Maduro advirtió que votantes elegirán entre la “guerra y la paz” en la Constituyente y amenazó con cárcel a integrantes del Tribunal Supremo nombrados por el Parlamento. Oposición llama a paro por 24 horas y calle hasta lograr salida del Mandatario.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Este fin de semana se difundió en todo el país un audio del diputado opositor José Manuel Olivares en el que informa que el lunes 24 de julio los venezolanos irán a los colegios que están funcionando como centros de votación en todo el país, para llenarlos de propaganda contra el proceso de elección de los asambleístas que según el propio Maduro, “tendrán más poder que todos los poderes constituidos”.
La agenda está incluida dentro de lo que la oposición ha llamado la “Hora Cero”, que implica una profundización de las acciones de calle para impedir la Constituyente y forzar a Maduro a negociar su salida.
“El martes nos apertrechamos”, se le escucha decir a Olivares en el audio. Es decir que todos los venezolanos acudan a supermercados y mercados populares a abastecerse de toda la comida que puedan, porque el miércoles y jueves se estará llevando a cabo el paro cívico general de 48 horas. El día sábado, todos irán hasta Caracas para protestar contra la Constituyente, en caso de que el Gobierno insista en esta iniciativa.
Por su parte el oficialismo insiste en que la elección de los 545 constituyentistas que cambiarán la Carta Magna de los venezolanos se realizará el domingo 30 de julio “llueve, truene o relampaguee”, en palabras del propio Nicolás Maduro.
En su programa dominical, el Mandatario dijo que “el domingo 30 de julio los venezolanos se estarán jugando entre la guerra y la paz” y acusó a la oposición de provocar la violencia con sus protestas.
También amenazó a los magistrados del Tribunal Supremo, elegidos el pasado viernes por la AN en abierto desafío al Poder Judicial, que uno a uno serán encarcelados y sus bienes serán congelados por “usurpadores”.
Las manifestaciones antigubernamentales en Venezuela comenzaron en abril después que el Tribunal Supremo, acusado de ser un brazo ejecutor de Maduro, emitió dos sentencias con las que pretendió arrebatar al Legislativo de sus funciones. Hasta esta semana, se contabilizan oficialmente 102 muertes violentas por las protestas, la gran mayoría de ellas de jóvenes estudiantes a manos de la férrea represión.
Mientras tanto, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, también se pronunció este fin de semana y alertó este domingo a través de su cuenta en Twitter que las convocatorias partidistas, como movilizaciones a centros de votación, constituyen un acto de provocación y llamó a la prudencia.
Tanto la oposición como el oficialismo, parecen decididos a ‘echar el resto’ durante esta semana que culminará (o no) con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, que según la mayoría los ciudadanos de este país, solo tiene como objetivo perpetuar a Maduro en el poder sin ir a nuevas elecciones.
En medio de todo esto, una población agotada por la inestabilidad política y la crisis económica acudía a los comercios para tratar de apertrecharse con lo que conseguía y para lo que alcanzaba el dinero debido a una acelerada inflación.
Una lata de leche en polvo de 840 gramos se ubicó esta semana en 84.000 bolívares (unos 10 dólares), casi la mitad del salario mínimo integral decretado por el Gobierno. Según versiones extraoficiales de inflación, los venezolanos necesitaron en julio 18,9 salarios mínimos para poder adquirir la canasta familiar.
Por ello más de 350 sindicatos de trabajadores también anunciaron que se plegarán al paro convocado por la oposición de 48 horas. La medida podría ser replicada también los conductores del transporte público urbano, quienes ya hicieron huelga la semana anterior por dos días, en reclamo de alzas en el servicio, asediado por la inseguridad, la falta de repuestos y costos insostenibles.