Caterine Ibargüen brilla hasta por la sonrisa azul y es que con ella sí parece que todo lo que brilla es oro.
Por: Melissa Ochoa.
La atleta antioqueña y reina del Triple salto Caterine Ibargüen volvió a dejar en alto el nombre de Colombia más oro sobre sus saltos, imponiendo un nuevo record en su categoría y de su mano, en la medella de plata, la cuota colombiana por el atletismo sigue brillando, el turno fue para Yosiris Urrutia y la cubana Liadagmis Povea reclamó su lugar en podium con la medalla de bronce.
El oro a Caterine le dio hasta para cambiarle el nombre al Alcalde de Barranquilla, que de Alejandro Char, pasó a ser ‘Alexander’ como alegre y agradecida le llamó ‘La diosa de ébano’ pero barranquilleros y hasta el mismo alcalde, lo pasó por alto, tal y como el último salto de la doble campeona olímpica, que fue nulo, pero mucho después de consagrarse como la reina del triple salto colombiano y de los corazones de los barranquilleros, que hasta los brincos de Caterine intentaron pegar con tal de poder verla, con boletas de Taquilla VIP, general, cortesías y hasta la prensa tubo que brincar de un lugar a otro.
Pero Caterine se va contenta de una ciudad que mostró una gran acogida tanto por una categoría del atletismo, que gracias a la deportista colombiana, comienza a cobrar relevancia y la prueba fue el tope total del estadio de atletismo Rafael Cotes, al lado del ya legendario estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
Caterine, utilizó su momento ante la prensa para agradecer todas las atenciones en lo que va cerca de una semana de estadía en la Puerta de Oro de Colombia, en la arenosa saltó y se fue prendida del calor de esta tierra que no dejó de aplaudirla en toda la noche y que ve en ella un ejemplo consagrado para las nuevas generaciones del deporte.
Para Caterine este es uno de los mejores momentos de su carrera y de su condición física, y se lleva de Barranquilla la satisfacción de sentirse plena por sus resultados y por el rendimiento que tuvo en estas justas, para la atleta colombiano que vuela por los aires todo es compromiso, más el sabor dulce de la victoria y del cariño de los barranquilleros.