El 23 de noviembre de 2013, el alcalde de Sincelejo Jairo Fernández Quessep, anunció la suspensión de las corralejas por insuficiencia policial. La noticia ocupó primera plana de todos los medios nacionales.
Por Francisco Figueroa Turcios
“He decidido, como primera autoridad de la ciudad, no autorizar la realización de las Corralejas del 20 de enero de 2014. Como Alcalde no sería responsable de mi parte autorizar la realización de la Corraleja, pues no puedo desproteger el resto de la ciudad para brindarle seguridad a un solo evento”, precisó el burgomaestre de los sincelejanos.
Pero, el alcalde Jairo Fernández no contaba con que al día siguiente el Comandante de la Policía de Sucre, Carlos Alberto Wilches, saliera al quite y lo rectificara: «Nuestro compromiso es con la seguridad ciudadana y nosotros respetamos las decisiones de la Administración Municipal frente a la organización de las festividades. El dispositivo policial está dado, el apoyo total a las festividades es un compromiso del mando central».
Automáticamente surgió el interrogante: ¿cuál fue el verdadero motivo para que el alcalde Jairo Fernández tomara una decisión tan drástica e impopular?
Después que organicen sus fiestas en corralejas, al sincelejano no le interesa nada más. Ni protesta porque el servicio del agua sea insuficiente (llega cada cuatro días), o que sufran apagones en el fluido eléctrico. Al fin y al cabo parece que la gente prefiere que le quiten el pan, pero no el circo. Por ejemplo, cada día el fenómeno del moto-taxismo se incrementa en Sincelejo, hasta el punto de que sea insegura y tortuosa la movilidad en todos los sectores de la capital sucreña. Sufre el peatón, en primer lugar. Sufre el carro particular porque debe andar a 20 kilómetros por hora para no llevarse por delante a un mototaxista irresponsable. Y sufren los taxistas porque pierden las carreras y pierden tiempo en los trancones.
La cuota inicial para que Jairo Fernández tomara la radical decisión de suspender las corralejas fue el enfrentamiento político entre el alcalde de Sincelejo y el representante a la Cámara Yahir Acuña Cardales el 21 de octubre 2013.
El alcalde de Sincelejo, Jairo Fernández Quessep, denunció ante la Fiscalía General de la Nación a Yair Acuña Cardales, por supuestas amenazas. Según el mandatario sincelejano, el representante Acuña Cárdales estuvo el viernes 15 de noviembre en horas de la tarde en la residencia del Alcalde Municipal y, con improperios, lo amenazó. Jairo Fernández, en la denuncia, indica que el portero del edificio y sus escoltas le informaron que, al no ser atendido, el representante a la Cámara, Yahir Acuña, comenzó a gritar groserías y dijo que tenía que atenderlo a las buenas o a las malas. Uno de los testigos afirmó: “el señor Congresista se salió de casillas y gritó que si el Alcalde no lo atendía en el acto, que se atuviera a las consecuencias. Por ello, pidió a la Fiscalía General de la Nación adelantar las investigaciones del caso”.
Entre tanto, el representante a la Cámara, Yahir Acuña Cárdales, manifestó sobre los hechos que sí estuvo en la residencia del Alcalde de Sincelejo “pidiéndole que me atendiera personalmente, para solicitarle que no se refiera a mí en términos irrespetuosos, que fuera cortés y que lo único que había hecho era apoyarlo en sus aspiraciones a la Alcaldía de Sincelejo”.
Luego de ese impasse, limaron asperezas. Jairo Fernández sabía que en este enfrentamiento político sería, al final, el perdedor, porque Yahir Acuña se había convertido en un verdadero barón electoral y que sería pieza clave para lograr el objetivo que su sobrino, Mario Fernández, gane la credencial de Senador.
El 20 de noviembre al alcalde Jairo Fernández le informan que el representante a la Cámara, Jair Acuña, no apoyará a su sobrino, Mario Fernández; que su caudal electoral estaría repartido con dos actuales senadores barranquilleros: José David Name Cardozo y Efraín Cepeda Sarabia, y con el aspirante -también a Senado-, Eduardo Pulgar Daza.
El desprevenido lector se preguntará: ¿qué tiene que ver este hecho político para que el Alcalde suspendiera las corralejas?
Las tradicionales fiestas en corralejas se constituían en la plataforma ideal para desarrollar las mejores estrategias políticas, para promover las candidaturas. Como se vio en Sampués y en Buenavista, que se vivió una verdadera batalla de publicidad política. Hasta el más humilde vendedor de quibbe, llevaba en su caldero publicidad. Los manteros y banderilleros llevaban calcomanías en las nalgas.
Jairo Fernández conocía, a través del presidente de las fiestas de corralejas, Inis Amador Paternina, que Yahir Acuña había adquirido los derechos exclusivos de los tres días más importantes de esas festividades: sábado 18, domingo 19 y lunes 20 de enero. Exclusividad por la cual pagó $200 millones por cada tarde de toros, es decir que el costo total sería 600 millones de pesos. Yahir Acuña adquiría los derechos a 5.000 boletas de cortesía, con las cuales llevaría a sus principales líderes de todos los municipios de Sucre, avisos publicitarios en los palcos, en las mantas de los toreros, en las sombrillas de los show man, en la puerta de salida y entrada del toril, pendones publicitarios móviles con propaganda alusiva al candidato, publicidad en los uniformes de las bandas musicales y en todos los vendedores ambulantes que ingresaran a los palcos. Hasta en los baños pegarían avisos.
Este modelo de publicidad política no es nuevo. Ya se usa desde hace muchos años en las corralejas de Sincé, Betulia, Sampués y Buenavista, obviamente que tendría mayor impacto en Sincelejo, por ser la capital del Departamento, con mayor población que todos los demás municipios sucreños, y con la presencia de mucha gente de prensa, radio, televisión e internet.
Ante esas circunstancias, el Alcalde de Sincelejo no dudó dos veces en pasarle factura a Yahir Acuña, por la vía directa: suspender a través de un plumazo la realización de las corralejas. Jairo Fernández dejó al representante a la Cámara sucreño con todo el andamiaje para lucirse como el gran barón electoral de Sucre. Y a los amantes de las fiestas en las corralejas con una gran nostalgia al no poder observar siete días de las grandes crías de ganados de Sucre, y Córdoba y Antioquia.
Sin duda que las fiestas de corralejas de Sincelejo son ya un motor que impulsa la economía informal, que se calcula en los 1.000 millones de pesos, que remplazan la falta de empresas que generen empleo formal. El decreto que suspende las carralejas es sólo por un año.
Los sincelejanos no conocían el verdadero motivo por el cual su Alcalde hizo como el cangrejo, caminó para adelante y luego lo hizo hacia atrás. Primero estaba dispuesto a darle vía libre a las tardes taurinas. Después, ante una presunta traición política que podría resultar fatal para su sobrino, las prohibió. En la famosa Plaza de Majagual ya un mamagallista escribió: “estrofa que dedica el Alcalde al negro Acuña: Se la pasa echando vaina el negro maldito/ y yo que lo estoy oyendo no digo na/ no más que me estoy llenando de requisito/ y a la más segura cárcel lo voy a mandá”.