Carlos Lajud Catalán fue un icono del periodismo en Colombia.
Por: Francisco Figueroa Turcios
Carlos Lajud Catalán fue asesinado de dos balazos el 19 de abril de 1993, hace 25 años. A las 7:15 de la mañana, cuando Lajud se dirigía a su trabajo en la emisora ABC. Del periodismo deportivo, Lajud Catalán pasó, poco a poco, al político, en una sección que llamó Minutos de civismo, en la que hacía sus denuncias ante el flagelo de la corrupción.
Cuando lo asesinaron, Carlos iba a pie como lo hacía todos los días, uno de los sicarios se le acercó mientras cruzaba la calle, y le disparó dos veces en la cara con un revólver calibre 38. Luego, le robaron los documentos de su maletín y huyeron en la motocicleta. Los documentos que le hurtaron tendrían información sobre denuncias de corrupción en las que estarían involucrados políticos de la la capital del Atlántico.
Sus colegas lo definían como un periodista suicida por las denuncias que hacía sin temor a la muerte. Murió en su ley: ejerciendo el periodismo crítico. Carlos Lajud Catalán cuando divulgaba una denuncia, decía que no le temía a las amenazas. Por el contrario, retaba a sus contradictores: “A mí me entra el balín, pero no me van a callar”.
Carlos Lajud Catalán nació el 16 de diciembre de 1948 en el El Carmen de Bolívar y llegó a Barranquilla a los 7 años. Tuvo cinco hijos: Carlos José, Carolina, Gustavo, Natalia y Carlos Alfonso. De los cinco hijos, tres heredaron la vena periodística: Carlos José, Carolina y Carlos Alfonso.
Pasión por el periodismo
César Lajud y Soila Catalán soñaban que su hijo, Carlos, fuera un prestigioso abogado. Lo incentivaron a estudiar Derecho en la Universidad Libre en Barranquilla. Cuando Carlos cursaba cuarto año de Derecho, la Universidad Autónoma del Caribe fundó el programa de Comunicación Social (en el año 1971), por lo que Lajud Catalán decidió estudiar la verdadera carrera profesional que él añoraba: periodismo.
Desistir del título de abogado estando a tan pocos pasos de él, le costó que su papá le dejara de pagar los estudios, situación que lo obligó a buscar trabajo en los medios muy temprano.
Carlos Lajud Catalán tenía claro que sería periodista deportivo, por lo que no dudó en recurrir al Diario El Nacional para buscar oportunidad de trabajo. Encontró la mano amiga de Benedicto Molinares, quien era el editor de Deportes. Carlos trabajaba en el día y estudiaba periodismo en la jornada nocturna. De El Nacional pasó a El Espectador, y luego a Diario del Caribe, como cronista deportivo, constituyéndose en un icono del periodismo a nivel nacional. 25 años después del asesinato de Carlos Lajud Catalán, su muerte aún está impune.