Se acerca la semana Santa y ellas son quienes influyen en sus padres a dónde ir. Escojan los mejor, que a veces es hasta lo más ajustado al presupuesto familiar.
Por Rafael Sarmiento Coley
Una familia venida de Oxford, Inglaterra, está en Barranquilla disfrutando de unas largas y merecidas vacaciones y, claro, dentro del paquete deseaban disfrutar de una Semana Santa “en un sitio bueno y bonito, lejos del mundanal ruido, pero cerca de la civilización”.

Escaleras cónicas en forma de caracol que conducen, no a rancias buhardillas de escritores refunfuñones, sino a acogedoras habitaciones.
Cuando uno escucha las especificaciones al rompe, piensa, “caramba estos ingleses creen que están en otro país, en uno del África”. Cuando los demás miembros de la familia comienzan a botar corriente, van saliendo los lugares más exóticos, atractivos, divertidos, buenos, bonitos y cerca de la civilización.
Hermosas mansiones-hoteles-centros de evento, que envidiaría cualquier familia europea para pasar no una semana. ¡Meses!

Paisajes agrestes como parte sobrante de la flora tropical de estas veredas a las cuales tanto han cantado los poetas.
Hay de todo. Viejos castillos que han sido reformados y han quedado muy bellos. Inmuebles que han sido construidos al estilo de viejos castillos, pero con las facilidades arquitectónicas de hoy: piscina en el cuarto piso, una gigante tina blanca como la nieve al estilo de la que usaba Cleopatra para bañarse en leche de burra negra para mantener su piel tan suave como la misma seda.
Spa. Salón de baile con tarima y sonido. Pequeña sala de reuniones. Comedor confortable y bar para los señores que prefieren los líquidos espirituosos de origen escocés.
Todo ello rodeado de una vegetación hermosa. Esos manglares reverdecidos, en cuyas raíces, allá abajo en el agua, está el más rico plapton que es el principal alimento de los peces y en especial de los crustáceos. Sin estos manglares, vivos y reverdecidos, no existiría esa abundante fauna que tanto abunda en la cocina del Caribe colombiano.

Piscina de todas las formas y tamaños para todos los gustos, rodeadas de la más pura y original vegetación.
Después de un día de recorrido por estos paisajes sencillos y acogedores, la familia de Oxford, dijo “en estos paisajes nos quedados esta Semana Santa”.