Tan eficaz ha sido este método que muchos grupos a nivel mundial lo han adaptado.
¿Sentir perturbación es la única forma de reconocer un hábito fuera de control?
El primer paso de AA es admitir que la situación se ha vuelto ingobernable y cuantificar los daños que ese hábito está causando. Los once pasos restantes dependen de ese primer gran paso para salir del abismo.
Por costumbre la sociedad se alerta ante lo que está visiblemente demacrado, sin embargo no hay que hacerse el de la vista gorda ante aquellos desajustes internos. El buen ciudadano sabe cuándo hay incendio en casa vecina.
Hernán, un distraído crónico, fundó el primer grupo de ayuda al sacar cuentas de los estragos: 10 mil dólares perdía al mes a causa de su debilidad. Comenzó a estudiar medicina y percibió que no sólo había valores materiales en juego, sino que muchas vidas corrían riesgo si él se descuidaba.
Freddy, un perezoso empedernido, se empezó a curar a los 19 años cuando encontró en la mensajería la primera forma de ganarse la vida, tenía que ir de un lado a otro sin respiro, tuvo que olvidarse de la sabrosura de las sábanas porque ya eran 3 bocas las que tenía que alimentar.
¿Cuánto sufrimiento has causado a otros por tus hábitos destructivos?
Los procesos de cada quién
Cada persona experimenta un proceso auténtico. Las causas por las que Pedro cayó en la fosa son distintas a las de Julia. Hernán salió del hueco con métodos diferentes a los de Marta. Roger envidió a Freddy al ver que este no necesitó tanto tiempo para aliviar su dolor. Si Freddy lleva 3 años fuera de una adicción no debemos desconfiar de la solidez de su sanación (en caso que no haya seguido linealmente los pasos que los institutos indican). ¡Ninguna curación merece ser adoctrinable!
Algunos pensarían: “Puedo salir de la pereza por mis propios medios. No necesito congregarme”, como quien ve inútil la existencia de una academia para aprender a manejar bicicleta. No obstante, los que están en el procesos de recuperarse sacan provecho de esos aspectos que tienen en común, para darse apoyo mutuo y consolidar una fuerte comunidad.