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La española Inassa, en las mismas de GNF y Odebrecht

Se han convertido en los reyes del soborno en la América Hispana, y varios otros países en donde los controles son tan laxos como en Colombia. Por Chachareros/EFE/El País Madrid

Lo deseable es que, así como ya en España van 11 altos ejecutivos de Canal Isabel II en la cárcel, en Colombia los organismos de control investiguen lo suficiente este maloliente asunto para que los jueces empiecen a meter a la guandoca a peces gordos y flacos.

Lo lamentable es que, como en el caso de Odebrechet, el asunto se queda en un descolorido y venido a menos excongresista y en un viceministro cartagenero que se las picaba de muy señorito e incorruptible, y salió más sucio que marrano en chiquero nuevo. Y ni hablar de la descarada y desvergonzada Gas Natural Fenosa (GNF), que desmanteló a Electricaribe y la dejó en bancarrota, para luego anunciar, como cualquier maleante caradura, que el gobierno colombiano tiene que indemnizarla. Para premiarle su corrupción.

¡Qué lástima! Colombia retrocede 200 años en la historia para situarse, sin pena ni vergüenza, en la época de la colonia en la cual los señores virreyes y sus oidores, los sátrapas señores ‘Adelantados’ que se apoderaban al rompe y moche de tierras, cultivos, joyas y hasta algún diente de oro que tuviera un indio monero.

Eran unas verdaderas ratas. Y lo peor es que la historia se repite de la manera más indignante.

Es de esperar que la Procuraduría General, al frente de la cual está Fernando Carrillo Flórez, un funcionario pulcro y con antecedentes de eficientísimo ejecutivo, cumpla a cabalidad, como sin duda habrá de hacerlo, el anuncio de investigar los presuntos hechos de corrupción en los que estaría envuelta la empresa española Canal de Isabel II, que tenía en Colombia el 81.24% de las acciones de Inassa (Sociedad Interamericana de Aguas y Servicios S.A.) con sede en Barranquilla.

Esto es una verdadera desgracia para el país. Porque, por culpa de los sobornos y chanchullos de Odebrechet, medio país se quedó sin importantes carreteras para facilitar el contacto con los puertos de importación y exportación. Por culpa de la cínica multinacional brasilera la zona portuaria de Barranquilla vive momentos de verdadera crisis. Y la tan anhelada y cacareada recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena ahora está en veremos, con un Gobierno que está por salir, y cuya prioridad es dejar arreglada a medias el asunto de la paz con las Farc. Lo del Río ya no interesa. ‘Que el próximo Gobierno lo haga’.

2 Ignacio-gonzalez uno de los capturados

Ignacio González, uno de los primeros capturados en Madrid por la corrupción en la multinacional española Canal Isabel II dueña de Inassa, que a su vez tiene el 82,16% de las acciones de la Triple A de Barranquilla. Con razón dicha empresa está tan de capa caída.

En cuanto a Canal Isabel II y su filial Inassa, la situación es tan grave como lo de la suspensión de los trabajos de extraer el sedimento del lecho del Magdalena para recuperar la profundidad navegable.

Ya la crisis estalló en Santa Marta. Riohacha, que es otra ciudad de la cual se apoderó el cuestionado grupo español especializado en la prestación del servicio de agua potable, está que tiembla, porque, de verse el municipio en la necesidad de suspender la concesión por fuerza mayor a causa de las inmoralidades de los funcionarios ibéricos, volverían los tiempos en que el agua para el servicio doméstico había que traerla en burros desde el río.

Y ni qué hablar de Barranquilla. La Triple A es, en la práctica, propiedad de la compañía extranjera. La composición accionaria la domina Inassa con el 82,16%; el Distrito de Barranquilla a duras penas tiene el 14,5%, es decir, en la práctica no tiene voz ni voto. El Alcalde es una figura de papel que asiste a las asambleas de la Triple A para dejar una constancia histórica. El resto de las acciones, un 3,34% está en poder de ‘empresarios barranquilleros fantasmas’, que pescaron en río revuelto cuando acabaron con la antigua Empresas Públicas Municipales (EPM), un cadáver insepulto, pues aún el Distrito tiene sobre su lomo el pago de los pensionados de dicha empresa.

