El «fantasma» de las lesiones no solo afecta a los integrantes de la selección Colombia de fútbol, sino también a su mascota.
Por Francisco Figueroa Turcios
A Gustavo Llanos, quien encarna el personaje de «El Cole», símbolo del hincha de la Selección Colombia, le diagnosticaron hernia discal en la columna vertebral (La hernia discal es una enfermedad en la que parte del disco intervertebral -núcleo pulposo- se desplaza hacia la raíz nerviosa, la presiona y produce lesiones neurológicas derivadas de esta lesión).
La junta medica recomendó operarlo lo más pronto posible, es decir antes del Mundial de fútbol de Brasil 2014, pero la pasión por el fútbol y su ímpetu por asistir al séptimo mundial consecutivo, le llevó a tomar la determinación por su cuenta y riesgo de someterse al quirógrafo después que venga de la cita mundialista.
«Comencé a sentir dolor en la zona lumbar y el médico me hizo énfasis en que me dolía por la inflamación del periostio de las vértebras, pero tengo una cita con la historia y no puedo fallar a este Mundial en Brasil donde el fútbol es una religión, quiero vivir esa experiencia y será el quinto Mundial en un país Suramericano (el primer Mundial en la historia de este evento fue en Montevideo, Uruguay, con título para los locales, y en 1950 fue en Brasil, volvió a ganar Uruguay, en el famoso maracanazo; el cuarto fue en 1962 en Chile, cuando Colombia empató con Rusia 4 4 y el barranquillero Marcos Coll hizo el famoso gol olímpico que nadie ha podido repetir en la historia del Mundial, y por último está el de Argentina 1978, que ganó el equipo local), es decir que son muchos los ingredientes para no fallar. Obviamente el más importante de todos es que hay una excelente selección, confianza en los muchachos. Siento la misma sensación como la del Mundial de Italia 90, que fue mi primera experiencia mundialista», relata «El Cole», cuando espera pacientemente que Tomás Luna, un humilde sastre y zapatero (trabaja en el Paseo Bolívar con la Paz) le termine de construir una faja para colocarse ahora en el mundial para prevenir cualquier contratiempo en la columna en los partidos de Colombia en el Mundial.
El tiempo se le va volando a el Cole, porque todas las personas que se percatan de su presencia quieren tomarse fotos con él o pedirle un autógrafo. Y en medio de esa euforia de los amantes al fútbol para manifestarle el cariño a este mítico personaje de talla mundial, «El Cole» continúa su relato: «muchos amigos médicos me han sugerido no operarme por los riesgos propios de esta intervención quirúrgica, donde corro el riesgo de quedar en una silla de ruedas (eleva su mirada hacia el cielo y levanta las manos y en voz alta clama a Dios: «Mete tu mano poderosa, apiádate de mí señor Jesucristo)».
Tomás Luna interrumpe nuestro dialogo y le dice «listo ‘Cole’, mídete la faja». De la emoción y ante la mirada de la gente Gustavo Llanos se la pone al revés y le llama la atención a su sastre de cabecera. «Esta vaina no me entra». Tomás, un cartagenero radicado hace 30 años en Barranquilla, le dice «tú lo que estás es ‘atutdío’, con esta cantidad de muchachas que te están mirando. ¿No ves que esta al ‘revé’?». La faja le quedó perfecta a ´El Cole´ y para no decirle a la gente que lo asediaba sacó la casta de mamador de gallo caribeña.»Este es un cinturón de castidad que llevo para el Brasil, porque allá lo que sí hay es buenas garotas».
Siete Mundiales
«El Cole» tiene previsto viajar el 12 de junio a Brasil, directamente a Belo Horizonte, donde Colombia debuta el 14 a partir de la una de la tarde, ante Grecia. Su personaje surgió el 20 de agosto de 1989, durante el partido Colombia – Ecuador que se jugó en Barranquilla para las eliminatorias Italia 1990. Ese día apareció por primera vez en las tribunas un cóndor tricolor que abría sus alas para animar Colombia.
Colombia venció a Ecuador. Desde entonces, “El Cole” se ha convertido en símbolo de la hinchada colombiana.
El primer Mundial fue el de Italia-90. Para asistir, pidió el apoyo de la empresa privada, pero fue rechazado. Edgardo Sales Sales (exgobernador del Atlántico), le pidió la lista de las firmas que le negaron el apoyo y consiguió con esas mismas empresas el tiquete, viajando con el propio mandatario. «El Cole» tenía el tiquete y se aventuró a viajar sin un peso en el bolsillo.