Esto de las encuestas hay que mirarlo con lupa. Pero ahí están. Las contratadas por la W Radio de Julio Sánchez Cristo –que mete y saca rever mejor que conductor de tractomula- son sorprendentes.
Escrito por Rafael Sarmiento Coley – Director
Esta medición, realizada por la firma Datexco, demuestran que Santos empieza a sacarle 24,1 puntos a su rival de más peso, el uribista Oscar Iván Zuluaga.
Según Datexco, el presidente Santos se encarama en las encuestas con 36,1%; en segundo lugar Zuluaga, con 11,8; Clara López (Polo Democrático), con 6,3%. Siguen en la lista Enrique Peñalosa, con 6,2%; Antonio Navarro Wolff, 5,0%; Martha Lucía Ramírez (Partido Conservador, ¿cuál ala, si casi todos están con Santos?), 1,5%; Aída Abella (UP) y Camilo Romero 0,5%; Pablo Victoria, 0,2%; John Sudarsky, 0%; Ninguno 20,3%, No sabe 10,3%; No responde 0,7%.
El Ninguno y el No sabe suman el 30,6%, que traducido en un voto protesta (un voto en blanco) podría tener un peso para no ignorar con desdén.
Y si ese voto en blanco se incrementa para Congreso, sería un segundo grito de independencia. Por lo menos en algunos Departamentos estarían en vainas algunas elecciones de Cámara. Por el voto en blanco.
La pelea es para la segunda vuelta
De acuerdo con este sondeo sobre la intención de voto, habría, sin duda, una segunda vuelta, y ahí sí la cosa estaría como para alquilar balcones. Por una sencilla razón. Está bien que Uribe en el encuentro de Mujeres uribistas que organizaron en Barranquilla, entre otras la dinámica Magaly Barvo viuda de Martín Leyes, se mostró como una mansa paloma, de aquí a mayo, cuando se vislumbre la segunda ronda, porque ninguno de los aspirantes tiene las cifras claras para ganar en la primera vuelta. Entonces el tono de Uribe ya no será tan seductor. Será un discurso cargado de tigre. Contra enemigos visibles e invisibles.
Su frase de que “si hay que dar rebaja de penas a las Farc está bien”, fue de buen recibo para quienes desconfían de ese Uribe recalcitrante que odia toda iniciativa de su exdiscípulo Juan Manuel Santos.
En Barranquilla, en el encuentro con las mujeres, mientras Oscar Iván Zuluaga no daba pie con bola intentando bailar un mapalé, Uribe le salió al quite para salvarle la faena recitando unos versos viejos dedicados a la mujer. Aunque le dé rabia, Uribe en eso se parece a Serpa. Cuando recita o cuando pronuncia un discurso con fuerza, la cara se le pone roja y la voz le sale de lo más profundo. A Serpa, dicen los más allegados, cuando en medio del discurso se le sube la bilirrubina, el bigote le huele a tigre.
Uribe aprovechó su presencia aquí para inscribir su lista a Cámara por el Atlántico, que encabezará Lucho Lorduy, hijo del difunto congresista liberal, del mismo nombre, gran luchador por las causas sociales. Con Lorduy integran la lista: Hugo Ortíz, Víctor Hugo Prada, María Vitoria Paternina, Janeth Rivaldo, Dorita Bolívar y José Waldir Hoyos.
Periodistas pura sangre
Y mientras avanza la política, sin importar que llega diciembre con su carga de alegría y farra, los columnistas de los distintos bandos empiezan a sacar todas sus municiones. Fernando Londoño Hoyos, uribista hasta los tuétanos a pesar de que tuvo que salir por la puerta del patio en el primer cuatrienio de Uribe por el lío de las acciones de Interbolsa, acusa a Antonio Caballero de hacer un programa de televisión desde la Habana para “justificar los delitos cometidos por las Farc”, y con astucia, según Caballero, sólo comparable a la del Chapulín Colorado, añade, ‘no contábamos con Mezger’. Y de acuerdo con la investigación de Caballero, con la colaboración de Wikipedia, encontró que Edmund Mezger fue durante el sangriento mandato nazi con Hitler de líder, quien diseñaba la legislación y definía con ‘actividades ilícitas, todas las acciones contra la ideología nacionasocialista alemana”.
Y ese es el tono generalizado en los columnistas uribistas. En los jefezuelos uribistas de todas las provincias. Todos están cargados de tigre. Se sienten una raza superior. Creen que por su sangre corre la energía ‘Patico’ (mezcla de Pantera, Tigre y Cocodrilo’).
No se sabe quiénes asesoran a Uribe, y si él realmente les hace caso. Pero el país ya está cansado de los carteles, de la guerrilla, de las AUC, de las bacrim, de la política camorrista, del insulto en vez de las ideas, de los madrazos en vez de los proyectos de desarrollo. Ya está bueno de tanta bravuconada.
