ActualidadAgendaCrónicasEspecialesLocalesMundoNacionales

Inseguridad acabó con la paciencia de barranquilleros

Alcalde Char firma decreto que prohíbe parrillero hombre en ciertas zonas de la ciudad. La comunidad estaba aterrorizada. Ya no se salvaban ni los curas ni supermercados. 
Por Rafael Sarmiento Coley

“¡Por Dios, hasta dónde ha llegado esto!”, exclamó Rosa María Pérez cuando su hija, que quiere ser monja, le vino contando que al sacerdote Antonio de la parroquia del barrio, por poco lo matan dos hombres que se transportaban en una moto, por quitarle un celular viejo, a los que los muchachos llaman “panela”.

5 Alex firma

A las 3 de la madrugada de este jueves el alcalde Alex Char firmó el decreto que trata de contener el desmadre de la delincuencia en la ciudad.

“¡Ya esto es el colmo!, hombre, que se metan con un santo varón que no le hace daño a nadie y vive en medio de una pobreza franciscana porque así se lo señala la orden religiosa a la cual pertenece el querido Padre Antonio”, agregó Rosa María Pérez.

Un día antes había sido despojado de todas sus pertenencias y $400 mil en efectivo el director de Radio Olímpica, Andy Pérez, al salir de una frutera situada a media cuadra de su centro de trabajo. Era temprano. 9 de la noche. Y las calles estaban muy concurridas.

Este lunes el pastor cristiano Iván Delgado Glen, su esposa y sus dos hijas, llegaron a las cinco de la tarde a una supertienda de víveres escolares a terminar de comprar los útiles para el regreso a clases. A las seis de la tarde, cuando abordaron la camioneta de su propiedad para regresar a casa, fueron encañonados por dos malandros que los despojaron de todo, en el interior del parqueadero de la papelería, con dos celadores a bordo, armados de pistolas y radiotransmisores, con barra de seguridad para entrada y salida de vehículos del garaje particular. Y nada pasó.

4 el viejo oeste

Al estilo del viejo Oeste gringo, la ciudad amaneció empapelada con los carteles de las principales pandillas que han sembrado el caos en Barranquilla.

La semana anterior, en el barrio Santa Ana, en donde el uruguayo Jorge Silveira tiene un restaurante muy acreditado, dos delincuentes parquearon la moto en la puerta del negocio de alimentos, y, sin mediar palabras, dispararon dos veces a las piernas del dueño de casa. Los comensales entraron en pánico, lo que fue aprovechado por los asaltantes para despojar a casi todos los allí presentes de sus pertenencias y saquear la caja registradora.

Todavía no había pasado lo peor. El lunes al mediodía en la calle 41 con carrera 8 del barrio La Alboraya (sur de la ciudad), tres frescos atracadores a bordo de un carro de tracción animal (un pobre mulo que no podía ni con sus patas), saquearon un apartamento de un segundo piso, y de la manera más tranquila colocaron televisores, computadores y hasta licuadoras y batería de cocinas y se fueron con el mayor cinismo cantando en coro “¡sale loco de contento/con su cargamento/para la ciudad!”.

3 bandidos

Con toda seguridad, la historia se repetirá. En Barranquilla pronto aparecerán los caza recompensa en procura de ganarse, a lo bien, unos cuantos pesos, entregando a las autoridades policiales a estos bandidos.

Pensaban que así distraerían a los pocos curiosos que merodeaban por el sector. No se comieron el cuento. No eran tan bobos como para no sospechar que eran unos pobres diablos apartamenteros. Empezaron a gritar “¡son rateros, son ratas, a darles garrote!”. Los persiguieron. Por mucho que le daban palo al pobre mulo, no era posible escapar a la comunidad que, armados de piedras, palos y botellas, los alcanzaron. En su desespero, los tres pelafustanes secuestraron a una niña de dos años, hija de la residente del apartamento saqueado. Al ver que era imposible escapar porque, además, sintieron que la rabia de la comunidad era en serio, tiraron a la niña-rehén y siguieron en su huida.

No llegaron muy lejos, en la esquina de la calle 49 con carrera 9E, barrio Kennedy, la muchedumbre, que ahora era más numerosa, empezó a darles garrotes, patadas, trompadas, pedradas y hasta mordiscos y pellizcos. Si los patrulleros de la Policía no llegan a tiempo, a estas horas los tres robapatios estuvieran tres metros bajo tierra.

2 Los bandidos

En los carteles hay de todos los precios. Desde diez hasta 50 millones por ka cabeza de cada uno de estos malandros ampliamente identificados.

Faltaba la mayor muestra de que la delincuencia en la ciudad se había salido de madre. Una supertienda y droguería de propiedad de la familia del Alcalde Alex Char, fue asaltada  delante de toda la clientela que a esas horas realizaba sus compras.

Casi en forma simultánea, un pasajero que abordó un taxi colectivo, terminó en manos de una banda de asaltantes compuesta por tres presuntos pasajeros y el taxista. Todos cómplices. La víctima forcejeó y alcanzó a tirarse del vehículo, porque por fortuna iba en ventanilla. El conductor se empanicó y estrelló contra un bordillo. Ante los gritos de “¡me están atracando, me van a matar!”, toda la gente que estaba por allí cerca se armó de valor y con mucha solidaridad levantaron a piedra y palo al carro. Los vidrios los volvieron añicos. Espicharon las llantas, y uno a uno fueron sacando a los villanos a quienes les dieron hasta por el trasero con la punta de los garrotes.

