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La gambeta de Antonio Char

El presidente del Junior, Antonio Char, declaró, que el técnico Julio Comesaña llegó con un compromiso de nueve meses.

Por: Javier Castell

Javier-Castell

Javier Castell López

Me parece que es una decisión lógica que garantiza un mínimo de continuidad en una tarea que se inició tras unos acontecimientos muy traumáticos, que derivaron en la sustitución del anterior cuerpo técnico y la devaluación de los jugadores.

Dicho lo anterior, yo creo que el regreso de Julio Comesaña por séptima vez a la dirección técnica del Junior es una muestra inequívoca de incoherencia. ¿Cómo se explica que alguien que fue retirado en seis ocasiones, algunas de ellas finalizadas con inmoderadas discrepancias con el máximo accionista, quien no ha tenido ningún reparo en hacerlas públicas, sea repescado una séptima vez?

En mi opinión, Comesaña es una persona y un profesional con toda la experiencia, conocimientos, liderazgo y habilidad comunicativa para ejercer la función de director general deportivo. Para desempeñar un rol más estratégico. Desde ese lugar no tengo dudas que podría, por fin, estructurar un modelo deportivo a largo plazo. Pero ni él ni el Junior creen lo mismo. Y no va ser una simple opinión ajena a su organización, por más multiplicada que esté por difundirse en un medio de tanta importancia como este diario, la que modifique sus disposiciones.

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Antonio Char, presidente de Junior

No fue este el único tema tratado en la entrevista. A la pregunta: ¿Qué se ha hecho desde la directiva para tratar que el desempeño de los jugadores sea mejor? Antonio respondió que la directiva no tiene mucha influencia en el rendimiento del jugador.

Totalmente en desacuerdo. Los directivos son responsables de todo, lo bueno y lo malo, que ocurre en un equipo. Antonio, no es que puedan tener “alguna influencia”, es que deben tener toda la influencia. Desde el plan de contrataciones, el rigor y la exigencia con la disciplina y el respeto a la camiseta, a la hinchada, a las decisiones del entrenador. Desde la claridad en los objetivos, la intolerancia al aburguesamiento. Desde la relación con esos jugadores, que debe ser respetuosa, pero con firmeza; de apoyo y cercanía, pero no amiguismo. Sí, ustedes no deben, ni pueden meterse a la cancha, porque no saben y porque ustedes están para marcar la ruta, no para transitarla. Pero de la convicción y la coherencia en el diseño de esa ruta, de los pasos que se dan en ella, ustedes fomentan y activan el compromiso de los jugadores.

Cuando el Junior ha obtenido títulos o destacadas campañas, el reconocimiento a la tarea de la dirigencia y de los propietarios (bueno, en realidad son los mismos) ha sido espléndido y merecido. Pues, ahora, Antonio Char, no quieras hacerle una gambeta a la responsabilidad que les cabe en este momento que vive el equipo.

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