«La guerra no se gana ni con las armas ni con la fuerza. La guerra se gana con la mente y con lo sabio que sea tu corazón».
En este proceso de paz por fin se ve una luz al final del túnel. A pesar de las trancas puestas, hay que cambiar de actitud, porque durante mas de 50 años mucha gente vivió de la guerra y es preocupante que durante los próximos 50 mucha gente viva detrás de la paz, sin que se llegue a ella.
En el camino a la paz y mirando las consecuencias de la guerra, que son muchas, hasta el lenguaje se ha visto afectado por el conflicto armado. Las palabras más pronunciadas son: dolor, silencio duelo, reconciliación, seguridad, el día después, dignidad, perdón,verdad estigmatización,reparación y olvido. Son palabras comunes en diversos lugares,que tienen un significado para cada ciudadano, pero veamos qué significado tienen en tiempos de conflicto y reconciliación, para diferentes profesionales, en diferentes áreas en las que se desempeñan.
Según Javier Moscoso, doctor en Filosofía de la Universidad de Madrid, este es el significado de dolor:
«Dolor: la palabra inglesa «recordar» es muy gráfica y ayuda mucho. Remember es volver a colocar los miembros que han sido previamente desmembrados, tanto en el cuerpo filosófico como en el cuerpo político. Lo que falta es recordar y recordar es volver a poner las cosas en su sitio, salir de ese espacio intermedio en el que se produce el dolor, que es un espacio criminal, aborrecible. Lo que debe haber al final, cada vez que se ha producido una mejoría en el dolor personal o colectivo, es una reintegración social».
Para Alejandro Castillejo, antropólogo y doctor en Antropología, de la New School for Social Research de NUeva York, silencio significa:
«No es la ausencia de testimonio, no es el vacío. Es eminentemente una manera singular como algunas comunidades, organizaciones o personas deciden narrar su propia violencia. Es una articulación de la experiencia, no es un vacío de experiencia. Cuando la gente se quiere quedar callada y se queda callada, es una manera de hablar, y la responsabilidad de escuchar no debe recaer en las víctimas sino en nosotros».
Francois Hartog, director y presidente emérito de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, en Francia, opina que la palabra duelo significa:
«Se ha establecido una especie de opinión publica según la cual se encadenan tragedia – catástrofe – víctima – duelo y luego se pasa a otra cosa, pero para la víctima – seguro -hay una detención del tiempo, un presente que no pasa. El duelo, en el fondo, es la posibilidad de reconstruir una relación con el tiempo».
Angelika Rettberg, doctora en Ciencias Políticas de la Universidad de Boston, directora del programa de investigación sobre Conflicto Armado y Construcción de Paz (Con Paz) nos dice:
«Significa cosas diferentes para cada persona. Definirla, medirla y estudiarla resulta difícil. En Colombia, a su favor, están: la larga duración del conflicto y la fatiga de la gente ante la guerra, que el conflicto no es atribuido a divisiones sociales o de identidad religiosa o étnica, la horizontalidad entre víctimas y victimarios, cuyas extracciones sociales y lugares de procedencia son a veces los mismos. Y tienen en contra: la gravedad de los crímenes cometidos, la intensidad del conflicto (con variaciones regionales), la percepción de que los agravios continúan y el desarrollo descoordinado de procesos transicionales, que redunda en escepticismo frente a la capacidad del Estado.
Cuando Juan Pablo Aranguren, psicólogo y doctor en Ciencias Sociales, Flacso(Argentina) nos define olvido:
«La psicología dice que sí, que hay amnesias, Alzheimer, etc. La experiencia del trabajo terapéutico con víctimas muestra, por ejemplo, que hay una resignificación del hecho violento pero no olvido y tiene que ver con lo que se vive. ¿Cómo se olvida a un familiar desaparecido?, ¿Cómo olvida un niño la masacre que presenció y vio a alguien que destrozó el cuerpo de su papá, como ocurrió en Chengue en 2001 (Sucre)? El olvido tiende a confundirse con el silencio. ¿Cómo quita uno de su experiencia sensible el vacío de un familiar desaparecido o uno asesinado? Creo que, por fortuna, no hay posibilidad del olvido. Lo que sí creo es que hay practicas institucionalizadas dedicadas a olvidar o a la pretensión de olvidar. Hay actos destinados a pasar la pagina, sin siquiera haber leído el libro».
Enzo Nussio, doctor en Relaciones internacionales y gobierno de la Universidad de St.Gallen (Suiza) nos habla de seguridad y dice:
«Puede ser definida ‘como ausencia de amenazas’, lo que invita a preguntarse: ¿seguridad para quién?, ¿para cuáles valores? y ¿de cuáles amenazas? Mientras el término ha sido tradicionalmente entendido como seguridad para el Estado de amenazas militares, recientemente se ha incluido a las personas como objeto de seguridad.
Términos como seguridad ciudadana y humana o convivencia son expresión de esto y reflejan el objetivo de una paz positiva mas allá de la terminación del conflicto.
Hasta aquí se han analizado cinco importantes palabras del lenguaje de la guerra camino a la paz, en próxima nota estarán las otras cinco palabras, que hacen parte de los cambios que ha sufrido el lenguaje en camino hacia la terminación del pos conflicto, porque ha sido tan largo y cruel el tiempo del conflicto armado, que hasta el lenguaje ha variado. Introyectemos estos significados y cambiemos de actitud, hay síntomas y señales de que hemos avanzado, tenemos esperanzas,es una apuesta, pero la historia esta llena de incertidumbres,hay por eso que leer la realidad desde conceptos analíticos y para eso necesitamos saber que significa cada palabra desde el punto de vista del conflicto y la reconciliación.
Fuente:Revista Nota Uniandina