La Arquidiócesis de Barranquilla dice que no está de acuerdo que parejas de un mismo sexo puedan criar a un niño.
Por Chachareros
La máxima jerarquía de la Iglesía Católica en el Atlántico señala: “Compartimos las declaraciones del padre Juan Ávila Estrada, Delegado de Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Barranquilla, especialista en Matrimonio y Familia, en el que manifiesta la posición de la Iglesia Católica en el Atlántico frente a la decisión de la corte constitucional de aprobación de adopción de niños por parejas homosexuales.
«A raíz de las decisiones tomadas por la Corte Constitucional que ha permitido y ha dado vía libre para que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños, como Iglesia Arquidiocesana nos unimos a toda la Iglesia Universal y expresamos de una manera contundente y de manera rotunda la defensa fundamental y la promoción de la familia cristiana.
Estamos absolutamente convencidos de la familia como base y suelo fundamental de la sociedad y si bien es cierto que la Corte en este momento ha tomado una decisión de carácter civil y que como ciudadanos que somos tenemos que respetarlas, también es verdad que desde nuestras convicciones tomadas directamente desde el Evangelio y de las enseñanzas de Jesús nosotros seguimos promoviendo, defendiendo y seguimos mostrando como modelo ideal de familia aquella que ha sido constituida por un hombre y una mujer, en donde producto del amor fecundo de los esposos vienen los hijos como un don, como un regalo inestimable del Señor.
Es por eso que también vale la pena que nos pongamos a pensar si bien es cierto que las parejas homosexuales tienen muchísima posibilidad y muchísimo deseo de poder brindar afecto a todos y cada uno de estos niños, que muchas veces les cuesta trabajo poder conseguir una pareja heterosexual que los pueda adoptar porque son de difícil adoptabilidad. También es verdad que nosotros tenemos que pensar no solamente en los derechos de los adultos, sino ante todo en el derecho de los niños.
No podemos negar que existan personas que tienen todo el deseo de ofrecer seguridad, estabilidad, de poder ofrecer cariño a estos niños y niñas que adoptan, pero no pensemos únicamente en lo que ellos quieren ofrecer, sino pensemos también en lo que los niños necesitan recibir, se trata de comprender fundamentalmente que los niños necesitan un modelo paterno en el que exista un hombre y una mujer, porque es aquí donde se produce precisamente el equilibrio de la conformación de nuestra afectividad, de nuestras emociones, de todo donde se construye nuestra personalidad.
Dos hombres o dos mujeres criando a un hijo siempre producirán un estilo de formación que cojee, en el que siempre haga falta algo. Por eso nos unimos a toda la Iglesia del mundo como un solo bloque, un monolítico, con la fuerza y la convicción de que Jesucristo el Señor es el dador de todo bien perfecto, y que Jesucristo es el custodio de la familia, y que Jesucristo es el que nos invita a seguir promoviendo la familia cristiana. Aprendamos a amar nuestra familia y aprendamos también a mostrarla como un don inestimable de Dios desde la Sagrada Escritura».