El caso de Santa Marta

3 Agua en burro

Lo triste es que, como está el panorama, numerosas poblaciones del Caribe colombiano tendrán que regresar al burro para conseguir el agua. Y todo por culpa de la corrupción que nos trajeron los españoles hace 200 años.

Según la Procuraduría, en la revisión del empalme entre el Distrito de Santa Marta y Metroagua -Inassa es propietaria del 35 % de las acciones de esa compañía- encontró múltiples irregularidades no solo relacionadas con la «deficiente prestación de los servicios de agua y alcantarillado de Santa Marta» sino también relacionadas con contratos.
El Ministerio Público informó en un comunicado que entre las irregularidades más relevantes estaba la ausencia de inversiones en las redes de acueducto y alcantarillado.

Agrega el comunicado que no había razones para que se permitiera la operación de Metroagua de los servicios por más de 20 años con cláusulas que afectaban al Distrito de Sana Marta «toda vez que del 33% de la facturación bruta que se pactó como canon de arrendamiento inicial se pasó a un 2%,».

Ese contrato, además, se prorrogó mediante un otrosí que acordó que el Distrito pagaría a Metroagua el valor de las “mejoras”.

«Atendiendo lo anteriormente expuesto se dará traslado de estos hechos a las delegadas disciplinarias, para que dentro de la órbita de sus competencias, efectúen o desarrollen las actuaciones a que haya lugar. Lo anterior a fin de salvaguardar el patrimonio público que pueda verse en riesgo por actos de corrupción, como quiera que se trata de empresas, que si bien son reguladas por el derecho privado, las mismas administran recursos públicos», anunció la Procuraduría.

Así funciona el negocio

El grupo Inassa, tiene participación accionaria en algunas empresas prestadoras de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, entre las que se encuentran Triple A, Metroagua y Avanzadas Soluciones de Acueducto y Alcantarillado –ASAA-, operadoras de estos servicios en la Costa Atlántica.

En la Triple A, la composición accionaria es: Inassa (82.16%), el Distrito de Barranquilla (14.5%) y otros (3.34%.); por su parte, en Metroagua, la composición accionaria es: Inassa (35%), el Distrito de Santa Marta (28%) y Termotécnicas y Eléctricas de Medellín (33%).

Inassa opera el acueducto de Barranquilla, Polonuevo, Tubará, Sabanagrande, Soledad, Sabanalarga, Piojo, Ponedera, Puerto Colombia, Usiacuri, Baranoa, Santo Tomás, Juan de la Costa, Galapa. En Riohacha la operación del servicio se encuentra a cargo de la empresa Avanzadas Soluciones de Acueducto y Alcantarillado –ASAA-, que también es del grupo Inassa.

En Providencia la operación del servicio es directo. La Alcaldía firmó un contrato de consultoría con Findeter para la gestión de acueducto, que será ejecutado por Inassa.

En su informe, el Ministerio Público dice que Metroagua operó el acueducto y alcantarillado de Santa Marta hasta el 17 de abril de este año cuando culminó el contrato.

Por los lados de la Triple A, ya la descarada Inassa anunció que, si alguien quiere comprar sus acciones (que son el 82,16% de la torta accionaria de la Triple A), tendrá, además, que pagar $500 mil millones por «el intangible que, como valor agregado, ha sido parte del éxito de nuestra empresa». ¿Un intangible de qué? Si Inassa encontró todo hecho, con una clientela cautiva y disciplinada para el pago de los servicios, no porque la Triple A sea la empresa de mejores servicios y de campañas sociales efectivas para establecer en la ciudad la cultura del pago de sus recibos. Esa cultura ya estaba en el alma de los usuarios de este servicio desde antes que llegaran los españoles. De tal manera que el ‘mentado intangible’ es puro cuento chino. Porque los españoles dueños de Inassa creen que todavía la población en donde presta sus servicios está conformada por la misma gente aquella que hace 200 años se dejaba engañar con espejitos y otras baratijas. Los tiempos han cambiado. Y sería muy ejemplar ver a algún pez gordo de Inassa-Barranquilla ‘modelando’ en la Vía 40, o en una habitación en la cárcel de El Bosque. Dios ilumine al eficiente Procurador y al diligente Fiscal para que tanta fechoría de cuello blanco no quede impune.

Sobre el autor

Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
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