Arte y CulturaCrónicas

Adriano Salas, un compositor que le cantó a la naturaleza 

Por Rafael Sarmiento Coley

Las sabanas sucreñas también tuvieron su compositor que veía con «los ojos del alma»: Adriano Salas Martinez

Nació en Corozal (Sucre) y allí murió el seis de julio de 2002, al lado de su hermana Aurora.
Fué un mártir de su propia existencia al ser abandonado por su padre antes de nacer y huérfano de madre a temprana edad.
Siendo aún niño se vió obligado a trabajar para ganar el sustento diario. Fué cortador de leña. Ordeñador de vaca y luego se enroló en la hacienda «Los Llanos”, de propiedad de Julio Sierra, en jurisdicción del entonces Bolivar Grande (que luego se fraccionó en Córdoba y Súcre).
Desempeñó las tareas de «cajonero” consistente en ser el responsable de transportar a lomo de burro, mulo o buey las viandas para los vaqueros. Alimentos imperecederos que eran colocados en cajones de madera o cuero de res.. Al encargado de dichas tareas lo llamaban «cajonero».
La ropa, incluídos toldos contra los mosquitos, sábanas para el frío de la noche, un foco de mano y una machetilla,iban en un bolso de tela gruesa llamado pellón.
Adriano, además, cargaba una violina (dulzaina), porque todavía no tenía ni sabía tocar guitarra.
El ganado tenía que ser trasladado cada año en época de verano a regiones lejanas donde había ciénagas, riachuelos y ríos con abundantes aguas y pastos.
Adriano Salas recordaría años más tarde que había cuerpos de agua que los vaqueros y cajoneros tenían que colgarse de la cola de las bestias para no ahogarse.
Cuando por circunstancias ajenas a su voluntad Julio Sierra se vió obligado a vender sus tierras y buscar tierra alta como la tanga, Adriano debió salir de la hacienda «Los Llanos».

Confidente y buena de los Hermanos López


Regresó a Corozal, su pueblo natal a casa de su hermana Carmen Alicia. Como buen andariego, no se quedó allí mucho tiempo. Con la ayuda de algunos amigos con quien parrandeaba compró su primera guitarra y empezó en firme su periplo musical por fincas y veredas, hasta cuando decidió marcharse en busca de mejores oportunidades.
Fué cuando recorrió poblaciones del viejo Magdalena Grande al cual pertenecían los hoy departamentos del Cesar y La Guajira: Villanueva, Valledupar, Astrea, El Difícil, El Copey, Fundación y Pueblo Nuevo.
Muchos trashumantes de ésos que vienen y van empezaron a dañarle el oído con los atractivos de Barranquilla con sus fiestas (en especial el Carnaval), sus emisoras, estudios de grabación y periódicos.
No lo pensó dos veces: lió sus motetes hacia la capital del Atlántico.


Ya en esta ciudad muy pronto empezó a darse a conocer como parrandero, mujeriego, guitarrista y trovador.
Desde luego que su alma bohemia lo condujo a los sitios barranquilleros de la rumba eterna: barrios a los que podían acceder con facilidad los marineros que venían de muy lejos y buscaban con afán la manera de sentir que volvían a la vida.
Allí cayó Adriano Salas como anillo al dedo alegrandoles el alma a aquella pléyade de trotamundos.
En una ocasión Adriano se encontró con un grupo de lo rumbero en un estadero cercano a los muelles y fué amistad y «llavería» a primera vista.
La parranda duró dos días con sus noches, hasta cuando se fueron al camarote de uno de ellos y, vencidos por el licor y la música, se quedaron dormidos.
Fué un sueño sin molestías ni interrupciones.
El barco zarpó y ninguno de ellos se dió cuenta.
Adriano despertó cuando ya el barco había atracado en un puerto de las Islas Canarias, España.
Los navegantes ibéricos, que tanto disfrutaron con los cantos y chistes de Adriano, le compraron la mejor guitarra que había en esos momentos en España; le reunieron algún buen dinero y lo enviaron a Colombia en Avión.

About author

Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
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