Considera que tienen todas las características de algo fuera de la común. No hay que pintarles nada, dice el cotizado artista en Tertulia de El Heraldo.
Por Chachareros
La Casa periodística en la cual por primera vez hizo una publicación en 1985 (una caricatura del excampeón mundial de boxeo Miguel “Happy” Lora), fue en El Heraldo (portada del suplemento deportivo, que dirigía el connotado difunto periodista Fabio Poveda Márquez). Y el contacto “milagroso” para llegar a Poveda fue el olfato periodístico de Estewil Quesada, quien prácticamente se la arrebató de las manos de su amigo de siempre y colega cronista deportivo, Francisco Figueroa Turcios, quien entonces era jefe de deportes de la competencia de El Heraldo, el extinto Diario del Caribe.
Después de darle la vuelta al mundo con sus obras y con más de 70 premios internacionales, y luego de 22 años de residencia en Alcalá de Henares (España), Omar Figueroa Turcios compartió, en una muy amena Tertulia, con sus compañeros habituales de sus dibujos en El Heraldo, en una reunión presidida por el Director de este diario, el consagrado periodista y escritor barranquillero Marco Schwartz.
A la Tertulia asistieron el director de artes de El Heraldo Fabián Cárdenas, los diseñadores e ilustradores del diario, quienes “exprimieron” al ilustre visitante a preguntas mientras él hacía en vivo y en directo la caricatura que saldría en 24 horas, este sábado 17 de mayo.
Del mismo modo, en la reunión estuvieron la presidenta de la Fundación Puerto Colombia, Hortencia Sánchez Patiño y su dinámico equipo de comunicaciones, y el equipo del portal www.lachachara.co dirigido por Rafael Sarmiento Coley, acompañado del editor general Jorge Sarmiento Figueroa y la gerente Nira Figueroa Turcios.
Algunas de las frases que trazó Turcios en la Tertulia
“Hay personajes que se molestan porque uno los pinta con las orejas muy grandes, con la nariz muy larga, con los ojos despepitados. Es que así son. Uno lo que hace es agrandar un poquito más algo característico. Pero hay personajes a quienes no hay que agregarles ni quitarles nada. Son una caricatura”.
«Tengo mucho cuidado y manejo con mucho respeto la caricatura política, porque siempre hay intereses y cosas que se mueven por debajo de la mesa. Hay personajes a quienes se les dibuja con una frase sobre sus pilatunas, y se molestan, como si sus actividades fueran de lo más legal”.
«Si me llaman a exponer en un gran museo o en un parque público, para mí lo importante es poder mostrar mi trabajo, que la gente lo aprecie y valore».
«Los protagonistas son mis dibujos, no yo».
«He tenido la fortuna de compartir con grandes caricaturistas del mundo, en varios países y en mi casa, porque en Alcalá hay un evento anual muy grande de caricatura y como vivo allá aprovecho para conocerlos».
«Cuando me iba a ir a vivir a Bogotá, en 1990, practicaba en Barranquilla metiendo la cabeza en la nevera para que no me matara el frío que hacía en ese entonces en la capital».
«Cuando Ernesto McCausland, primero, y luego Marco Schwartz, me invitaron a trabajar con El Heraldo, haciendo una ilustración diaria, editorialista, me asusté, pero enseguida me puse a dibujar y se me quitó el miedo».