Con un perfil de juventud y preparación, el Representante a la Cámara por Córdoba David Barguil se proyecta como un político de debates ciudadanos que rompe el molde tradicional. Lachachara.co lo entrevistó.
Por Mariandrea Maroso Guzmán – Chacharera
A las once de la noche, después de una ardua jornada de trabajo de parte y parte, tuvimos ocasión de reunirnos por fin en Bogotá. Había intentado hacer esta entrevista en Montería, pero David Barguil Asís (ambos apellidos de origen árabe), ha estado dando varias vueltas al país con una intensa agenda de trabajo en variados temas, especialmente los que impactan el bolsillo de los colombianos y el medio ambiente.
Su gestión y figuración en la opinión pública lo sacan de la cortina de silencio que por lo general cubre a los políticos nuevos (ya sea porque es mejor para ellos no aparecer por tener ‘rabo de paja’, o porque, aun cuando lo intenten, no tienen la preparación y experiencia para hacerse un lugar en los debates nacionales).
Pero este no ha sido el camino de Barguil, quien ya suena entre los líderes del futuro inmediato en el Partido Conservador. Por ejemplo, acaba de declinar la candidatura a la Vicepresidencia que le ofreció Martha Lucía Ramírez (por algo se la ofrecieron, por algo la declinó). Se ha enfrentado a multinacionales en sus debates públicos y sus propuestas se han convertido en leyes y han calado en la actualidad como solución a varios de los principales problemas de Colombia. Es un hombre de palabra fácil y elocuente.
¿Cuáles son los temas bandera de su gestión política actual?
–Defender a la gente, defender a los colombianos que sienten que su voz no es escuchada. Que sus derechos son violados. Que día a día se cometen abusos contra ellos y no hay quien ponga en cintura estos abusos como los bancos, las empresas de telefonía celular, las cementeras (que nos venden el cemento más caro del continente), las empresas que venden los insumos agrícolas que tienen quebrado al agro, las farmacéuticas que venden los medicamentos más costosos del mundo. A eso nos hemos dedicado con mucha responsabilidad. Con mucha dedicación. Con mucha convicción en defender a los colombianos más débiles.
¿Cómo hace para que estos temas tengan resonancia en la opinión pública?
–Los temas que hemos tocado han sido muy relevantes. Creo que la clave es que hemos podido sacar adelante estas iniciativas. No hemos hecho una lucha de carácter ideológica o una defensa a estos temas. Hemos hecho unos debates serios. Con argumentos y con cifras hablando de la conveniencia del país. Eso termina, por supuesto, permitiendo que salgan a delante las iniciativas pero también que terminen calando ante la opinión pública. Que terminen creando espacios ante los medios de comunicación. Son los temas del día a día del colombiano que tocan el bolsillo de la gente y eso, claro, tiene resonancias por sí solo.
¿Cómo ha elegido estos temas?
–Por la importancia que tienen. Cuando me di cuenta que los bancos estaban abusando de manera significativa de lo que nos cobran por la transferencia, el certificado de la cuenta, la cuota de manejo, el retiro del cajero; cuando analizaba que las tasas de interés que nos cobran en Colombia son de las más elevadas de la región, cuando entendimos que el alto precio de medicamentos afecta la vida de millones de colombianos. En el tema de la telefónica celular ver cómo se cometen todos los días abusos. Aquí muchas industrias hacen lo que les da la gana y nadie los detiene. Nos hemos dedicado a eso y por supuesto un tema que es el básico y más importante de todos y por el que menos se me conoce es el de la educación. Soy también el autor de una Ley que permite que los estudiantes de estrato 1,2 y 3 hoy en día ya no paguen intereses por su crédito del Icetex. A mí me tocó estudiar con un crédito del Icetex y en mi época los intereses eran del 25,28% efectivo anual. Me parecía una infamia que la entidad pública que financia el acceso a la educación superior se lucrara del crédito para los pobres, por lo que decidimos sacar adelante esta Ley que ha beneficiado hoy a muchos estudiantes en Colombia.
(Tendrá que meterle el diente también a la entidad oficial que financia para la compra de vivienda, que al final del crédito el pobre usuario ha pagado 14 veces el valor del inmueble. Y además, procurar integrar una bancada que trabaje con él en la misma dirección para que sus debates tengan el efecto deseado y los resultados en beneficio de millones de colombianos de las distintas capas sociales).
En su opinión, ¿cómo está reaccionando la juventud en Colombia ante la polarización que se vive en la política actual?
Estoy convencido de que la gente está cansada de tantas peleas y confrontaciones. La política se volvió eso. La gente lo que quiere escuchar son propuestas, cómo podemos desde el sector público contribuir para mejorar la calidad de vida de la gente. Los jóvenes lo que quieren escuchar de nosotros es cómo podemos ayudar a que en Colombia tengamos una mejor calidad de vida en la educación, oportunidades de empleo, desarrollo y bienestar. Eso es lo que la gente espera de los políticos. Creo que la confrontación y la polarización no le sirve al colombiano de a pie. De ninguna manera. No sólo a los jóvenes, en general a los ciudadanos. La gente está esperando resultados, respuestas, transformaciones, oportunidades. Esto ha sido a lo que nos hemos dedicado nosotros en el Congreso.
