Horacio Serpa estuvo en Barranquilla, presidió varios actos y demostró que “no soy ningún gallo basto que ante los primeros espuelazos sale volando de la gallera”.
Por Rafael Sarmiento Coley – Director
“Mire, en toda corporación donde haya criterios y tesis divergentes debe hacer presencia la voz madura de la experiencia, para ponerle frenos a los ánimos explosivos y temperamentales”, dijo Horacio Serpa Uribe, quien encabeza la lista del Partido Liberal para el Senado de la República en las elecciones del 9 de marzo.
Como siempre que viene a Barranquilla, le salieron al encuentro sus amigos de toda la vida, los hijos y nietos de los amigos tradicionales que se han muerto y los admiradores de su verbo encendido durante sus intervenciones públicas.
Óscar Iván Galán es concejal de Barranquilla, hijo de otro dirigente liberal serpista y samperista, Fredy Galán Barros, quien igualmente fue concejal local. Y el papá de Fredy, fallecido hace algunos meses, también fue de esos liberales que, junto con Serpa en la Universidad del Atlántico, se enfrentaba a piedra, trompá y patá “a los mamertos, a los de la Juco, a los del Moir y otros grupos que defendían con demasiado fervor unas tesis que aquí no calaban”.
Ahora Horacio Serpa recoge el fruto de haber vivido de cerca esa vibrante política universitaria con el abuelo de Oscar Iván y, más tarde, al lado de Samper, con Fredy, el padre del hoy joven concejal liberal serpista.
“Si Uribe va con la mala intención de sabotear en los debates del próximo Congreso los proyectos importantes de la Administración, se va a encontrar con un buen gallo veterano que no va a salir corriendo ante los primeros espuelazos”.
Sostuvo que su vocación es defender las tesis de libertad, de igualdad para todos, de lucha contra la pobreza, de oportunidades para las juventudes, y que si Uribe va con el fin de sabotear todo eso en el Congreso, “se las verá conmigo. Él es un alumno mío aventajado. Pero en materia de dialéctica, de tesis, de ideas, de programas, de convicciones, no me da por los tobillos. Mire, a mí todos me conocen en todos los rincones del país como un liberal auténtico. Es que de pura vaina mis bigotes no son rojos. Pero Uribe, no, no, no, un día es rosado, otro azulito, otro amarillo polito, se inventa cada rato un partido nuevo con nombre rimbombate, siempre rindiéndole culto a la personalidad: Uribe Centro Democrático. Partido de la U (de Uribe), y otras cosas parecidas”.
Destacó que él representa una mayoría en el país de liberales a secas, que no necesitan estar llorando porque les acepten un logosímbolo o porque se los cambien, «ya que siempre el Partido Liberal ha sido lo que es: el partido de los pobres, de los que no tienen nada, de los que luchan por la dignidad y por un mejor vivir».