Debe ser algo digno de la grandeza de este singular artista que le dio renombre al Caribe colombiano y a la Nación en general.
Yino Márquez cuestiona la indolencia de los responsables de velar por el mantenimiento de la escultura, que está allí a la buena de Dios desde hace 17 meses. Pero nadie se acuerda de pasarle un trapito untado con aceite para quitarle el moho del olvido.
Así no se vale. Sobre todo si es un homenaje póstumo al hombre que con su ‘Rebelión’ mereció figurar en los más importantes museos y revista musicales del orbe, y su tema bandera en Europa y Asia era ese.
Lo mismo que en la ciudad en donde él, por propia voluntad, decidió plantarse como un árbol fuerte hasta su muerte el 26 de julio de 2011, dejando de recuerdo ese bello tema ‘En Barranquilla me quedo’, en el cual Chelito de Castro, barranquillero raizal, hace un brillante solo de piano irrepetible.
Ayer, con motivo de la conmemoración de los dos años de su partida, hubo diversos actos. En los Jardines de la Eternidad una eucaristía programada por su viuda Jacqueline Ramón, la mujer que lo acompañó hasta su último suspiro, allí siempre con el apoyo moral de Kike, el hijo de Jacky que también incursiona en la música urbana de Nueva York.
Y también hubo homenaje musical, con lo mejor de su producción a lo largo de casi medio siglo, en los mejores estaderos, con la presencia de su exesposa Mary Luz Alonso y las hijas menores del Joe, Eykol y Nayalibe.
Sobre su música, el siempre oportuno José Bermúdez realizó un compilado audiovisual con toda la discografía del Joe. Hay que verlo.
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