Ciudad espejo

Algunos especialistas en seguridad urbana consideran que esta insostenible ola de inseguridad es como consecuencia de la cantidad enorme de desplazados, desmovilizados, micotraficantes de alucinógenos, inmigrantes de países vecinos (especialmente de Venezuela), y antiguos militantes de las llamadas bandas del microtráfico o clanes que han sido perseguidos en sus escenarios de trabajo.

Y como Barranquilla se ha convertido en un pujante centro de negocios, en donde la industria, la banca, el comercio, la construcción, la hotelería, los servicios médico-hospitalarios y los almacenes nacionales e internacionales de grandes superficie se han multiplicado, los malandros han creído que esta es la “tierra de promisión” para sus fechorías.

Han llegado bandidos de todos los pelambres. Los más infames y miserables son los que han anclado en la ciudad atraídos por la altísima oferta escolar, con numerosos megacolegios y universidades por doquier, centenares de parques remodelados y nuevos, en donde encuentran una dócil clientela juvenil, adolescente e infantil, para inducirlos al vicio.

Para ello se han multiplicado las llamadas ‘ollas’, que son los centros de procesamiento y almacenamiento de cocaína, pepas, bazuco, marihuana y otras drogas adictivas, que. Además, indicen a que “crezca la pila de la delincuencia” en un diabólico circulo vicioso.

No aguantó más

Alejandro Char, el mejor Alcalde del país, desde cuando regresó en diciembre de unas cortas vacaciones, hizo un fuerte llamado al estamento policial por el desesperante crecimiento de homicidios, asaltos y atracos a plena luz de día por todos los rincones de la ciudad. Ningún sector se ha escapado de esta insoportable inseguridad.

El miércoles en horas de la tarde el Alcalde Char convocó a todos los organismos de seguridad con asiento en Barranquilla para tomar medidas drásticas con el fin de darles un tatequieto a los bandos, quienes ya han llegado al colmo de agarrarles las posaderas a las autoridades locales.

La reunión colectiva terminó a las cuatro de la mañana de este jueves. A las tres, Char firmó el decreto que prohíbe la circulación del parrillero hombre en moto en un cuadrante de la ciudad -entre carreras 38 y 65 y entre calles 72 y la circunvalar-, como una medida que busca frenar la ola de atracos que está viviendo la ciudad.  «Estamos acogiendo el clamor del barranquillero que está clamando por mayor seguridad ante los reiterados atracos que se vienen presentando», dijo el Alcalde.

La medida fue adoptada hacia las 2:30 de la madrugada, luego que el mandatario de los barranquilleros convocara una reunión de seguridad donde participaron el comandante de la policía, Brigadier General Botero Coy y el equipo de seguirdad del Distrito, Jaime Berdugo, gerente del Area Metropolitana; Clemente Fajardo, Secretario de Gobierno y Yesid Turbay, Jefe de la Oficina del Fondo de Seguridad.

Como en el viejo Oeste

Char aclaró que “el Decreto no cobija a los miembros de la fuerza pública, organismos de seguridad del Estado, escoltas de funcionarios del orden nacional, supervisores de vigilancia privada debidamente identificados, entre otros. Esta medida es temporal, y una vez finalizada la temporada de Carnaval, revisaremos los resultados para evaluar su continuidad, la prohibición rige a partir de hoy, pero solo desde el 1° de febrero se impondrán sanciones, luego de su socialización y pedagogía”.

La ciudad este jueves amaneció llena de carteles y afiches pegados en muros, paredes, postes de alumbrado eléctrico, árboles y elementos de recreación de los parques públicos, con el consabido “¡Se buscan!”, y cada cabeza tiene su precio, según el rango que ocupe en su respectiva pandilla y sus antecedentes penales.

Es como si en Barranquilla se hubiera regresado al Lejano Oeste Americano. Ahora solo falta que surjan los ‘cazarrecompensas’ efectivos que entreguen al Sherif o Alguacil, vivo o muerto, al apache del cartel.

Un trino madrugador

Tan pronto terminó la reunión, Alejandro Char puso en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje: “Acabo de firmar un decreto  que prohíbe la circulación de motocicletas con parrillero hombre en los siguientes sectores de la ciudad: La calle 72 inclusive, límite sur; la carrera 38 inclusive, límite occidente; la carrera 65 como límite oriente, hasta la circunvalar, límite norte. Esta decisión es el resultado del trabajo con autoridades de Policía y Ejército, luego de una reunión que finalizamos esta madrugada. Esta medida es temporal, y una vez finalizada la temporada de Carnaval, revisaremos los resultados para evaluar su continuidad. La prohibición rige a partir de hoy (jueves), pero solo desde el 1° de febrero se impondrán sanciones, luego de su socialización y pedagogía. Acompañados por el ejército, 120 policías estarán en las zonas aledañas al área restringida, como medida adicional para combatir el crimen. Por fuera de la zona restringida operarán diariamente puestos de control con apoyo de grupos motorizados y las cámaras de vigilancia”.

 

 

 

 

Sobre el autor

Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
Noticias relacionadas
ActualidadCrónicasDeportes

Fuad Char, gestor de los 11 títulos de Junior en el fútbol profesional colombiano

ActualidadCrónicasDeportes

Junior: ocho títulos en el bendecido mes de Diciembre!!!

Arte y CulturaEntretenimientoLocales

Exposición “Existe una luz que nunca se apaga” Ganadora de la Beca de Creación en Artes Plásticas y Visuales 2025

ActualidadCrónicasDeportes

14 de Diciembre 1977: ¡ Primer grito inolvidable: Junior campeón!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *