Varios de los mejores vinos del mundo son producidos en una pequeña ciudad al sur de España, en la región de Andalucía. Esta es su historia.Escrito por: Jorge Mario Sarmiento Figueroa – Editor
La Asamblea General de la Red de ciudades europeas del vino, que este año se celebró en Marsala (Italia), eligió a Jerez de la Frontera como la «ciudad europea del vino 2014», un título codiciado en el viejo continente que reconoce varios aspectos de la cultura vitivinícola, como la riqueza y variedad en la región que los produce.
Jerez, con apenas 7 mil hectáreas cultivadas y una profunda crisis económica y política, alcanzó este título entre 800 ciudades de nueve países que tienen una fuerte dependencia de la vitivinicultura (Alemania, Austria, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Portugal).
Su prestigio se debe a la gran diversidad que abarca, desde los secos y pálidos, como el fino y la manzanilla, los amontillados, olorosos; hasta los más dulces y oscuros, como el Pedro Ximénez y el Moscatel, pasando por toda una amplia gama de olores, sabores y colores.
La «ciudad europea del vino» no siempre fue de Europa
Hace 750 años, Jerez era un enclave árabe en el viejo continente, al igual que el resto de la región de Andalucía. En ese año, 1264, las disputas de reinos hispánicos empujaron a la conquista de la ciudad, que quedó establecida como una frontera entre los reinos de Castilla y Granada. Por eso su denominación de Jerez «de la Frontera».
Los árabes fueron expulsados, pero dejaron la herencia de su arquitectura, ornamentos, pinturas, jardines, muchos conocimientos y demás aspectos culturales que asombran a los visitantes de la Jerez actual… de Andalucía entera.
Muchos años antes, los Fenicios habían usado estas tierras para la producción de vino, prácticas que luego serían retomadas por los romanos. Los árabes también lo hicieron así, a pesar de la prohibición religiosa que se imponían a sí mismos. Ya en mano de los españoles la cultura vitivinícola de Jerez se convirtió en una fortaleza comercial con diversos países, especialmente con los británicos, que se sentían atraídos por el sabor especial que ellos denominaban «sherry». Su principal dramaturgo, William Shakespeare, se inspiraba en ese elixir embriagante del sur de España. Para los ingleses hoy se produce especialmente el vino «Cream», una mezcla balanceada de vinos secos y dulces.
Así se produce el vino de Jerez
Una bodega de tradición en Jerez es distinta a cualquier bodega de vinos en el resto del mundo. Para este tipo de vinos se hace un proceso de añejamiento con el sistema de criaderas y soleras, que emplea vasijas (botas) hechas en roble americano, con capacidad entre 250 y 600 litros. Estar en una de esas viejas salas a media luz, suelo de albero y clima húmedo, acompañado de la antigüedad de los vinos, influye un vívido respeto.
Cuando el vino más «viejo» va a ser consumido, se extrae una cantidad precisa de la solera (línea de botas más cercanas al piso) y en su reemplazo se le añade la misma cantidad de la línea de botas más próxima sobre ella, y así sucesivamente hasta llegar a la más joven.
Este sistema, único entre todos, permite que la calidad del vino de Jerez sea muy alta y homogénea, porque en todas las botas existe una cantidad principal de vino viejo sobre el vino que ha llegado más reciente. Así, para el vino de Jerez no es importante que se vea el año en la botella, es decir la cosecha del año, sino la antigüedad del sistema de Criaderas y Soleras de la bodega. «Todo el vino que produzca estará envejecido por un caldo mucho más antiguo que otros. Conformando de este modo, el activo más importante de la bodega».
Bodegas Tradición de Jerez
Lachachara.co tuvo oportunidad de conocer Bodegas Tradición de Jerez, que, además de contar con una excelsa e impresionante cantidad de vino de exportación, alberga una pinacoteca con la Colección Joaquín Rivero, una de las más importantes que se exponen en Andalucía. «Tiene como característica fundamental que reúne en una colección de arte privada más de 300 obras de grandes maestros de la pintura española que abarca de los siglos XV al XIX. En ella están representados todos los movimientos artísticos de importancia que se han ido produciendo a lo largo de la historia de la pintura española, así como los autores que por su propia significación conforman la escena artística del momento: Zurbarán, Velázquez, Hiepes, Labrador, Valdés Leal, Goya, Maella, Lucas Velázquez, Madrazo, Lucas Villamil, Carlos de Haes, entre otros».
Una de las experiencias más sobrecogedoras que brinda esta pinacoteca es la exposición de dos pinturas del gran Pablo Picasso cuando tenía 8 años de edad. Son escenas taurinas en las que ya se advierte un camino del color que lo llevaría a tener un sitial en la historia del arte, y que reflejan la estirpe de una de las ciudades más sensibles del mundo.