(El problema de la juventud es que no vota en la proporción que se espera porque no cree en los políticos. Y estos creen que con diversas maneras de seducir a la juventud les van a creer. Es al revés. Primero tienen que recuperar la credibilidad, y luego motivar a la juventud).
¿Cómo ve el tema ambiental versus minería extractiva?
Hice en el periodo pasado uno de los grandes debates en el tema de la minería. Fuimos la voz frente a las denuncias de lo que estaba pasando en Cerromatoso. Logramos que se devolvieran 35 mil millones de las regalías que se estaban prácticamente robando. En ese debate surgió la gran discusión, que por supuesto hoy vemos ocurre en distintos sectores del país, distintos puntos donde hay extracción de recursos naturales no renovables, donde hay gran minería y es un debate bien importante. Tenemos que entender que hay que abrirle la puerta a la inversión y hay que brindar oportunidades para que estos recursos naturales se puedan volver impuestos, regalías, empleo y bienestar para las comunidades que más lo necesitan. Hay que entender también que la minería ilegal destruye el medio ambiente y en nada contribuye para la generación de riqueza de los que menos tienen en Colombia. Sin embargo, hemos defendido siempre que la política mineroenergética del país no puede ir en detrimento de nuestros recursos naturales, fuentes hídricas, páramos. Que podemos pensar en una minería, pero en una responsable con el medio ambiente.
(Uno de los temas que siempre se ha criticado es que los lobbistas o cabildantes invaden el Capitolio con sus propuestas poco decentes a los congresistas para que aprueben leyes que favorezcan a sus empresas de toda índole. No se ha reglamentado el trabajo de ese intenso trabajo de cabildeo en el Congreso, ni los relacionistas de las multinacionales en los grandes medios de comunicación. El Caso de Pacific Rubiales es elocuente: muchos famosos locutores de emisoras FM de enorme sintonía que criticaban duramente a dicha empresa minera, terminaron diciendo que era lo mejor del mundo).
¿Piensa que se puede llegar a un equilibrio?
Por supuesto. Y es absolutamente necesario. No podemos tampoco caer en el juego de que no se pueden explotar en ninguna medida los recursos naturales no renovables de Colombia. Hay que buscar un punto de equilibrio porque también necesitamos hoy, óigase bien, los recursos y los ingresos que se generan de esas industrias. Necesitamos generar empleos. Necesitamos producir regalías. Necesitamos que con esos recursos podamos avanzar en educación, salud, infraestructura para Colombia. No podemos caer en ese juego perverso de estigmatizar todo el desarrollo de la minería en Colombia.
¿Ve viable poder llegar a eso?
Claro que sí. En muchos países del mundo se ha podido. Hay problemas, pero creo que si se trabaja con responsabilidad, si consolidamos instituciones fuertes que vigilen y controlen vamos a poder hacerlo.
¿Qué tipo de proyecto político y social está soñando David Barguil en ese escenario de región y país?
No tengo ningún cálculo político determinado. Creo que la gente política que vive haciendo cálculos termina olvidándose de lo más importante que es servir y hacer las cosas bien en el día a día. Si nos preocupamos demasiado por el mañana dejamos de hacer lo que nos corresponde en este momento y a veces esos cálculos nos impiden tomar decisiones con algunos costos políticos o que generan “callos” que pueden ser problemas futuros para cualquier carrera política. Yo no hago cálculos. Tengo el firme objetivo de defender a la gente, el bolsillo de los colombianos, de aportar y construir. Que logremos despertar entendiendo que la educación es el único camino para la transformación de este país enfrentando a los más poderosos que tanto abusan. Después de mis debates logramos que luego de diez años consecutivos en que los costos de la banca estaban muy por encima de la inflación se redujeran. Que bajara la tasa de interés en Colombia. Que se devolvieran miles de millones de pesos que se estaban perdiendo. Luego de nuestro debate nos alzamos a la victoria de que se eliminen las cláusulas de permanencia que comienza a regir a partir del 2 de julio. Hoy estamos dando la lucha para que baje el precio del cemento en Colombia. No es justo que una bolsa aquí valga $25.000 y que esa misma bolsa en Nicaragua valga $10.500, en chile $14.000, en Argentina $15.000.Vamos a seguir dando la lucha para combatir el monopolio y carteles que, en el caso de los insumos agrícolas, han llevado a que un bulto de hule en Colombia cueste sesenta mil pesos mientras que en los países vecinos cueste $25.000, lo cual ha quebrado en gran medida el campo colombiano. A eso nos estamos dedicando y nos vamos a seguir dedicando: ayudar a la gente. Ayudar a que este país se transforme.