
Por Ricardo Bustamante
El pasado 24 de marzo hubiera festejado su cumpleaños 71, y lo más seguro es que hoy estuviera en plena actualidad con millones de fanáticos en el país y Latinoamérica.
Su descubridor, el Comandante Emilio Oviedo, desde que lo escuchó cantar en Aguachica con el conjunto de Julio De la Ossa, supo que el futuro de Rafael Orozco Maestre como intérprete, estaba asegurado y no se equivocó.

Dos discos grabados en 1975 por Rafael Orozco con el acordeón de Emilio Oviedo, fueron el inicio de su excelente carrera musical: “Adelante” y “Con Sentimiento”, conteniendo temas musicales, entre otros, “ cariñito de mi vida” de autoría de Diomedes Díaz, a quien Orozco en el tramo final de la canción lo bautizó como “el Cacique de La Junta”; igualmente, “los primeros días”, que calaron en el corazón de la gente.
Como dato curioso es de resaltar que las canciones que sirvieron de títulos a los dos álbumes no lograron convencer al entonces incipiente público. Es frecuente, muchas veces, que la melodía que menos se espera sea de aceptación, es la que camina y abre puertas.
Se une en 1976 a Israel Romero, quien venía acompañando con el acordeón al cantante Daniel Celedón, conformando El Binomio de Oro, con un éxito arrollador en contratos, venta de discos, ganadores de tres Congos de Oro en el Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquila, 16 discos de oro y dos de platino por ventas millonarias, y distinciones y galardones en Venezuela. Rafael Orozco incursionó en la composición al final de su vida: fue autor del tema «Solo para ti».
Estuvo Rafael Orozco, por espacio de 17 años, en vigencia y en primerísimos lugares; es considerado, por los entendidos, como uno de los mejores y más completos cantantes del vallenato, inicialmente acompañado por los acordeones de Emilio Oviedo, y luego con el de Israel Romero.
Con su agrupación El Binomio de Oro, Rafael Orozco contribuyó a la internacionalización del género, particularmente entre los latinos residenciados en Estados Unidos y en venezuela.
A los 38 años de edad partió de este mundo, no sin antes vestir de gala al vallenato y consolidar un estilo diferente al de los músicos tradicionales y clásicos de ese género. Fue un grande entre los mejores.