Arte y Cultura

Margaritas para el alma

«La organización del evento fue obra de Stage Barranquilla, estudio de grabación y ensayadero con sede al norte de la ciudad, que en asocio con la dirección cultural de la Alianza Francesa, se dio a la tarea de montar un espectáculo sin precedentes en la escena local y nacional, protagonizada por las nuevas voces artísticas del circuito»

Por: William Castro A.

Me había despertado a oscuras la tarde del sábado veintisiete, a causa de la tempestad que desde bien temprano amenazó con anegarme el resto del día. Llovió. Hubo que sacar la ropa del patio, gestionar goteras, y en últimas, escribir para saber si todo estaría bien ante el enfurecido aguacero, que luego y afortunadamente encontró su calma sobre pastizales de Margaritas, adelantadas a florecer durante el mes de agosto. 

Fue gracias al aguante de la Bellis que los corazones heridos de las almas presentes aquella noche de música y rocío en Alianza Francesa de Barranquilla, pudieron sentirse embriagadas de una velada de rock y electrónica que hubo de celebrarse en pro del recibimiento de una banda revelación del género alternativo e independiente: Margarita Siempreviva, la Bellis perenne de Colombia.

Directo de la calurosa Bello-Antioquia llegaron los integrantes de esta singular agrupación a recibir otra clase de calores de parte de la Barranquilla que funge de tercer escenario dentro de su Tourlife por Colombia, en el que se encuentran presentando su más reciente álbum: “Un lugar más cierto” (2022), conformado por diecinueve canciones que logran dar continuidad a una propuesta que conjuga diversas expresiones con base al rock, saltando del estilo indie al post-punk, como del shoegaze a la producción lo-fi. 

Arando el campo

La organización del evento fue obra de Stage Barranquilla, estudio de grabación y ensayadero con sede al norte de la ciudad, que en asocio con la dirección cultural de la citada sede francesa, se dio a la tarea de montar un espectáculo sin precedentes en la escena local y nacional, protagonizada por las nuevas voces artísticas del circuito. 

The Satanic Majesties Request. Camilo Palomino (Guitarra y voz principal), Jean Carlos Mendoza (Bajo) – Fotos: Ikarus Gael.

Fue así que dadas las 7 PM. se abrieron las puertas por parte del staff, permitiendo el ingreso del público que venía de acabar con la taquilla de ventas. Hacia las ocho en punto se había llenado el patio cultural, iniciando el itinerario con la mezclas del colectivo y plataforma Nivel 4,  que en representación de P De Pachanga y su Dj Set electrónico, proyecta una atmósfera rave de luces y bailes al ritmo del house, trance y techno pesado. 

Pasadas las 9 PM. iba siendo hora de presentar a la primera de las tres bandas tributo de esta noche: The Satanic Majesties Request o el advenimiento del blues y el rock n’roll en Barranquilla, quienes después de un tiempo fuera de escena en el que se dedicaron a componer y despedir canciones, desenfundaron un repertorio de covers y temas inspirados en los clásicos con el que hicieron sacudir a Elvis en su tumba. 

(https://lachachara.org/de-la-tumba-emerge-el-rock-en-calabozo-music-house/)

Algunos de estos fueron sus originales Devil’s Boogie, Sister’s Blues, Texas Swing, Raw city, Sticky Bones y En la pretina, ópera prima que ha sido bien recibida desde su difusión en redes hace un año, y que al igual que sus interpretaciones de School Days (Chuck Berry) o It’s a man’s world (James Brown), podrían conformar a futuro un ambicioso como revolucionario álbum.

Trastocando. Camilo Marín (Guitarra rítmica y voz) – Fotos: Ikarus Gael.

Tras el arado sustancial del terreno que abriera campo a la siembra artificial de la margarita, continuamos con el Dj Set de Germán Loza (Heilboysk), quien además de ser fotógrafo y diseñador gráfico, es fundador de Ministry Rave, colectivo que, como Nivel 4, patrocina este tipo de ambientes y estilos que promueven los ritmos electrónicos del drumbass, al igual que genera otras zonas de tolerancia para los amantes de esta música. 

Excesos de sudor y adrenalina me conducen hacia la presentación de Trastocando, segunda banda emergente de rock alternativo que se viene posicionando hace tiempo en la escena cultural barranquillera y nacional, trayendo algunos de sus sencillos su-per-re-cien-tes como: Valium para elefantes, Rayo Láser, Ella brilla, Ominosa y Polaroid de los espíritus exquisitos (2022).

(https://frecuenciaalternativa.net/trastocando-nos-embriaga-en-el-sonido-de-rayo-laser/)

Son estas canciones del amor y el desasosiego, píldoras mágicas para espíritus desamparados que buscan ominosamente posicionarse de un cuerpo menos egocéntrico y lógico, guiado, en cambio, por sus sentidos. En resumen, todas forman parte de un trabajo discográfico llamado «Obertura Sintética» , que representa el trabajo realizado por sus integrantes a lo largo de cinco años de exploración y experimentos musicales.

Siembra artificial

Margarita Siempreviva. Fotos: Ikarus Gael.

Y habiéndose expandido la siembra, no queda más que perpetuar aquella flora del amor puro y desinteresado entre personas alegres, sencillas y auténticas como los son Mateo Vanegas (guitarra), Cristian Sánchez (vocalista), Alejandro Pérez (Sintetizador y segunda guitarra), Daniel Velásquez (bajo) y Adán Naranjo (batería), cada uno pétalo de Margarita,  cuyo performance se trata de acercarse al público para entregar parte de su ramo en un acto simbólico que en realidad y representa la entrega de una parte de sí mismos como grupo.

Luego del Éxodo (primer tema instrumental del álbum) nos desplazamos a Un lugar más cierto, donde el público desde las gradas corea la letra de canciones como Mi barco, Automático, Mundo peligroso, Fractal, Depresión Post-Paisaje y Cuando tú hablas yo te escucho; que más allá de manejar una transición fluida de su ritmo variopinto, les une la búsqueda y el recuerdo nostálgico de una persona que ya no está, empleando en muchas ocasiones el loop como hilo conductor de su mensaje:

“Prométeme que irás a verme

Al morir

Prométeme que irás a verme

Cuando ya no quieras salir” (Mi barco).

Cuando suena la canción que da nombre a su trabajo, esta inmediatamente conecta con esa parte juvenil del público que les escucha al sentirse en soledad: sentimientos que les retraen y hacen querer escapar, en más de una ocasión, hacia ese lugar más cierto, donde las cosas pueden existir con libertad:

“Ey recuerda el momento

Donde soñamos tan juntos levitar

En un lugar más cierto

Donde tengamos

Tengamos libertad

Lo que llaman libertad” (Un lugar más cierto)

Y resulta ser esa misma conexión la que nos lleva al pasado para recordar Los Días Apacibles (Habitación de flagelos, 2017), atravesados por Lentas nubes de fuego (2019), que inevitablemente traen consigo serias oleadas de Sol de agua en Analogía de una laguna (El paraíso de las puertas, 2021), línea de tiempo que bosqueja con los años ese paisaje de amarillos figurado en la portada de Un lugar más cierto, cuyo bote trasporta dos edades, dos visiones distintas sobre la vida, que así como reza el tema Ahora nada es imposible, se dirigen hacia un inminente destino al que “deben volar libres por el viento”.

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