El único escenario de encuentro que le queda vivo a la Costa Caribe colombiana es el canal regional de televisión, Telecaribe. Por lo tanto, la clase política, los empresarios, los profesionales del medio televisivo, los periodistas y comunidad costeña en general, deben reclamar un manejo serio del cambio de estatutos que facilite tanto la escogencia de un gerente adecuado, como un proceso de modernización y actualización en el campo de la comercialización.
Telecaribe necesita de un gerente que piense en las nuevas tendencias de la cultura televisiva, con el fin de que no se quede en un medio paquidérmico y jurásico. En sus 26 años de vida Telecaribe ha tenido una decena de gerentes de variado perfil. Desde el buen nivel profesional y el entusiasmo sin límite de su gerente-fundador, hasta sucesores con un claro molde jurídico que le dio entidad normativa al canal. Lo mismo que profesionales muy marcados por la responsabilidad de la televisión para poner en práctica la sociología de la región. También el canal ha contado con gerentes de un perfil de alto nivel en la parte técnica y de producción de televisión, al igual que gerentes comprometidos con poner en orden la parte administrativa, financiera y contable de dicho medio de comunicación. Del mismo modo se ha contado con gerentes de prestigio internacional en radio y televisión. Sin que haya faltado el gerente folclórico que se la pasaba con los pies sobre el escritorio y rascándose la barriga.
Pero ya esa es historia del pasado. Ahora el reto es lograr que las siete gobernaciones y los distritos y municipios socios del canal paguen sus cuotas-compromisos. Y que paguen a tiempo. Porque hay Departamentos que no han pagado todavía la primera cuota desde cuando se fundó el canal. Y son los que más reclaman y se pelean la gerencia para una ficha política suya. También es importante que se escoja a un gerente con alta capacidad de gestión para obtener a tiempo los suficientes recursos que deben llegar de la nueva Autoridad Nacional de Televisión (ANT).
No es necesario traer a un hombre o mujer de las galaxias o a Supermán, como lo sugiere folclóricamente uno de los mandatarios regionales. No. Basta con escoger una hoja de vida que reúna las condiciones para adecuar el canal a las nuevas tendencias del medio. Tiene que ser un gerente moderno. Que sepa lo que ocurre en la televisión regional de la India, de Corea del Sur, y de otros puntos del planeta que están haciendo una televisión acorde con los cambios que la globalización exige. Desde luego, no hay que desconocer que en muchas de esas regiones se está haciendo una televisión influenciada y manejada a control remoto desde Hollywood, epicentro de la industria del entretenimiento de Estados Unidos y el mundo.
La nueva televisión regional recrea y pone en escena la realidad local a manera de comedia o parodia. La información es dinámica, fugaz y con un lenguaje seco y directo. Eso es lo que nos falta en Telecaribe. La dramatización. El entretenimiento con agrado y humor. El periodismo en línea. En síntesis, una parrilla que tenga los ingredientes necesarios para competir, no solo en la región, sino fuera de ella. Como lo mandan las actuales leyes del mercado del entretenimiento. Para todo ello se necesita un cambio de mentalidad en la junta directiva de Telecaribe, actualizar los estatutos del canal para escoger un gerente con excelente perfil y romper la camisa de fuerza para la comercialización. Porque en este último punto, todo parece indicar que al canal sí le llega una buena pauta publicitaria, pero los ingresos se quedan en manos de unos pocos avivatos. Son venas rotas que deben ser cauterizadas cuanto antes. En fin, Telecaribe bien vale la preocupación de todos los costeños por ser su único punto de encuentro y de integración regional.