Un plato típico de la gastronomía costeña, también conocido como el «arroz de payaso», es el sustento de muchas familias en Barranquilla.
Por Cristian Ibañez – Chacharero
El arroz de lisa hace parte de la tradición culinaria de nuestra ciudad, y aunque muchos se resisten a probarlo otros no aguantan las ganas de degustarlo cuando ven al ‘man’ del bici carro vendiendo raciones en una esquina a obreros de construcción, que son la más voraz clientela de este producto típico.
Los productores del arroz de lisa no son grandes chef de cocina, pero han sabido mantener el sello de autenticidad que pocos afamados expertos culinarios logran. Es como si en las hojas de bijao en que se sirven las raciones llevaran el «nosequé» impregnado de la comida echa en casa.
Cada mañana en la carrera 11 con 73f del barrio Lipaya, al suroccidente de la ciudad, los habitantes de este sector son testigos del inicio de la jornada laboral de muchos de sus vecinos, en la actualidad son aproximadamente diez hogares los que dependen del negocio del arroz de lisa, que ha sido solución ante la falta de empleo.
Esta coincidencia de varias familias de un mismo sector dedicadas al negocio de una de las comidas típicas barranquilleras, ha ocasionado admiración por parte de quienes transitan la manzana. Tanto así que ya los que por allí habitan son reconocidos con el seudónimo de «Los arroz de Lisa».
En su marcas, listos…
Después de haber vendido en los alrededores de la cuadra, emprenden la travesía por las calles de la ciudad, apoderándose de la atención de quienes no tuvieron tiempo para comerse algo antes de salir para el trabajo, para el colegio, hasta para la oficina, porque esta receta no tiene distinción de clase social.
El arroz de lisa lo come el que quiere desde 500 pesos en adelante.
